Francia volvió a parar en repudio al plan de Macron

Decenas de miles de personas marcharon ayer por ciudades de Francia en otra jornada de paro y movilización contra la reforma jubilatoria del presidente Emmanuel Macron, con escuelas cerradas, trenes paralizados, vuelos cancelados y bloqueos de refinerías.

Los sindicatos dicen que el plan de elevar la edad de jubilación de 62 a 64 años es una amenaza a todo el modelo social francés, y más de 250 protestas estaban previstas en toda Francia incluso después de casi dos meses de manifestaciones. El proyecto de ley está siendo debatido en el Senado francés esta semana.

Decenas de miles de personas tomaron las calles de París, Marsella, Niza y otras ciudades, incluyendo Nantes y Lyon, donde la policía reprimió a los manifestantes, según imágenes de canales de TV.

Laurent Berger, secretario general del sindicato CFDT, dijo en horas de la mañana que, según las cifras iniciales, el número de manifestantes movilizado en todo el país se encaminaba a ser el mayor desde el comienzo de las protestas.

Tras semanas de infructuosas protestas pacíficas, entre ellas la más importante en tres décadas contra una reforma social el 31 de enero con 1,27 millones de personas, según la policía (2,8 millones, para la CGT), ahora buscan “paralizar” la economía.

Dos de cada tres está en contra
Dos de cada tres franceses, según los sondeos, se oponen a su proyecto de retrasar la edad de jubilación para 2030 y adelantar a 2027 la exigencia de cotizar 43 años (y no 42, como ahora) para cobrar una pensión completa.

Pero elevar una de las edades de jubilación más bajas de Europa busca, según el gobierno, evitar un futuro déficit en la caja de las pensiones, en un contexto de aumento de la esperanza de vida de la población.

La última vez que los franceses lograron frenar una reforma de las pensiones fue en 1995. Los sindicatos paralizaron los servicios de tren y metro durante tres semanas y lograron mantener un apoyo masivo en la opinión pública.