Las memorias del futuro

sábado 25 de marzo de 2023 | 6:00hs.

Por Claudia Feld Para Télam

De los cuarenta años ininterrumpidos de gobiernos democráticos a cumplirse en 2023, el predio de la Esma pasó veinte en manos de la Marina. Como si ese lugar no hubiese sido el epicentro de crímenes atroces, allí siguió funcionando hasta 2004 la escuela de oficiales de la Armada. Sin embargo, desde mucho antes las memorias habían hecho una laboriosa reconstrucción de lo sucedido en ese centro clandestino de detención, tortura y exterminio ubicado sobre la avenida del Libertador, en la ciudad de Buenos Aires.

La “recuperación” del lugar tardó varios años en concretarse, ya que entre 2004 y 2007 se terminaron de desalojar todas las instituciones navales. El esperado museo demoró todavía más, y se inauguró en mayo de 2015 en el edificio conocido como Casino de Oficiales. Allí, miles de personas habían sido torturadas, recluidas en condiciones inhumanas e inyectadas con sedantes para ser arrojadas al mar mediante los vuelos de la muerte. Desde 2015, decenas de visitantes cada día recorren esos siniestros salones, la tristemente célebre Capucha y el sótano, escuchando y leyendo cómo fueron los padecimientos de los secuestrados y en qué consistió el macabro plan ideado por los represores de la Esma para realizar estafas millonarias, valerse de la mano de obra esclava de las personas detenidas y abusar de maneras inimaginables de sus víctimas.

Este sintético recorrido demuestra que las memorias no siempre ni necesariamente desembocan en la construcción de un espacio de memoria. Para que ello ocurra se necesitan, a lo largo del tiempo, inquebrantables batallas, actores que las sostengan y acciones gubernamentales que las materialicen.

En ese marco, la postulación del Museo de la ex Esma para ser incluido en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco, que se inició en 2022 y se definirá el próximo mes de septiembre, permite imaginar a futuro una estabilidad perdurable para ese sitio. La ex Esma ya es, desde hace décadas, un emblema de los horrores ocurridos en la dictadura y de muchas de las construcciones democráticas de nuestro país en torno a los derechos humanos. Al integrar el Patrimonio Mundial, la terrible experiencia del terrorismo de Estado en Argentina quedará inscripta en la memoria de la humanidad. En un contexto marcado por el ascenso de las extremas derechas y de los discursos de odio, este reconocimiento internacional procura concientizar a las generaciones venideras para que los horrores vividos en la Esma no se repliquen nunca más en Argentina ni en ningún otro país del mundo.

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