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Los forenses ilustraron el ataque y desmintieron lo dicho por el imputado Martín Monzón

Estupor por los detalles del femicidio de Horacelia Marasca

Se llevó a cabo la primera semana del juicio por el crimen de la chica de 16 años que fue asesinada con un cuchillo de carnicero y desmembrada por su pareja en 2015

domingo 05 de marzo de 2023 | 6:06hs.
Estupor por los detalles del femicidio de Horacelia Marasca
Médicos forenses ilustraron la forma de las puñaladas hechas por Monzón contra la adolescente. Foto: Victor Paniagua
Médicos forenses ilustraron la forma de las puñaladas hechas por Monzón contra la adolescente. Foto: Victor Paniagua

 Quienes presenciaron las tres primeras audiencias del juicio  por el asesinato de Horacelia Marasca quedaron atónitos por los detalles expuestos en los testimonios los testigos citados al debate y que describieron el cruento asesinato de un hombre que está acusado de apuñalar y desmembrar a su concubina de 16 años.

En la sala de audiencias del Tribunal Penal II de Posadas se llevó a cabo la primera semana del juicio por el homicidio de la adolescente, causa que tiene como único imputado a Martín Monzón. El hombre está acusado de matar de un puntazo con un cuchillo de carnicero y después desmembrada en cinco partes que terminaron en bolsas distribuidas por las alcantarillas de Villa Cabello. El conmocionante suceso ocurrió la noche del 16 de agosto del 2015.

Martín Monzón podría recibir la pena de prisión perpetua. Foto: Victor Paniagua

En primera instancia se leyó la elevación a juicio formulada por la fiscal María Laura Álvarez. En su dictamen la fiscal dejó en claro que Horacelia murió debido a un puntazo de 14 centímetros de profundidad que atravesó la cavidad torácica, el corazón, el pulmón y llegó hasta la columna vertebral. Por esto se lo acusa de homicidio agravado por la convivencia preexistente, que prevé prisión perpetua.

Monzón se negó a declarar sobre los hechos y a responder preguntas. Pidió que lean sus declaraciones ante el juez Ricardo Balor.

El acusado relató en su momento que se fue a vivir con la joven porque nadie aceptaba su vínculo. Expresó que la adolescente era violenta con él, que tenía amantes y que incluso consumía droga.

“Cada vez que discutíamos ella se ensañaba conmigo, me decía que el chico no era mío y que mis otros hijos no eran míos. Cada vez que salía lo hacía con el niño. Volvía de madrugada sucia, se bañaba, dormía y volvía a salir” expresó.

“En una de las tantas discusiones me expulsó de la casa empuñando un cuchillo y tiró toda mi ropa en la calle”, indicó. Aseguró que pese a eso su intención fue recomponer la relación y la vida en familia.

El día del crimen

Sobre el día del ataque, siempre según lo leído por secretaría, expresó en el año 2015 que el 16 de agosto se levantaron temprano y fueron a hacer compras en familia, almorzaron y tuvieron relaciones. Luego llegó una amiga de ambos y los invitó a la plaza.

Fueron, pero en determinado momento Horacelia se fue diciendo que la bombilla se había trancado y volvería a la casa a solucionarlo. Luego de un tiempo, al ver que no volvía, se fue a buscarla y la encontró “dentro del establecimiento del Poli 8, con el sereno y con el menor. Le pedí que fuéramos a casa a hablar y ella tenía un paquete de regalo”.

Monzón volvió al colegio y le devolvió el presente al hombre. La joven lo siguió, pero después ambos volvieron a la casa, donde la joven se preparó para salir.

Norma Benítez narró el calvario que padeció su hija. Foto: Marcelo Rodriguez

Entonces desarrolló su versión del crimen: “Fue a la cocina y trajo un cuchillo con un mango blanco, intentó amenazarme con el cuchillo y en el forcejeo el cuchillo se le clavó en el pecho, que quedó en el lugar. La vi caer al piso de la sala, sentí miedo, tenía un menor durmiendo en la cama, no sabía qué hacer. Yo la cuidaba, yo la quería, no quería que eso pasara”.

