Pinceladas de historia

La evolución fronteriza entre Misiones y el Paraguay

domingo 12 de marzo de 2023 | 6:00hs.

Las relaciones entre Paraguay y la Argentina se remontan a los tiempos en que ambas sociedades nacieron, allá por el siglo XVI. Pero en sus inicios no hubo una frontera que delimitara las jurisdicciones entre ciudades distantes como Asunción y Buenos Aires, pues el vasto territorio casi completamente baldío en sus inicios hacía innecesario un límite entre ambas. Esa delimitación se hizo inevitable cuando surgieron las Misiones Jesuíticas de guaraníes en virtud de precisarse a qué obispado pertenecían.

El Obispado de Buenos Aires se creó por bula papal del 30 de marzo de 1620, separándoselo del de Asunción que existía previamente. Inicialmente no hubo mayores inconvenientes hasta que la invasión de los bandeirantes paulistas que saquearon y destruyeron gran parte de las misiones recién fundadas, obligó a la concentración de los pueblos alrededor de los ríos Paraná y Uruguay. Trece de ellos se ubicaron en ambas orillas del Paraná y diecisiete en cercanías del Uruguay. Ello provocó las primeras divergencias entre ambos obispados, los de Buenos Aires y Asunción porque no se sabía a quien correspondía jurisdiccionalmente la atención de esas reducciones. Después de muchas idas y vueltas se decidió invitar a los obispos de ambas ciudades a tratar el problema y remitir el resultado a la Audiencia de Charcas. Así, en Candelaria, el 8 de junio de 1727 acordaron que los “términos del obispado del Paraguay, son e incluyen las vertientes todas del río Paraná y los del obispado de Buenos Aires, las del río Uruguay, que son divisorias de ambos obispados”. Es decir que no se tomó como límite el río Paraná, sino las serranías donde nacen los arroyos y ríos que llevan sus aguas al Uruguay o Paraná. En este aspecto la mitad occidental de la actual provincia de Misiones quedaba incluida en la jurisdicción paraguaya. Pero previamente, atendiendo a la posibilidad de un conflicto porque pueblos como Candelaria, San Cosme y Damián, Santa Ana, Trinidad, Jesús…etcétera, quedaban separadas de la administración política del resto de las Misiones, se decidió el 14 de octubre de 1726 que “los treinta pueblos a cargo de la Compañía de Jesús queden a cargo del gobernador de Buenos Aires, e inhibidos del Paraguay sus ministros”. Como resultado de ello y de otras consideraciones políticas, una real cédula del 6.XI.1726 dispuso la extensión de la jurisdicción bonaerense sobre todas las reducciones jesuíticas de guaraníes.

La expulsión de los jesuitas en 1767 llevó a la creación de un nuevo distrito donde todos los pueblos anteriormente jesuíticos quedaban subordinados al gobierno de Buenos Aires. Nació allí la provincia colonial de Misiones. Pero como cinco de los pueblos jesuíticos estaban asentados donde hoy es territorio paraguayo, el límite pasó a ser el río Tebicuary. Para su mejor administración, la provincia de Misiones fue fraccionada en cinco departamentos desde 1773. Dos de ellos, con cabecera en Santiago y Candelaria, con un total de 13 pueblos. Los otros tres departamentos de Concepción, Yapeyú y San Miguel, con un total de diecisiete pueblos, se ubicaban en las vertientes del río Uruguay.

En 1783, dentro del Virreinato del río de la Plata se crea el régimen de Intendencias donde se decidió que los límites de cada distrito debían corresponderse con las fronteras de sus antiguos obispados. Con ello, la Intendencia de Paraguay incluía a los dos departamentos de Santiago y Candelaria, llegando sus límites hasta la sierra central misionera. Así lo comprendió el virrey, que por disposición de1 14.VII.1784 aprobó la frontera de la intendencia del Paraguay hasta la sierra misionera. Una orden real de septiembre de 1805 otorgó la administración de la gobernación de Misiones en su totalidad al gobernador Velazco del Paraguay. Pero esta situación fue muy efímera pues, apresado Velazco por su actuación en las invasiones inglesas, el virrey Liniers nombró en Misiones un Comandante de Armas en reemplazo de aquél. Por orden de Cisneros de principios de 1810, se confirió ese cargo a Tomás de Rocamora, quien estaba al frente de la provincia de Misiones al momento de la revolución de Mayo.

La situación limítrofe entre Misiones y Paraguay volvió a adquirir importancia en 1811, en oportunidad de la expedición de Belgrano intentando convencer a los paraguayos que se uniesen a la revolución. Derrotado éste en Tacuarí y Paraguarí se acordó el 12.X.1811 una alianza, entre la Junta de Buenos Aires y la de Asunción. En relación a los límites entre ambos estados, el artículo 4° establecía que “los límites de esta provincia del Paraguay quedarán en la forma en que actualmente se hallan, encargándose su gobierno de custodiar el departamento Candelaria”. Cabe recordar que el departamento Candelaria incluía ocho pueblos: tres de ellos en la margen derecha del río Paraná y cinco en la margen izquierda. El gobierno de Buenos Aires no aprobó ese artículo, encomendando su revisión. A su vez, el gobierno de Asunción recordó su antigua jurisdicción episcopal sobre ese distrito que llevaba sus límites hasta las serranías. La cuestión quedó congelada allí. La independencia del Paraguay y el aislamiento posterior determinado por Rodríguez de Francia, que gobernó entre 1815 y 1840, no dio lugar a nuevos acuerdos limítrofes.

La despoblación de las Misiones después de las guerras artiguistas provocó la ocupación paraguaya de todo el actual territorio misionero, quedando establecida una nueva frontera en la Tranquera de Loreto (actual Ituzaingó)

La presencia paraguaya, desde el nordeste correntino hasta Corpus en Misiones, fue efectiva y tuvo continuidad hasta 1865, con fundaciones concretas como Trinchera de San José y las guardias militares en las tranqueras de Loreto y San Miguel. El abandono paraguayo de la región misionera recién se produjo después de la derrota en Uruguayana y la desocupación de la Trinchera en septiembre de 1865.

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