Un testigo mencionó que los restos estarían enterrados en una estancia de Itapúa

“Jamás hemos perdido las esperanzas de encontrarlo”

Se realizaron ayer, tras nuevas pistas, búsquedas de los restos del estudiante Cristian Schaerer (21), secuestrado en 2003 en Corrientes. No hubo novedades
jueves 16 de marzo de 2023 | 6:03hs.
“Jamás hemos perdido las esperanzas de encontrarlo”
“Jamás hemos perdido las esperanzas de encontrarlo”

Con maquinarias y nueva tecnología se realizó una serie de excavaciones en la tarde de ayer, en búsqueda de los restos del estudiante correntino Cristian Schaerer (21), secuestrado en 2003 en la provincia de Corrientes.

Pero tras un arduo trabajo, fuentes oficiales informaron a este medio que no lograron hallar los restos. Además, mencionaron que no seguirían buscando en otras zonas hasta nuevo aviso.

En tanto, la búsqueda volvió a reactivarse cuando un numeroso grupo de especialistas convocados por la Justicia realizaron excavaciones en una estancia de la localidad de San Pedro del Paraná (Departamento de Itapúa, Paraguay), distante a unos 100 kilómetros de Posadas.

El procedimiento se llevó a cabo desde las 11 luego de que testigos de identidad reservada, brindaran nuevas pistas que marcarían que en ese sitio pudo haber sido enterrado el cuerpo.

El movimiento de suelo en el sitio donde se creía que podrían hallar restos óseos pertenecientes al joven, se realizó ante una comitiva de autoridades fiscales y policiales, acompañada por la jueza penal de San Pedro del Paraná, Miriam López, quien se encargó de realizar el mapeo del área a excavar.

La representante legal de la familia Schaerer, Noelia Núñez, explicó a los medios del vecino país que “se recibieron informaciones creíbles” de un testigo con identidad reservada de que el cuerpo se encontraría en esas coordenadas.

“Iniciamos por primera vez una investigación (en Paraguay), se estima que estamos en la ubicación precisa y si bien el clima nos limita, vamos a continuar”, declaró en el comienzo de la pesquisa, en entrevista con Gen-Nación Media.

“Estamos optimistas por haber llegado a elementos que van a permitir primeramente iniciar una investigación por el homicidio del joven Cristian Schaerer. Tenemos informaciones precisas de personas que pidieron el resguardo de su identidad, las cuales habían facilitado las coordenadas que nos permitieron tener una idea del lugar en el cual se encontrarían los restos de la víctima”, indicó.

Por otro lado, estuvo presente en la búsqueda el papá de Cristian, Juan Schaerer.

Juan Schaerer, padre de Cristian ayudó en la excavación del lugar.

El padre del joven llegó hasta el lugar poniéndose botas para ingresar al terreno donde comenzó el mapeo y se dispusieron a la excavación, buscando el cuerpo de su hijo.

El hombre relató que en total se desarrollaron unas 10 excavaciones en diversos sitios en busca de los restos óseos de Christian. También explicó en diálogo con los medios que las excavaciones son “a partir de un dato que nos dio una persona en el mes de noviembre del año pasado, pero por la burocracia y la feria judicial se fue dilatando hasta ahora”.

En relación al trabajo realizado sobre el terreno detalló que “pese a la lluvia estuvimos buscando con un escáner que posee un georadar, y en paralelo hicimos excavaciones en algunas zonas en las que presuntamente podría estar. Estamos tratando de encontrarlo”.

La esperanza de encontrarlo
El progenitor ratificó que “jamás hemos perdido las esperanzas, es una materia pendiente para nosotros encontrarlo a Cristian, tener un lugar donde rendirle homenaje, por eso cada vez que podamos tener un dato que nos indique alguna posibilidad, vamos a intentar”.

“Hemos pasado por cientos de situaciones aquí, también en otros lados, con decenas de excavaciones sin resultados positivos, pero confiamos que en algún momento lo vamos a encontrar”, apuntó.

Sobre el testigo protegido, Schaerer apuntó que “estuvo cuando lo hicieron y contó lo que vio, por eso indicó el lugar. Dijo que fue testigo del momento cuando fue traído en un camioncito y que en aquel momento lo enterraron acá. Eso permitió iniciar un expediente nuevo que derivó en estas nuevas búsquedas”.

En esa línea, voceros responsables de la búsqueda expresaron ante este medio que la excavación fue exitosa pero que no se halló ningún resto que puedan corresponder al joven secuestrado.

“Se logró realizar la excavación en las coordenadas donde se tenía la información mediante una fuente humana del lugar, que estaban los restos, pero no se encontró nada”, mencionó.

Por último, manifestó que “no se va a continuar con la búsqueda. Se hizo el trabajo en esa coordenada, ya concluyó y no está previsto que se haga la búsqueda en otro lugar”.

Un crimen impune
Hace casi 20 años Cristian Schaerer se encuentra en condición de desaparecido, lo que se considera el secuestro más largo de la historia criminal argentina.

El secuestro ocurrió el 21 de septiembre de 2003. Según se pudo reconstruir, a las 23.30, cuando llegó a su casa del barrio Las Tejas de la ciudad de Corrientes a bordo de su auto Mercedes Benz y justo antes de ingresar al garaje, fue interceptado por cuatro delincuentes que mediante golpes y amenazas lo subieron a un Fiat Duna blanco.

Desde Las Tejas, Schaerer fue conducido hasta un galpón de la localidad de Saladas, a unos 110 kilómetros de la capital correntina. Allí se estima que el joven estuvo entre los días 22 y 23 de septiembre, hasta que la banda decidió llevarlo a una chacra de Paso de los Libres, donde permaneció aproximadamente quince días.

El cautiverio del estudiante correntino traspasó la frontera, porque luego fue cruzado por el río Uruguay hacia la ciudad brasileña de Uruguayana, donde estuvo otros quince días privado de su libertad en dos inmuebles distintos.

“Tengo 21 años, tengo proyectos, lo hablé con Adriana y vamos a casarnos en dos años. En dos años me recibo, quiero ser padre, quiero tener una familia”, había mencionado Crisitan en una de las pocas cartas o grabaciones que pudo enviarle a su familia como prueba de vida mientras estuvo en manos de una perversa banda criminal.

El 6 de noviembre, siguiendo las instrucciones de los secuestradores, la madre de Schaerer viajó primero a Encarnación y luego a Ciudad del Este, donde la hicieron recoger varias postas con indicaciones hasta dejar los 277.000 dólares del rescate en el lugar elegido. Ese dinero se repartió en la ciudad brasileña de Curitiba, pero a Cristian nunca lo liberaron.

La última prueba de vida había sido entregada en octubre de ese año. En una grabación enviada a su madre y hermano, el muchacho dio detalles de su infierno: “Estoy todo destruido, estoy todo quebrado, todo lastimado, todo ensangrentado. Estoy sin comer, estoy sin tomar agua, si no pagan en pocos días me voy a morir. Estoy golpeado, estoy ensangrentado. Tengo la pierna rota, la rodilla rota, tengo la cabeza lastimada, tengo todo el cuerpo mutilado, tengo diez kilos menos y me falta un diente. Me faltan varios dientes, si me ven no me van a reconocer”.

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