Siguió: “Tuve miedo y me deshice del cuerpo. Fue tan rápido, me bañé, me dirigí a las habitaciones, me cambié de ropa. Salí afuera e hice como que se había ido porque muchas veces me dejaba solo. Me quedé afuera con el vecino toda la noche. Todos me preguntaban por ella pero les decía que ella se fue”. Después contó cómo y dónde dejó las bolsas con los restos de su concubina. De una tanda se deshizo esa misma noche y las demás entre las 5 y las 6 de la mañana siguiente.

La pérdida de los dientes

Una de las tantas cuestiones impactantes que surgieron de esa declaración se dio luego de que le consultaran sobre los golpes en el rostro que tenía Horacelia, a quien se le detectó faltantes de dientes en la autopsia. Monzón dijo que no la golpeó, pero posiblemente los haya perdido cuando intentó deshacerse de las bolsas.

Detalló que antes de arrojarlas hizo presión con las manos para que entrara en una alcantarilla, aunque no tuvo éxito.

Confesiones que fueron desmentidas al día siguiente, cuando fue el turno de prestar declaración para los forenses. En total, fueron cuatro los profesionales que se presentaron a manifestar los detalles de las pericias en la casa donde ocurrieron los hechos y de la autopsia de los restos encontrados en cuatro bolsas.

En este sentido, el testimonio de los forenses fueron contundentes a la hora de describir las lesiones y derribaron varios puntos del argumento de Martín Monzón, quien insistió en que se defendió de un ataque de su pareja y que la puñalada fue en medio de un forcejeo, accidental.

Lesiones ante mortem

Expresaron que las lesiones detectadas en el cuerpo se produjeron antes de la muerte de Horacelia. También se hizo una descripción de las tres heridas provocadas por el cuchillo en el pecho de la joven, analizando que al menos dos de ellas necesitaron de una excesiva fuerza, incluso para extraer el arma del cuerpo.

 Juan Antonio Galuppo, integrante del Cuerpo Médico Forense con una gran trayectoria, expresó en primer lugar que las lesiones en el cráneo, tronco y trauma dentario (la pérdida de los dientes incisivos) son “heridas vitales”. “Los signos de vitalidad son ante mortem, quiere decir que el cuerpo reacciona produciendo, por ejemplo una hemorragia, la presencia de sangrado o la retracción”, explicó ante la pregunta del defensor Miguel Ángel Varela.

Incluso Galuppo se animó a especular que los golpes en la cara podrían haberse provocado para “anestesiar a la víctima”. Es decir, dormirla de un golpe antes de rematarla con el cuchillo de carnicero que había en la casa de ambos. Hipótesis que desarticuló lo dicho por Monzón.

Desde el Ministerio Público, en tanto, le consultaron al profesional sobre el esternón, un hueso que tiene la función de proteger los órganos de la caja torácica. El hueso, según la autopsia, fue dañado con el arma blanca. Galuppo dijo que “es necesaria una gran dinámica y no puede romperse en una pelea”. En el interrogatorio de las partes insistió: “Accidentalmente es imposible, está fuera de toda lógica y sentido común”.

En este sentido también se desarrolló el testimonio más importante del día. Se trató de lo dicho por Silvia Carolina Lazos, médica forense que estuvo a cargo de la necropsia.

Lazos describió las tres heridas penetrantes que tenía Horacelia, ordenándolas por la gravedad de estas. Dijo que el esternón tenía dos lesiones, una pequeña que “lo tocó” con el cuchillo y una segunda que lo atravesó; la tercera tenía 14 centímetros de profundidad, ingresó entre costillas, atravesó el corazón, el pulmón y llegó hasta la columna.

