Se busca potenciar ciertas características del cultivo

Estudian el germoplasma del té para avanzar en el mejoramiento genético

En la Estación Experimental Agropecuaria del Inta en Cerro Azul se creó un banco que resguarda las muestras y mediante el cual se realizan cruzamientos dirigidos
lunes 17 de abril de 2023 | 6:05hs.
Estudian el germoplasma del té para avanzar en el mejoramiento genético
Estudian el germoplasma del té para avanzar en el mejoramiento genético

La investigación en Misiones se aboca en muchos casos a buscar maneras de cultivar, de aprovechar los espacios y mejorar los rendimientos. En ese sentido, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) lleva adelante un trabajo importante y exhaustivo, analizando diferentes alternativas para la producción provincial. Un ejemplo de ello es la creación de un banco de germoplasma de té (Camellia sinensis), con el fin de determinar y avanzar en el mejoramiento genético de la planta, con el objetivo claro de seguir contribuyendo al crecimiento productivo y económico en la provincia.

Sobre esto, se refirió Rosana Bubillo, licenciada en Genética e investigadora de la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Cerro Azul del Inta quien en diálogo con El Territorio explicó los alcances y la importancia que tiene para la producción de la Tierra Colorada.

 “El banco de germoplasma de té comenzó a realizarse en 2006 en Cerro Azul. Lo que se buscaba y se busca es tratar de preservar la variabilidad del té, ya que aquí se dan todas las condiciones para que ese cultivo prospere. Entonces, lo que hizo en ese momento el ingeniero (Sergio) Prat Kricun, que era jefe del equipo de yerba mate y té de la Estación Experimental, fue empezar a armar un banco de germoplasma”, contó.

Al tiempo que explicó que un banco de germoplasma es un lugar en el cual se preserva la mayor variabilidad posible de una especie determinada. Es sumamente necesario para tener de dónde buscar esa variabilidad al momento de trabajar con programas de mejoramiento genético de dicha especie. “Cuando vas mejorando una planta, vas acotando o disminuyendo esa variabilidad para que los resultados sean los más parecidos posible  y tener uniformidad en un cultivo, por ejemplo”, agregó la investigadora.

Planes de mejoramiento

Sobre los planes de mejoramiento genético, Bubillo relató que tienen como finalidad una mayor producción de brote verde por hectárea y calidad del té elaborado. “Se busca que en menor cantidad de superficie sembrada, haya mayor productividad. Por mencionar un caso, antes se plantaban las plantas de té a una distancia de metro y medio, mientras que ahora pueden plantarse a un metro o 60 centímetros como mínimo, se va evolucionando en ese tipo de producción”, añadió.

De esta forma, la investigación va contribuyendo con el productor a encontrar nuevas formas de cultivo. “Siempre depende de dónde estamos ubicados, porque acá podemos mecanizar la cosecha de té por ejemplo, pero en regiones como India, el té se planta en zonas montañosas y la cosecha se hace manual. Es la misma planta, género y especie, pero tiene un manejo diferente”, recordó la investigadora.

Según expresó, en el banco de germoplasma de la EEA Cerro Azul hay 203 accesiones, que responden a lugares de origen diferentes, desde Sudáfrica hasta Rusia, y otros. “Además, hay también cruzamientos que se hicieron acá y produjeron cultivares con muy alto rendimiento y características diversas, como la tolerancia a sequía o heladas, que son comunes en nuestra zona. El té no es originario de América pero se ha adaptado muy bien a nuestro suelo y clima”, distinguió.

Asimismo, señaló que hay tres variedades diferentes de té que tienen que ver con sus orígenes. Uno es el té chino, otro el assamico de India y el té camboyano, cada uno con sus propias características. “Nosotros en Misiones tenemos híbridos, entre el chino y el assámico, a parte de las líneas puras. Esa clasificación se da más en lugares de origen, alrededor del mundo mayoritariamente son híbridos porque se busca cumplir la adaptación al suelo y el clima. Con el híbrido tenés más posibilidades de que se adapte”, adujo Bubillo. Otra clasificación tiene que ver con el tipo de elaboración, ya que puede ser verde, blanco, rojo, etcétera.

“Con estas accesiones que pudimos recolectar desde el 2006 en adelante, se fue viendo ciertas características que le llamaron la atención de forma visual. Se analizó la forma de la hoja, estructura de la planta, etc., se hizo catado y análisis de composición química del té elaborado y en base  a todo esto, se fue seleccionando y cruzando los tés. Entonces, por esos cruzamientos dirigidos, llegamos a 24 cultivares inscriptos en el Instituto Nacional de Semilla (Inase) que tienen características diferenciales, por ejemplo en la producción de brotes que es mayor a otras plantas. Estos cultivares los tenemos nosotros y se dan a los productores. No se venden, se proporcionan las ramas para que el productor lo plante en su chacra, pero siempre que tengamos stock”, destacó la investigadora.

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