Las enormes deudas pendientes con las mujeres

miércoles 15 de marzo de 2023 | 6:00hs.

Institucionalizado por las Naciones Unidas en 1975 con el nombre de Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo conmemora su lucha, su emancipación dentro de la sociedad y su desarrollo íntegro como persona. La mujer no solo encarna la figura más sublime que es la madre; también es la abuela, la hermana, la tía, la prima, la amiga, la novia. Todo eso y mucho más, representa en nuestra breve existencia de vida.

En el examen cronológico de su reconocimiento, se recuerda que la primera conmemoración se realizó en 1911 en Europa, desde entonces se ha extendido a otros países y continentes. En 1972 la Asamblea General de las Naciones Unidas declara Año Internacional de la Mujer, e invita a los Estados miembros a declarar, conforme a sus tradiciones históricas y costumbres nacionales, los derechos de la mujer.

Este reconocimiento no fue fácil de conseguir. Detrás de ella hay toda una historia que empezó a gestarse con los movimientos sociales del siglo XIX en los que las mujeres empezarían a tener voz y ganar importancia. En esto tuvo mucho que ver el Comité Nacional de Mujeres del Partido Socialista Americano, exigiendo el voto femenino. Después, en Copenhague de la vieja Europa, imitando a sus pares estadounidenses, las socialistas de la época proponen la creación de un Día Internacional de las Mujeres, como forma de apoyar las causas sociales y la igualdad de sus derechos. Daba comienzo una lucha que, a lo largo del tiempo sería farragosa.

En Argentina, otra socialista, Alicia Moreau de Justo, crearía en el año 1907 el Comité Pro-Sufragio Femenino, dando impulso para que Buenos Aires fuera elegida como sede del Primer Congreso Femenino Internacional, donde se reclamó enérgicamente el derecho de las mujeres a votar. Recién, 44 años después, merced a la gestión de María Eva Duarte, las mujeres argentinas votaron por primera vez en 1951. Todo un logro reivindicativo en el cual fue reconocida la igualdad de derechos políticos del sexo femenino.

Sin embargo, luego de tantas conquistas, hay en la actualidad una enorme deuda pendiente que la sociedad aún mantiene con las mujeres, por ejemplo, la igualdad económica y la necesidad de aumentar la representación de género en los más diversos ámbitos.

Se lee: estudiar, trabajar, disponer de los propios bienes, votar, decidir cuándo y cómo ser madre: nada de esto era considerado “natural”, apropiado, obvio, justo o legal en buena parte del Occidente de hace apenas dos siglos. En términos históricos, un suspiro, y en términos políticos, ningún regalo. Por eso la escritora Margaret Atwood no se cansa de recordar que la democracia, en tanto sistema capaz de amparar los derechos de las mujeres, “siempre es provisional y depende de la capacidad de la gente y de su voluntad de defenderla”. Además, la concreción de algunos logros todavía está por verse, las estremecedoras cifras de los femicidios así lo indican.

Se coincide que, en nuestras sociedades, las mujeres siguen siendo las que se ocupan en su mayor parte de los cuidados ligados a la salud física y emocional de los seres cercanos y de todo lo que implica la vida doméstica, un compendio de tareas tan despreciado, repetitivo y costoso como exigente y absolutamente imprescindible. Entonces se pregunta ¿cómo lograr que estructuras forjadas a mediados del siglo XX, en el reinado del ama de casa y el varón proveedor se adapten a nuestras vidas?

Si de epopeyas heroicas debemos hablar, nada más conmovedor que la carta de la primera dama de Ucrania Olena Zelesnska, escribiera en el día de la mujer; expuesta sintéticamente: “Cuando Rusia dice que no está librando una guerra contra civiles, primero digo los nombres de estos niños asesinados. Nuestras mujeres y niños ahora viven en refugios antibombas y sótanos. Es muy probable que todos hayan visto estas imágenes de las estaciones de metro de Kiev y Kharkiv, donde la gente yace en el suelo con sus hijos y mascotas, atrapados debajo. Estas son solo consecuencias de la guerra para algunos, para los ucranianos es ahora una realidad horrible. En algunas ciudades las familias no pueden salir de los refugios antibombas durante varios días seguidos debido al bombardeo indiscriminado y deliberado de infraestructura civil. El primer recién nacido de la guerra, vio el techo de hormigón del sótano, su primer respiro fue el aire ácido del subsuelo, y fueron recibidos por una comunidad atrapada y aterrorizada. En este punto, hay varias docenas de niños que nunca han conocido la paz en sus vidas. Esta guerra se libra contra la población civil, y no sólo con bombardeos. Algunas personas requieren cuidados intensivos y tratamiento continuo, que no pueden recibir ahora. ¿Qué tan fácil es inyectar insulina en el sótano? ¿O para obtener medicamentos para el asma bajo fuego pesado? Sin mencionar los miles de pacientes de cáncer cuyo acceso esencial a la quimioterapia y al tratamiento de radiación se han retrasado indefinidamente. Mientras que los propagandistas del Kremlin se jactaban de que los ucranianos les darían la bienvenida con flores como salvadores, han sido rechazados con cócteles Molotov. Agradezco a los ciudadanos de las ciudades agredidas, que se han coordinado para ayudar a los más necesitados. Los que siguen trabajando -en farmacias, tiendas, transporte público y servicios sociales- están mostrando que en Ucrania la vida gana”. Conmovedor relato. Pensar que en Argentina hay argentinos que apoyan a Vladimir Putin, el moderno genocida.

Y en nuestro medio local, el miércoles 8, coincidente con el Día de la Mujer, la poetisa Azucena Godoy presentó su último libro de poemas “Del Amor y Otras Calamidades”. La puesta en escena fue en la Librería Tras Los Pasos a cargo de la escritora Evelin Rucker quien expresara: “En las páginas de este libro, Azucena, soñadora de lo ingenuo, nos lleva a caminar desenfadadamente su atrevimiento de poner en palabras los sentimientos más profundos”. Y en este recordatorio femenil, rememorar en nombre de las mujeres misioneras a dos luchadoras incansables por el bien común. Ambas exdiputadas fallecidas: Augusta Clida Barrios Vda. de Freyre-Peronista- y Mabel Gómez de Marelli-Radical- Que Dios las tenga en su santa gloria.

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