Catorce efectivos son juzgados por lo ocurrido en 2021 en el barrio porteño de Barracas

Testigos de un crimen y víctimas de torturas declararán en debate oral

Tres amigos de Lucas González, jugador de fútbol de 17 años que murió luego de ser baleado por policías durante una persecución, atestiguarán mañana en la segunda jornada del juicio
lunes 27 de marzo de 2023 | 6:03hs.
Testigos de un crimen y víctimas de torturas declararán en debate oral
Testigos de un crimen y víctimas de torturas declararán en debate oral

Los tres amigos de Lucas González que fueron testigos del asesinato del adolescente de 17 años con el que iban en un auto que fue atacado a tiros por una brigada de la Policía de la Ciudad, en noviembre de 2021 en el barrio porteño de Barracas, declararán mañana martes en el juicio al que son sometidos 14 efectivos de esa fuerza, al igual que los padres de la víctima, quienes recordarán a su hijo y lo que vivieron tras el crimen.

Julián Salas, Joaquín Zuñiga y Niven Huanca, declararán en la audiencia que se desarrollará a partir de las 9 del martes, tanto en su carácter de testigos del asesinato como de víctimas, ya que los tres fueron sometidos a torturas por parte del personal policial que llegó al lugar tras el hecho.

También se espera que los padres de Lucas, Mario “Peca” González y Cintia López, declaren durante la misma jornada como testigos del debate que tiene a tres efectivos de la Policía de la Ciudad acusados del homicidio de Lucas y a otros 11 imputados del posterior encubrimiento y las torturas contra los otros tres chicos.

La segunda audiencia del juicio se desarrollará en la sala Auditórium de los tribunales federales de la avenida Comodoro Py 2002, en el barrio porteño de Retiro.

Los voceros judiciales dijeron que el primero en declarar ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 25, Ana Dieta de Herrero, Daniel Navarro y Marcelo Bartumeu Romero, será el papá de Lucas, tras lo cual lo hará su esposa y madre de la víctima.

La mujer estará acompañada por una psicóloga o psiquiatra y declarará en caso de que se encuentre en condiciones de hacerlo.

Testimoniales
El abogado de la pareja, Gregorio Dalbón, dijo al portal Télam el deseo de Cintia de declarar sobre lo ocurrido la mañana en la que su hijo salió de su casa de Florencio Varela y fue a entrenar al club Barracas Central y también lo que vivió luego en el hospital donde Lucas estuvo internado y murió a raíz del balazo policial que recibió en la cabeza, donde, según el letrado, “fue tratado como un delincuente”.

“Cintia fue incorporada como un testigo nuevo, la citó la Justicia y ella quiere cumplir. Yo no la expondría, pero la decisión es de ella, que es la madre de la víctima”, añadió el letrado.

Luego será el turno de atestiguar de los tres jóvenes amigos de Lucas que estaban con él cuando el auto en el que se movilizaban fue atacado a tiros por la policía, en lo que se intentó hacer pasar como una persecución y tiroteo con delincuentes.

Según la instrucción de la causa, llevada a cabo por el fiscal Leonel Gómez Barbella, los cuatro se encontraban el 17 de noviembre de 2021 a bordo de un Volkswagen Suran cuando fueron interceptados cerca de las 9.45 por un vehículo Nissan Tiida, sin identificación ni balizas, en el que iban tres policías de la Brigada de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad, en el cruce de las avenidas Iriarte y Vélez Sársfield, en Barracas.

De acuerdo a lo que surgió de la pesquisa, los chicos pensaron que se trataba de ladrones que iban a robarles y aceleraron para escapar, por lo que comenzó una persecución en la que los tres policías dispararon hacia el auto e hirieron de muerte a Lucas, quien murió al día siguiente en el Hospital del Cruce de Florencio Varela.

En la instrucción del caso se estableció que tras recibir un tiro en la cabeza, Lucas cayó herido sobre las piernas de Salas, quien condujo algunas cuadras hasta que pidió ayuda a dos policías, que los trataron como delincuentes y los detuvieron.

En tanto, Niven salió corriendo asustado hacia su casa y cerca de las 16 se presentó con su madre en una comisaría de la zona para ponerse a disposición de la Justicia.

En la escena del hecho, los adolescentes fueron señalados como presuntos delincuentes y, tras ser insultado, maltratados y esposados, fueron trasladados en calidad de detenidos al Instituto de menores Inchausti, desde donde fueron liberados tras comprobarse que, al igual que Lucas, eran jugadores de las inferiores del club Barracas Central.

Insultos y discriminación
De las declaraciones de los adolescentes en la etapa de instrucción de la causa surgió que el inspector Gabriel Alejandro Issasi (41), el oficial mayor Fabián Andrés López (48) y el oficial Juan José Nieva (37) -los tres policías acusados de homicidio- los amenazaron, les dijeron “villeros” y “negritos” y los mantuvieron esposados y tirados en el piso mientras Lucas agonizaba en el auto.

“Ah, sos de Varela, a los negritos como vos hay que pegarles un tiro en la cabeza”, le dijo uno de los efectivos a Zuñiga.

“Villeritos”, “dónde tenés la falopa”; “dónde está el arma con que mataron a su amigo”, “hay que pegarles un tiro”; fueron otras de las frases degradantes que los policías les dijeron.

A los tres adolescentes “los mantuvieron durante más de dos horas esposados contra el piso boca abajo y luego sentados”, sometidos a “tratos denigrantes e inhumanos, denotando un significativo odio racial hacia los mismos”.

Por tal motivo, Issasi, López y Nieva, quienes integraban la División Brigadas y Sumarios de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad, llegaron a juicio detenidos y acusados de “homicidio agravado por haber sido cometido con alevosía, por placer, por odio racial, por el concurso premeditado de dos o más personas y por cometerse abusando de su función o cargo por un miembro de una fuerza policial”.

En la primera jornada del debate oral, los tres efectivos, quienes son defendidos por el abogado Fernando Soto, declararon sin aceptar responder preguntas, y en la misma línea aseguraron que actuaron “en legítima defensa” y “en cumplimientos del deber”, por lo que no cometieron “ningún delito”.

En tanto, otros 11 policías que llegaron a juicio acusados de encubrir el hecho mediante diversas maniobras -entre ellas “plantar” un arma en el auto de las víctimas- y también de someter a torturas a los jóvenes, enfrentan cargos por “falsedad ideológica, privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional y sin previsión de la ley, encubrimiento agravado por la condición de funcionarios públicos y por ser el delito precedente especialmente grave e imposición de torturas”.

Además, en el caso de dos de ellos también por “falso testimonio agravado por haber sido cometido en una causa penal y en perjuicio de los imputados”.

Se trata del principal de la Comuna 4D Héctor Claudio Cuevas, del comisario y subcomisario de la brigada de esa comuna, Juan Horacio Romero (51), del subcomisario Roberto Inca (48), del comisario inspector del Departamento Comunal Vecinal 4 Daniel Alberto Santana (50), y del comisario de la Comuna Vecinal 4A, Rodolfo Alejandro Ozán (54).

También están acusados el comisario de la Comisaría Vecinal 4D, Fabián Alberto Du Santos (51); el comisario de la Comuna 4D, Ramón Jesús Chocobar (48) y de los oficiales de la Comisaría Vecinal 4D Sebastián Jorge Baidón (28), Jonathan Alexis Martínez (34), Ángel Darío Arévalos (34) y Daniel Rubén Espinosa (33).

Todos ellos se negaron a declarar en la primera jornada del juicio, por lo que sus indagatorias en la instrucción fueron incorporadas al debate por lectura.

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