Sobre las heridas del hueso, la mujer declaró que hay que hacer muchísima fuerza para penetrarlo y que incluso el cuchillo habría quedado trabado.

También necesitó muchísima fuerza, según la profesional, la lesión que le atravesó en el corazón, descartando que se haya tratado de un accidente. En este punto, especuló sobre la posibilidad de que el cuerpo esté apoyado sobre algo rígido, plano, una estructura, cuando fue golpeado.

Fue en ese momento que el fiscal Glinka trazó una hipótesis y se la puso a su consideración: el cuerpo de Horacelia estaba acostado en el piso boca abajo cuando Monzón la apuñaló esas tres veces. La mujer, que aclaró varias veces que no podría saber la secuencia de los hechos ocurridos en la casa del crimen, dijo que podría ser posible.

No obstante a esto, desde la defensa se consultó en varias oportunidades si las lesiones podrían ser producto de un enfrentamiento, una disputa: “En el cuerpo de la víctima no encuentro signos de que ella pudo haber atacado algo, las uñas no las tenía desgarradas, no había nada como que ella pudo haber lesionado”.

Al respecto, expresó que Horacelia tenía también lesiones en los brazos provocadas por pulpejos de los dedos - también vitales -, lo que podría presumir una sujeción.

Sobre la pérdida de los dientes, Lazos coincidió con su colega al decir que habían sido perdidos en vida y añadió que la joven también perdió un colmillo, pero que no había sangrado, por lo que ese sí lo perdió pos mortem.

Respecto de la teoría de Monzón, aclaró que si los dientes hubieran caído por la manipulación de la bolsa cuando intentó ocultarla, hubiesen estando dentro de estas cuando las abrieron. Y no estaban.

Tres puñaladas no son defensa

La primera semana del juicio culminó con diferentes testimonios que pudieron enmarcar la cronología de la última noche de Horacelia con vida, y cómo se comportó Monzón horas y días posteriores.

Entre las declaraciones, se destacaron las de Norma Benítez, la madre de la joven y Mónica Ghunter, la vecina de la pareja.

“Dijeron que el ataque fue por defensa propia. Una, puedo creer que es por defensa. Pero tres puñaladas con la magnitud que lo hizo, no creo”, cuestionó la madre, que solicitó atestiguar sin la presencia del homicida.

Detalló que cinco días después de la desaparición de la hija y al no saber nada de ella, se presentó en el domicilio del atacante, quien días atrás le expresó que su hija se había escapado con otro hombre.

“Al preguntar sobre mi hija, me dijo que no sabía nada de ella. Cuando entré a la casa, estaban todas las valijas de Horacelia”, relató.

“A diferencia de la primera vez que él se acercó, diciéndome que ella se había ido con toda la ropa, en ese momento me dijo que ella se fue rápido sin sus pertenencias”, continuó la mujer, advirtiendo que Monzón se contradecía todo el tiempo.

Asimismo, remarcó que “después de la muerte de mi hija, la gente me comentó cómo este hombre la trataba. La dejaba sin comer y ella tenía que ir a los comedores para alimentarse”.

Fuerte golpe y silencio

Otra de las voces que esclarecieron los hechos, fue la de la vecina de la pareja que escuchó, desde su domicilio, cada detalle del cruento crimen ocurrido en agosto de 2015.

“Escuché golpes en las paredes, llanto de Horacelia y lamentos. Luego se escuchó un fuerte golpe y se cortó el llanto de Horacelia”. expresó, la mujer que vive a pocos metros de la vivienda. Además, indicó ante los presentes que no era la primera vez que escuchaba discusiones con alta intensidad, ya que “escuché en varias oportunidades que Horacelia lloraba o se lamentaba”, remarcó.

El juicio por el crimen de la joven Horacelia Marasca continuará mañana desde las 8.30 en el Tribunal Penal Dos. Se espera que la sentencia se conozca el 10 de marzo. 

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