Aniversario de Jardín América: Una melodía que dio inicio a un símbolo

Para hablar sobre los inicios de la canción oficial de Jardín América, hay que retroceder hasta 1986. En aquel entonces, aún no había una canción que identificara a los habitantes de Jardín América, por lo que a Mario Mereles, un residente del municipio, se le ocurrió la idea de crear una. Ya tenía la letra en mente, sólo faltaba plasmarla, por lo que solicitó a Antonio Faccendini, autor de un libro sobre la historia de la ciudad, que la transcribiera. Mereles habló sobre este momento y dijo: “Le dije que quería que escribiera una letra especialmente para Jardín, yo quiero hacer la música, tengo la idea en mi mente y quiero empezar antes de que se me olvide”.

Dos semanas después, Faccendini terminó la letra, pero fue Mereles quien la pensó y el músico quien comenzó a componer la melodía. “Como ya sabía en qué tono lo iba a hacer, fui haciendo variaciones y arreglando todo para crear lo que quería”, explicó. También dijo que había una parte de la letra que le sobró, por lo que la convirtió en un recitado. La canción fue tomando forma y si había algo que corregir, Mereles trabajó con algunos amigos músicos para hacerlo.

Mereles estaba muy entusiasmado por cumplir su sueño y también lo compartió con su hija, Gisell Mereles, quien ya cantaba a los 4 años. “Por supuesto, le enseñé hablando porque ella no sabía leer. Ella practicaba su voz y yo la corregía. Así que propuse a la Comisión del Festival Provincial Infantil del Folklore que ella cantara como parte de la bienvenida, y en 1991, comenzó a cantar en público”. Alrededor del año 2000, la canción se convirtió en la canción oficial de Jardín América.

El deseo de Mereles es que los niños aprendan la melodía de la canción, que se enseñe en las escuelas y en casa. Existen materiales disponibles para que los niños puedan aprender, ya que la letra describe la ciudad en sí. Sería de gran importancia que la canción se practicara en las aulas.

La música que une
Mario Mereles, en su pasado, fue un futbolista exitoso que jugó en el Club Social y Deportivo Jardín América, donde salió campeón en el primer Torneo Provincial y fue el goleador del equipo. Sin embargo, su carrera futbolística se vio interrumpida después de que se lesionó en el primer partido al pasar a otro equipo de mayor categoría. A partir de entonces, abandonó el fútbol y se dedicó a la música, en la cual encontró su verdadera pasión y éxito. A pesar de haber dejado el fútbol, Mario siempre estará agradecido por el camino que hizo en el deporte, ya que le sirvió para encontrar su camino en la música.

La hija de Mario, Gissell Mereles, también se dedica a la música y a la enseñanza. Desde muy pequeña, Gissell mostró su pasión por la música y su padre la introdujo en este mundo. Actualmente, Gissell es maestra de grado y utiliza este arte para enseñar a sus alumnos.

“Trato de agregar siempre lo que me apasiona cuando estoy en el aula y hacia ese camino voy, quiero seguir en ambos rubros en los que quiero seguir aprendiendo para poder enseñar a los chicos”, comentó Gissell.

Además, es integrante de un ministerio de música en la parroquia Cristo Redentor de la ciudad y canta en la Santa Misa para agradecer a Dios por el don que le ha sido dado.

Tanto Mario como Gissell han encontrado en la música una fuente de pasión y éxito en sus vidas. A pesar de que tienen diferentes carreras, la música siempre ha estado presente en sus vidas y la han utilizado como herramienta para compartir y enseñar a los demás.