La hinchada de Bangladesh

lunes 06 de marzo de 2023 | 6:00hs.

Por Ramón Claudio Chávez Ex juez federal

Esta semana se entregaron en París los premios The Best. Organizado por la Fifa para homenajear a los deportistas más destacados del último año.

El traductor de google nos dice que the best, significa “la mejor” o “el mejor”, porque abarcaba tanto a los deportistas femeninos como masculinos.

La Fifa antes de la ceremonia en un comunicado dijo que se podría ver gratis en todo el mundo, como si fuese la santa misa del Vaticano. Creemos que el organismo tiene “la guita” suficiente como para obsequiarnos ese paquete de “maní con chocolate”.

Estaban las figuras de todo el mundo- esas que no viajan en clase turista-, aunque en sus comienzos quizás hayan sido muy pobres. El “glamour era total“.

Quisimos ir a cubrir el evento, pero nos dijeron que solamente podían estar los que se recibieron de periodistas en la Universidad de Calamuchita, como todo el mundo miramos gratis por la tele.

La fiesta terminó siendo un robo, un asalto a mano armada de la celeste y blanco que se afanó todos los premios.

Aparecieron “los agoreros” de siempre, los que se creen superiores cuando ganan; y cuando pierden afirman que todo es una “farsa”.

Pueden destacar que no somos lo suficientemente objetivos porque tenemos “la camiseta puesta”, pero no pueden olvidar que hace 36 años que Argentina no ganaba un mundial. Sumado a ello el equipo campeón del mundo es el mejor y estos premios son anuales.

El mundial de Qatar era el mundial de Messi, porque era la figura descollante; había logrado todos los premios, incluso varios de ellos en más de una oportunidad, solamente le faltaba este.

Vamos a referirnos en particular al premio a “la mejor hinchada”, que también fue cuestionada sin ningún fundamento valedero.

La hinchada argentina acompañó masivamente, pese a las dificultades a la selección de Messi, ello ocurrió desde la fase de grupos hasta la final. Se quedaba cantando cuando terminaba el partido y ya se habían retirado del estadio todos los demás espectadores.

Los competidores eran un árabe que caminó un mes y medio y los hinchas japoneses. Muchos argentinos vendieron sus pertenencias para viajar a Doha y como en el truco “jugaron callados”; lo de los japoneses no es nuevo, es parte de su idiosincrasia.

Si volvemos la vista atrás, nos cruzamos con la “ola” que inventaron los mejicanos y “la vuvuzela” que se utilizó en Sudáfrica 2010; al lado del ingenio popular de la hinchada argentina, es como hacer de cuenta que “vas a tirar la pelota de trapo contra las cinco latas en un parque de diversiones”.

Como si fuese poco, la hinchada no solamente era argentina, los árabes en general eran hinchas de la selección; y en medio de ello, nos encontramos con nuestra hinchada de Bangladesh.

En Bangladesh los partidos de Argentina eran observados por una gran mayoría, que salía luego a festejar la victoria a las calles. La República Popular de Bangladesh es hincha de la selección desde la época de Malvinas y el triunfo de México 86, con la descollante actuación de Diego Armando Maradona.

La gente de Bangladesh se ha solidarizado con nosotros en el fútbol, porque eran una antigua colonia británica, y le tienen a los ingleses el mismo afecto que le guardamos nosotros.

El diario “Dhaka Tribune” todos los días publicaba notas de nuestra selección y de Lionel Messi. La gente del país que tiene más de 150 millones de habitantes salía a las calles con los colores de nuestra bandera o de la camiseta.

Era tanto el fervor que provocaba el equipo nacional que, entre otras cosas, una conductora de un Canal de Noticias salía al aire con la “camiseta argentina”. Crearon como hinchada de la selección una página de Facebook con más de 400.000 usuarios. Este fenómeno ha ocasionado que se reabriera la Embajada Argentina en Bangladesh.

En honor a la verdad, documentado está que, en el país, cinco millones de personas, sin distinción de clases sociales, de ideologías, culturales o religiosas, salieron a las calles para festejar el tercer título de “campeones del mundo”, y los jugadores no pudieron saludar a todos.

Indiscutido el premio con o sin la camiseta puesta, contradiciendo a la letra del tango “Cambalache”.

“Aquí no todo es igual, tampoco es lo mismo un burro que un gran profesor”.

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