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Marcha de los días: Construir poder desde el piso electoral

El trabajo de arquitectura está en manos de Cristina en el Frente de Todos. En Juntos por el Cambio se disputa aún el liderazgo de Macri. Milei, acomodado en la pelea de tres. El impacto electoral de las elecciones en Misiones y los aprestos nacionales.

domingo 21 de mayo de 2023 | 3:30hs.
Marcha de los días: Construir poder desde el piso electoral
Imagen ilustrativa.
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Desde hace casi tres décadas, cada uno por su lado, comenzaron a construir poder en la Argentina. Con aciertos y errores, son los referentes de sus espacios. Desde entonces, Cristina Fernández y Mauricio Macri intentan imponer sus iniciativas e ideologías, siempre distintas y enfrentadas. Pero el poder se concibe como una obra de arquitectura, se edifica, se construye. La base es el piso electoral, es decir el porcentaje mínimo de votos que un candidato o partido podría obtener en una elección. Como toda edificación, se apunta a seguir hasta el techo, que en cuestión electoral se refiere al porcentaje máximo de votos que un candidato o partido podría obtener en una elección.

Cristina conoce de estos extremos y como constructora de poder, sabiendo que el espacio al que pertenece -como les sucede a otros partidos políticos- perdieron muchas adhesiones, planteó como estrategia electoral que ahora el piso de votos es importante por sobre el techo, para entrar al balotaje y con ello prepararse para la etapa final de la carrera electoral. Es porque se viene una elección de tercios, tal como lo anticipó con muchísimos meses de antelación el consultor Gustavo Córdoba y se planteó oportunamente en esta columna. Es porque en esta disputa electoral nacional se espera que La Libertad Avanza, el espacio de Javier Milei, se consolide en porcentajes cercanos a las dos fuerzas mayoritarias. De esta manera esta nueva fuerza política, rompe aquel escenario electoral del 2019, cuando el Frente de Todos con 48,24% de los votos se impuso en primera vuelta a Juntos por el Cambio, que logró el 40,28%. Entonces, según reflexionó Cristina, esa fue una elección de techos, ya que los dos partidos agruparon el 90% del electorado, pero ahora lo importante es asegurarse el piso ante una elección de tercios y continuar en carrera. Para entender la lógica electoral que se analiza, es importante recordar cómo se concibieron el espacio que gobierna el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, para luego entender al tercer jugador que se suma.


Los orígenes

Si bien Cristina Fernández comenzó su carrera política como miembro de la Juventud Universitaria Peronista, fue en 1981 que con Néstor Kirchner comenzaron a plasmar un proyecto de poder, al fundar el Ateneo Juan Domingo Perón, considerada una plataforma para sus carreras políticas. Desde que, en 1989, resultó electa diputada provincial en Santa Cruz, no paró de crecer políticamente: en 1994 convencional constituyente y 1995, senadora nacional, hasta que el 28 de octubre de 2007 se convirtió en la primera presidenta electa de la historia argentina. Entonces por el Frente para la Victoria, ganó en primera vuelta con un 45,29% de los votos y superó por más de 22 puntos de ventaja a Elisa Carrió (Coalición Cívica), que obtuvo 23,04%. Luego, en 2011, fue reelecta por más del 53% de los votos; es decir, llegaba a su techo electoral. Desde entonces se convirtió en una de las dirigentes con más influencia en el país, con el sello del cristinismo y siempre muy atada al kirchnerismo que supo gestar Néstor Kirchner, por haber marcado a fuego la política argentina desde la irrupción a la actividad política partidaria.

En forma paralela, hace 28 años, arrancaba su mayor exposición pública Mauricio Macri que usó como plataforma de despegue la presidencia del club Boca Juniors (1995-2008). En el 2001, en medio de la grave crisis político-institucional, Macri crea junto a un grupo de ciudadanos la Fundación Creer y Crecer, pensando en la Ciudad de Buenos Aires, luego otro espacio denominado Compromiso para el Cambio, en 2005, como presidente del partido, realiza un frente estratégico con el partido Recrear Argentina y gesta el frente, que tiene como nombre Propuesta Republicana (PRO) y comienza a ocupar cargos públicos en 2005 como diputado nacional por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En el 2007 es elegido como jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y en 2015, llega a la presidencia por el Frente Cambiemos (51,4%) por una ajustada diferencia en segunda vuelta ante el peronista del Frente para la Victoria, Daniel Scioli (48,6%); algo así como solo tres puntos de diferencia.

