Quién es Daniel Feierstein

jueves 18 de mayo de 2023 | 6:00hs.

Daniel Feierstein es un académico argentino muy singular y prestigioso. Es doctor en Ciencias Sociales y licenciado en Sociología por la Universidad de Buenos Aires (UBA); docente e investigador en la Universidad de Tres de Febrero; miembro del Conicet e integrante del Comité Nacional de Ética en la Ciencia y la Tecnología.

Es un distinguido investigador, al que deberíamos conocer y valorar, porque se está dedicando desde hace años al estudio de las prácticas sociales genocidas, los procesos de memorias y representaciones del pasado y su incidencia en las disputas políticas del presente. Ha actuado como juez del Tribunal Permanente de los Pueblos en numerosos casos, entre ellos en México, Myanmar (ex Birmania), Sri Lanka y Colombia. Es también consultor de las Naciones Unidas en temas de discriminación, derechos humanos, racismo y genocidio.

Tiene publicados nueve libros y casi un centenar de artículos académicos en inglés, francés, alemán, italiano, hebreo y coreano, entre otras lenguas.

Integra el Centro de Estudios sobre Genocidio, que es la primera institución en América Latina dedicada al estudio comparativo de las prácticas sociales genocidas. Reconocido a nivel nacional e internacional, sus investigaciones han sido utilizadas en numerosas universidades americanas y europeas. Estimo que es la máxima autoridad académica nacional en la cuestión del genocidio.

Este centro, entre otras funciones, colabora a nivel internacional con un ambiente de producción que, desde el ámbito latinoamericano, pone en cuestión algunos prejuicios etnocéntricos con respecto al modo de análisis y comprensión de las prácticas sociales genocidas, a través de la Revista de Estudios sobre Genocidio.

Además, publica los avances de investigaciones internacionales, latinoamericanas y argentinas sobre los temas objeto de trabajo de este Centro de Estudios.

Varios de sus libros, como ‘El genocidio como práctica social: entre el nazismo y la experiencia argentina’, ‘Terrorismo de Estado y genocidio en América Latina’ o ‘Crímenes de masa’, escrito junto a los doctores Zaffaroni y Barcesat, deberían ser leídos por lectores interesados en esta cuestión históricamente tan vital en nuestro país. Flacso, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, ha dedicado una página para presentar a Daniel Feierstein.

También se ha preocupado por la actualidad nacional, ya que salió una edición ampliada de su libro “La construcción del enano fascista”, argumentando Feierstein que “el peligro es que el neofascismo sea gobierno en Argentina”. Este trabajo había sido publicado originalmente cuatro años atrás, cuando el sociólogo e investigador notó una transformación del mapa político argentino que marcaba el surgimiento de las condiciones de una nueva posibilidad de emergencia del fascismo.

No había ocurrido aún un hecho de la magnitud como el atentado a CFK ni existía Javier Milei como figura política cuando este doctor en Ciencias Sociales advertía que lo que estaba pasando –y lo que podía pasar– era muy espeso: el fascismo como práctica social estaba imponiéndose en discursos y acciones de los argentinos, filtrándose en las capas populares, y eso estaba siendo utilizado políticamente.

En un reportaje, ante la pregunta de un periodista: “¿Por qué es importante retomar el concepto de fascismo?”, Feierstein expresa que es un término súper interesante y –lamentablemente– actual. Da cuenta de la especificidad de una forma política que en nuestra región en general no conocimos antes de este momento. Es una experiencia ideológica eminentemente europea, de mediados del siglo XX, y las expresiones que tuvo en América latina tendieron a ser bastante marginales. La percepción que por lo general tenemos es la de las dictaduras autoritarias, que han sido en algunos casos genocidas pero que sin embargo no han sido fascistas, en tanto no han logrado –ni siquiera han buscado– una capacidad de movilización reaccionaria.

Hoy, este nuevo fascismo latinoamericano y argentino tiene tres elementos: a) la búsqueda de una movilización reaccionaria; movilizar a la población pero en un sentido regresivo. No es para conquistar derechos sino para recortarlos. Podemos verlo en la estigmatización de los beneficiarios de planes sociales; b) Un segundo eje tiene que ver con la irradiación del odio, el mecanismo de la proyección: esa movilización busca encontrar algún grupo o algunos individuos para dirigir toda nuestra frustración y enojo por la situación de nuestra vida, responsabilizándolos, en lugar de enfrentar las condiciones que hacen que estemos en esta situación; c) Por último, la realización de la victoria del capital, ya que lo que busca esa movilización reaccionaria es consolidar una redistribución regresiva del ingreso.

Por la categoría de la trayectoria profesional de Daniel Feierstein, entiendo que sus palabras son orientadoras para nuestra concepción de la actualidad política. 

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