Las plantas no pudieron desarrollarse de manera plena en primavera-verano

Cosecha de cultivos muestran graves consecuencias del período de La Niña

Aunque el fenómeno transita la etapa final, las precipitaciones no se estabilizan y se dan de forma dispar. En el Norte llovió este año cuatro veces más que en zona Sur
jueves 23 de marzo de 2023 | 6:06hs.
Cosecha de cultivos muestran graves consecuencias del período de La Niña
Cosecha de cultivos muestran graves consecuencias del período de La Niña

Poco a poco, las chacras van dejando atrás el amarillo de la sequía para dar lugar a nuevos brotes. Muy lentamente, Misiones va recuperándose con la presencia de las escasas precipitaciones. No obstante, los daños que dejó el fenómeno de La Niña siguen apareciendo en los cultivos. Las consecuencias tardías se pueden ver en la falta de producción y en las dificultades para conseguir ciertos productos, como los cítricos, la mandioca, entre otros.

La esperanza que trae consigo el fin de La Niña se deja ver entre los colonos. De acuerdo a lo que indican los expertos, el fenómeno está desapareciendo para dar lugar a un período más neutral. Sin embargo, aunque las lluvias comenzaron a aparecer, siguen siendo de forma dispar a lo largo de la provincia de Misiones. De acuerdo a los datos relevados por La Estación Experimental Agropecuaria Cerro Azul del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), la diferencia es abismal. Mientras en zona Norte las precipitaciones fueron de casi 400 milímetros durante enero y febrero, en zona Sur apenas si llegan a los 100.

Por todos estos factores, la llegada de un otoño con condiciones más equitativas crea tímidas expectativas en el sector. Empero, por lo pronto, habrá que esperar una nueva cosecha para volver a contar con algunos productos de las chacras en mejores condiciones y cantidad.

Consecuencias graves
El período de La Niña parece estar llegando a su fin para dar lugar a un período más óptimo. Sin embargo, este pasaje sigue siendo lento y con poca caída de agua, por lo que al suelo todavía le cuesta mucho recuperarse en profundidad.

Al respecto, José Olinuck, agrometeorólogo de la Estación Experimental Agropecuaria del Inta Cerro Azul, remarcó El Territorio que el impacto de estos factores en la producción sigue siendo grave, sobre todo en aquellos cultivos cuyo proceso de desarrollo es más lento, como el caso de las frutas. A modo de ejemplo, habló sobre el caso de los cítricos, que prácticamente no se consiguen en gran cantidad aún en ferias y verdulerías. “Ahora estamos cosechando productos que vienen de la época más compleja de la sequía, por eso las consecuencias todavía se ven muy graves”, dijo.

Y añadió: “Es largo el proceso de la fructificación. Cuando empieza a llover como ahora, un poco más, los cultivos que primero empiezan a sentir los beneficios son los que primero también sienten la sequía. Entonces si yo hago un cultivo externo de lechuga, va a sentir la sequía rápidamente, y cuando comienza a llover se recupera más rápido. Pero por el contrario, el cítrico no. Los cítricos florecen una sola vez en el año, en primavera. Entonces tendríamos que esperar a la próxima cosecha, porque la primavera que pasó estuvo todavía muy seca, con sequía muy intensa. La floración y fructificación de los cítricos en la primavera pasada y comienzo del verano, realmente fue muy difícil”.

Aseveró que hay varios cultivos que todavía sienten eso, aunque considera que se irá normalizando la cosecha el año que viene. Entre ellas, nombró la yerba que “en general se está recuperando, no está en su mejor momento para nada, pero se recupera respecto a lo que era el año pasado. Lo mismo los bananos, todavía por la sequía de la primavera las plantas no fructificaron normalmente. La producción sigue todavía con los efectos”. También así, el caso de la mandioca “que tiene que estar cosechándose desde enero, febrero, marzo, pero aún se ve poco en la feria y más tarde de los normal”.

Lenta salida de La Niña
Sobre el lento proceso que se está viviendo para salir del fenómeno de La Niña, Olinuck comentó que “seguimos con lluvias escasas, en marzo acá llovió 65 milímetros y el promedio es 168, tendría que llover todavía más de 100 para llegar al promedio nuestro, es mucho todavía. La situación está mejor, la gente comienza a alegrarse de que La Niña se está terminando, entramos a fase neutral. Pero la sequía fue tan extensa que para que se recupere el agua en el suelo, necesitamos más lluvias. Como la sequía fue tan extensa como nunca, el suelo se fue secando en la profundidad”.

También así, el especialista aclaró otro punto importante a tener en cuenta que es la disparidad en la cantidad de lluvias. “Entre enero y febrero en el norte de la provincia llovió casi 400 milímetros en la zona de Iguazú, Andresito, San Antonio. Pero en el extremo sur que es Azara, medimos y llovió exactamente 100 milímetros en dos meses. Es decir que en el norte llovió cuatro meses más de lo que llovió en el sur”.

En tanto, en la zona de Cerro Azul y Leandro N. Alem – dijo – se encuentran en un intermedio, pues llovió alrededor de 200 milímetros. “La zona sur es la que más está sintiendo la falta de agua, eso se asemeja más con Corrientes que estuvo muy seco y recién ahora está teniendo zonas con lluvia. La Niña se está debilitando, pero las consecuencias todavía siguen y en muchas regiones las lluvias todavía están por debajo de lo normal”.

“Esto lo vamos a sentir unos meses más, creo que para fines de otoño va a estar más normalizado. Las expectativas son buenas y se espera que para la próxima primavera y verano tengamos más lluvias”, concluyó.

 

Humedad y calor agobiante al extremo

José Olinuck, agrometeorólogo del Inta, explicó las razones de un otoño tan caluroso como el que se está viviendo y determinó que “en los últimos años, el tiempo se está dando de esta manera tan variable por lo que no es anormal. A pesar del calor que hace, estamos por debajo de las temperaturas máxima del mes de marzo si miramos toda la serie. Acá en 2005 registramos 38º de máxima, y este año no llegamos a 36º, pero la radiación en sí es muy fuerte, la gente siente que quema”.

“Además impacta la humedad. El año pasado la temperatura era más elevada pero el aire era más seco. Somos sensibles a las altas temperaturas y se siente cuando hay más humedad. Está lloviendo por debajo de lo normal pero tenemos más humedad en el aire que en 2021”, ratificó.

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