Me lo contó un policía (Basado en hechos reales)

Jefes militares

sábado 11 de marzo de 2023 | 6:00hs.

Por Luis Eduardo Benítez Comisario general (RE), Abogado dereleb58@hotmail.com

En la época del último gobierno de facto en Argentina, la mayoría de las instituciones públicas estaban dirigidas por militares, y la Policía de Misiones no fue la excepción. Tuvimos en forma alternada teniente coronel y mayor de Ejército ocupando la Jefatura y Subjefatura respectivamente; cambiaron el uniforme de servicio por el denominado uniforme de combate; se implementaron los denominados PEU (Programa de Educación de Unidades), se acentuaron los dictados de “academias” e instrucción, manejo de armas, educación física y desfile para el personal subalterno, e inclusive, se exigió un informe de vida, moralidad y costumbres (informe conceptual) de la futura esposa del personal policial que solicitaba autorización para contraer matrimonio (algo inaceptable en ésta época). Dichos Jefes acostumbraban a realizar “visitas” sorpresivas a cualquier unidad, en cualquier día y a cualquier hora, las que casi siempre tenían como resultado sanciones disciplinarias, desde el jefe hasta el último agente, ya sea porque no tenía prendido el último botón de la camisa del uniforme; porque la higiene de la dependencia no estaba prolija; porque el libro de guardia no estaba forrado; por no informar novedades o no saludar correctamente; etc. Etc. También un gobernador de la provincia de ése entonces era un general del Ejército, y ocupando la residencia, tenía a pocos metros la Dirección General de Comunicaciones de la Policía, desde donde los operadores de turno, via equipos VHF o BLU (largo alcance) se comunicaban con toda la la provincia. Precisamente, este gobernador una noche caminó desde la residencia hasta la dirección, tomó el mando de un equipo y moduló: “Atento Irigoyen, Irigoyen Posadas”, recibiendo de inmediato: “Adelante Posadas, ¿quién opera?”. “Acá opera el Gobernador”; seguidamente escuchó :“Si vos sos el gobernador, yo soy Videla”. El final del radiooperador los dejo librado a su imaginación.

Algo parecido ocurrió cuando el jefe de Policía llegó de sorpresa un domingo por la tarde al destacamento del paraje Tobuna; allí estaba el cabo con el uniforme desprendido, en su silla de madera y los pies sobre una vieja mesa que hacía de escritorio. “¿Qué dice che “?, preguntó el cabo. “¿Usted sabe quién soy yo?”, dijo el jefe. “Ni me interesa”, respondió el cabo”. “Yo yo soy el jefe de Policía…”. “Juipi añamenbuí, ¡¡¡por qué no avisaste che !!!”. No creo que este cabo haya ascendido a cabo primero durante dicho gobierno…

¿Que opinión tenés sobre esta nota?