En los últimos años, por el endeudamiento excesivo al que sometió Macri al país, en medio una pandemia y por las causas abiertas en la justicia, el enfrentamiento incesante de Cristina con la Corte Suprema y en medio de la crisis económica del gobierno de Fernández, la situación política del país cambió significativamente en los últimos años y ambos espacios políticos terminaron muy afectados. Tanto Macri como Cristina registraron una caída en su imagen pública, como también le sucedió a Alberto Fernández, generando división interna en sus partidos.

Macri llegó más golpeado, enfrentando hasta críticas internas por el mal manejo de la economía durante su gobierno. Por esa razón, muchos dirigentes del partido buscan un nuevo liderazgo. En esa guerra interna se enfrenta con Horario Rodríguez Larreta por el liderazgo del PRO y sobre todo por el poder de decidir en estos momentos candidaturas, como los enfrentamientos registrados esta semana en Buenos Aires entre Néstor Grindetti y Diego Santilli. El primero es intendente de Lanús y cuenta con el apoyo de Patricia Bullrich para competir por la gobernación y enfrentar al diputado que apoya Rodríguez Larreta para ser jefe de Gobierno porteño que es el principal y clave distrito del país para las aspiraciones presidenciales desde ese espacio.

En el caso de Cristina, a pesar de los procesos judiciales y tener en contra la mayoría de la estructura mediática más importante del país, sigue ocupando la centralidad y sigue siendo, la principal referente del peronismo. No sólo no existe una fuerza interna poderosa que discuta su liderazgo, sino que persiste y crece el efecto clamor para que vuelva a presentarse al máximo cargo en el país. En cada aparición opaca a propios y extraños. Es lo que pasó cuando los congresales peronistas se reunieron en la cancha de Ferro para definir la estrategia electoral.

En medio del Congreso, apareció la carta de Cristina ratificando que no sería candidata, centralizando nuevamente la atención e interés. Y lo ratificó nuevamente 48 horas después en el set de TV de C5N, donde además de ratificar por cuarta vez que no será candidata, dio definiciones políticas. Desde el 2017 que no daba una entrevista, en esta oportunidad nuevamente impactó su centralidad y magnetismo para bien o para mal. El programa de cable tuvo picos de 11,3 de rating ganándole a todos los canales de aire. Ningún político del país logra esas audiencias, más allá que no se sabe cuántos de las que la vieron la quieren o reprueban.


Un intento más y reorganizar estrategias

A pesar de dar a conocer tal determinación, sus partidarios organizan otro encuentro multitudinario para el 25, que además de recordarse la gesta de la Revolución de Mayo y el Cabildo Abierto, coincide con el 20° aniversario de la asunción presidencial de Néstor Kirchner en el 2003. Allí se insistirá para que Cristina sea candidata a presidenta. Ella se mantendría firme en el rechazo a tal ofrecimiento por lo que el efecto clamor podría convertirse en una muestra de unidad, sin determinar candidatos, pero una clara mayor centralidad de la vicepresidenta de la Nación, en un acto al que también terminó apoyando el presidente Alberto Fernández, sobre quien no se sabe si asistirá.

Se espera que Cristina en su discurso siga planteando que no será "mascota del poder", porque teme que su candidatura sea motivo de nueva intervención de la Corte, como las suspensiones de dos elecciones provinciales, poniendo en riesgo el futuro del espacio político. Por estas razones, Cristina afirma que no será candidata a nada y tampoco daría a conocer al posible candidato, de lo que surge Sergio Massa que se metió a tratar de resolver el complejo escenario económico que provocó el endeudamiento de Macri y una de las razones de la crisis monetaria actual. El ministro de Economía se mueve como candidato, aunque diga que no está pensando en ello. También se muestran como posibles postulantes, Eduardo “Wado” de Pedro y Daniel Scioli. Todos esperan señales de Cristina, porque saben que seguirá siendo la responsable de seguir construyendo poder en el peronismo. No obstante, de mantenerse en esa postura, por primera vez en más de dos décadas no figurarían como candidatos en ninguna boleta ni Cristina ni Macri.


