Vuelo de bautismo

domingo 16 de abril de 2023 | 3:18hs.
Vuelo de bautismo
Vuelo de bautismo

06/ 06/ 78    Argentina 2- Francia 1

El avión despegó del Palomar en una oscuridad casi absoluta, solamente algunas luces laterales de la pista estaban encendidas. El piloto conocía de memoria la pista en la que había aterrizado y despegado tantas veces a esa misma hora. En el piso del deposito de cargas iban acostados cuatro hombres con los ojos vendados y las manos atadas.

Los uniformados los miraban en silencio hasta que el avión remontó vuelo. Por la puerta lateral que seguía abierta se veían las luces de la ciudad y la oscuridad del Río de la Plata, cuando estuvieron sobre él doblaron a la izquierda costeándolo.

- Mirá el Monumental- dijo el que estaba a cargo parado al lado de la puerta abierta.

- Está por empezar el partido, hoy jugamos contra los franceses- le gritó desde el otro lado uno de sus colegas.

- Mirá los fuegos artificiales, ya están saliendo a la cancha.

- Que espectáculo. Te imaginás cuando salgamos campeones mundiales, como locos van a estar todos.

- Acá tenemos que salir campeones.

- Vamos Argentina carajo.

- Vamos, vamos Argentina, vamos, vamos a ganar, que esta barra...

- Vamos ustedes también canten- le ordena pateando a uno de los hombres vendados.

Todas las voces mezcladas, algunas cercanas al sollozo y otras con autoridad, pateando de vez en cuando a alguno de los caídos.

- Vamos, vamos Argentina, vamos, vamos a ganar...

El canto se mezclaba con el ruido del motor en el silencio cada vez más oscuro del Río de la Plata. Cuando las luces de la ciudad dejaron de verse, uno de ellos se puso de pié.

- Dale que quiero volver para ver el segundo tiempo.

Todos los soldados se pusieron de pie.

- ¿Quién de ustedes nunca voló?

Silencio

- A ustedes les pregunto- dice pateando a uno de los hombres vendados.

- Yo nunca había volado- dice uno de ellos tímidamente.

- Entonces este es tu vuelo de bautismo, por eso vas a ir vos primero.

Los uniformados lo toman de los brazos y lo arrastran hasta la puerta abierta a la oscuridad. Los sollozos se superponen al ruido del motor entrando con la fuerza del viento. Los demás hombres vendados se dan cuenta que se ha ido porque dejan de escucharlo. Uno a uno van cayendo en esas aguas que van a devorarlos. El último de ellos no puede contener el llanto, se acurruca en el piso pero los borceguíes lo patean impiadosos en la espalda hasta hacerlo arrastrarse al borde del abismo. Un último puntapié y la puerta queda vacía.

- No hay caso estos civiles son todos unos cagones- dice como para sí y grita hacia la cabina del piloto.

- Dale volvamos que quiero ver el partido.

 

Jorge Lavalle 

El relato es parte del libro Argentina 78, el otro mundial. Lavalle tiene publicado los libros Releyendo mitos (cuentos), Sarita (novela), Andrés y la Melchora (novela), entre otros

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