Las comas no son un adorno
Míriam Aguilar López y José Antonio Hinojosa Poveda Para The Conversation

Recientemente hemos asistido a un intenso debate en el seno de la Real Academia de la Lengua sobre la conveniencia de usar la tilde diacrítica en la palabra solo a la hora de distinguir entre el adverbio, que equivale a solamente, y el adjetivo. Más allá de las repercusiones de este tipo de polémicas en los medios de comunicación, el debate nos recuerda la importancia de realizar un correcto uso de las reglas ortográficas para poder comunicarnos de una manera eficaz.
Las normas ortográficas no solamente tienen que ver con tildes o un deletreado correcto de las palabras. Una faceta que muchas veces pasamos por alto, y que es igual de importante a la hora de comunicarse correctamente, son las comas. La coma ha sido en innumerables ocasiones la causante de muchos malentendidos. Imaginemos que hemos invitado a cuatro amigos a cenar y queremos reservar mesa. Mientras apagamos el ordenador y nos preparamos para salir, recibimos el siguiente mensaje de uno de ellos: “Andrea, Daniel o Javi y Ana irán a cenar”. Inmediatamente comenzamos a rascarnos la cabeza mientras esbozamos cierto gesto de fastidio y dudamos sobre si será Daniel, o Javi y Ana (es decir, si la disyuntiva se plantea entre Daniel a solas, o Javi y Ana juntos); o tal vez Daniel o Javi, y Ana, (es decir, la disyuntiva es únicamente entre Daniel o Javi) quienes cenen con Andrea y con nosotros. El emplazamiento de una coma detrás de Daniel o bien Javi hubiera ayudado a esclarecer la situación.
Esta coma que ha recibido varios nombres, en el mundo anglosajón ha protagonizado muchos debates y se conoce como coma Oxford. Normalmente se coloca antes del último elemento de una enumeración y es famosa por protagonizar algunos chistes como este: “Invitamos a los bailarines, JFK y Stalin”. En este caso, no se sabe si los bailarines (llamados JFK y Stalin) fueron invitados, o si invitamos a JFK y Stalin conjuntamente con los bailarines. Aunque en inglés esta coma antes de la conjunción “y” está permitida, en castellano es incorrecta (excepto si el resto de los elementos de la lista están separados por punto y coma). La manera de desambiguar una frase como esa sería cambiando el orden de la enumeración: “Invitamos a JFK, Stalin y los bailarines”.
(...) Fijémonos bien en estas dos frases:
-El escritor, que está muy decepcionado, fuma mucho tabaco.
-El escritor que está muy decepcionado fuma mucho tabaco.
(..) En la primera, las comas nos hacen comprender que se trata de un escritor muy fumador que acaba de sufrir algún desengaño. Es decir, la oración subordinada de relativo (que está muy decepcionado) es explicativa, añade información, pero podría omitirse. Por el contrario, la segunda frase sugiere que entre un conjunto de escritores hay uno desencantado que no para de fumar. Aquí se trata de una oración subordinada especificativa (el “que está muy decepcionado”, y no otro) y si la quitamos, cambia el significado del resto de la frase. En estos ejemplos vemos cómo el uso de comas es crucial para evitar la ambigüedad y transmitir un mensaje claro. El buen uso de comas puede decirnos algo importante sobre nosotros, lectores: las personas que muestran una mejor competencia lectora son también aquellas que saben colocar la coma correctamente en el lenguaje escrito, y esto se empieza a observar ya en el inicio de la adolescencia. Además, se sabe que el cerebro procesa una coma en lenguaje escrito de manera muy parecida a las pausas que realizamos mientras hablamos, especialmente en el caso de aquellas personas que usan las comas correctamente en el texto escrito.(...)