El tercero en discordia

En la Argentina, los partidos políticos juegan un papel importante en la vida política del país. Estos partidos se dividen en dos grandes bloques: el oficialismo y la oposición, en el que apareció en los últimos tiempos Javier Milei, que, mediante un discurso polémico, a veces con posturas controvertidas sobre la economía y al mostrarse firme contra las políticas intervencionistas y la regulación estatal de la economía, consigue popularidad. Pero, así como crece su popularidad, también es polarizante y cuestionados por sus pares de economía. Más allá de todo lo previo, está logrando que tanto el Frente de Todos como Juntos por el Cambio lo consideren el tercer jugador con fuerte posibilidades de competir tras las Primarias de agosto y fundamentalmente las generales de octubre, cuando el postulante para ser electo presidente en primera vuelta, debe obtener como mínimo el 45% de los sufragios o el 40% y una diferencia de 10 puntos con el segundo postulante para evitar el balotaje. Para esas fechas se preparan los espacios, para conseguir el piso mínimo y sobrevivir para dar la batalla final.


En Misiones no entró la grieta

El vértigo que se le imprime a la actividad diaria, genera que los hechos parezcan haber ocurrido hace tiempo. Es lo que sucede con las elecciones en Misiones. Hoy se cumplen apenas quince días desde que los misioneros fueron a las urnas para definir a sus nuevos gobernantes, donde el Frente Renovador de la Concordia sacó una diferencia cercana de casi 300 mil votos a Juntos por el Cambio. La rapidez en que se suceden los hechos hizo que se analizara poco este resultado, pero no es una cuestión que pase por alto a quienes definen en este momento la estrategia electoral en el país.

Al contrario, así como se conoció que hubo consultas para conocer más detalles de cómo se viene encarando una gestión que se fortalece en forma permanente, también se intentó minimizar no el resultado sino el distrito donde se concretaron las elecciones, como lo hizo el propio Macri, que aseguró que Misiones, junto a La Rioja y Jujuy no son representativas electoralmente. El empresario se habrá olvidado que en la provincia de escasa representatividad no sólo vino a buscar votos como también lo hicieron sus referentes más cercanos como Patricia Bullrich, sino que se domicilió en Apóstoles, para hacer negocios en otros tiempos con la provincia que desnota. Lo cierto es que a pesar de la avalancha de dirigentes de Juntos por el Cambio que llegaron a la provincia no llegaron a prender sus discursos impulsados desde el odio y potenciando la grieta que tan buenos resultados le viene dando a nivel nacional.


Respetar el voto ciudadano

Más allá de las diferencias que se puede tener con una gestión o un gobierno, ningún dirigente debería menospreciar el voto de cada ciudadano, como de hecho no lo hicieron desde JxC cuando triunfaron en su momento en las presidenciales y tampoco se quejaron ahora, de cómo votaron en Jujuy, donde consiguieron el primer triunfo del año.
El que decide es el ciudadano y debe respetarse tal determinación. Tras el triunfo -por lo que se pudo conocer-, hay pedidos de varios referentes nacionales, para intentar sumar a la renovación en su boleta. Por ahora dejan trascender que la estrategia sigue siendo la misma, pero en cierto modo con menor intensidad, de ir a las urnas con boleta corta. Pero sigue ganando fuerza la idea que, si Sergio Massa termina siendo el candidato con mayor volumen político y con aspiraciones reales de triunfo, no sería descabellado que ambos espacios que se llaman casi igual terminen confluyendo en la misma oferta nacional, pero con autonomía provincial en la categoría de legisladores nacionales. Esto podría efectivizarse en dos oportunidades, desde las Paso o en forma posterior, adhiriendo en las generales.

Por ahora todos los actores políticos están viendo el calendario electoral, que tiene al 14 de junio como la primera fecha importante. Es el vencimiento para la inscripción de los frentes electorales, mientras que el 24 de junio es el fin del plazo estipulado para la presentación de listas de precandidatos.

En definitiva, en los próximos días se agudizarán los movimientos de cierres en todos los espacios políticos del país, para luego empezar a debatir las propuestas, donde el ciudadano, como siempre con su voto define qué modelo político y dirigentes quiere al frente del país.

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