El patrimonio cultural en el encuentro de sabores

martes 07 de marzo de 2023 | 0:00hs.
El patrimonio cultural en el encuentro de sabores
El patrimonio cultural en el encuentro de sabores

La Puna jujeña invadió de sabores la casa ucraniana del Parque de Naciones, el domingo cuando Ana Laura Ponce descolló con su sapiencia y empatía la historia de la calapurca. En un cálido y emocionante cruce, Ana fue desnudando cada ritual ancestral típico de su provincia mientras reveló las técnicas de la tan simbólica como sabrosa sopa. ‘‘La vida en la Puna y la Quebrada no es fácil’’, marcó al desandar creencias aferradas, a pesar del yugo conquistador.

Buscando un punto en común, entendió que así como en Jujuy, cada colectividad del Parque debe tener sus propios rituales gastronómicos para distintas ocasiones.

De la mano de su tocaya la icónica Anita Tkackzuk, a cargo de la cocina ucraniana la clase tomó rubro de masterclass siempre cercana y sincera. Además, el irrefrenable efecto nostálgico que generan los aromas de la cocina de la madre patria, cobró un realismo palpable cuando una de las oyentes se confesó jujeña. El desarraigo, a pesar de elegido, no ocultó los hondos sentimientos de volver a sentir lo propio.

De este modo, hitos gastronómicos invitados se codearon con la ya tradicional oferta de las colectividades obereñas. Las casas del parque abrieron sus cocinas para que las provincias cocinaran, dando cuenta de una fusión cultural aún más profunda, entre raíces americanas e inmigrantes.

Así, el domingo también hubo un taller sobre elaboración y degustación de alfajores santiagueños en la casa de la colectividad árabe con Hilton y Alejo Garbi. La divertida clase de padre e hijo hasta puso a bailar chacarera a todos los presentes, entre chistes y datos curiosos. Por otra parte, con impronta chayera, las riojanas Cecilia Cárdenas y Aldana Aguirre, ofrecieron sus destacados alfajores con manteca de albahaca, rellenos de dulce de leche y un centro de mermelada de bonarda. ‘‘La idea era poder hacer algo distinto y que nos represente’’, alegó Cecilia. A medida que fue bajando el sol, sirvieron un locro también característico de su zona con un exquisito pan. En esa línea subrayaron que el festival también buscó dar cuenta de que en el país y en el Norte, hay comidas igual de típicas, pero originalmente con distintos ingredientes.

En un fin de semana repleto de gustosas sensaciones, el viernes por ejemplo, hubo una carta colectiva de empanadas, con propuestas bien diferenciadas. De pescado, carne, con mandioca, papa, aceitunas, fritas o al horno cada una deleitó los paladares de quienes se acercaron al Pabellón Argentino. El sábado uno de los puntos álgidos fue el conversatorio Mujeres del Fuego Grande, que reunió anécdotas, recetas y vivencias de distintas regiones. De esta manera la gastronomía sostuvo su preponderancia en la construcción de cultura, uniendo disfrute y saber.

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