Hidrovía un potencial infinito

El desarrollo económico y comercial de Misiones históricamente estuvo impulsado por el uso de los ríos Paraná y Uruguay. Se utilizaron jangadas durante el siglo XIX y gran parte del siglo XX tanto en Misiones como, por las mismas épocas, en Paraguay y Brasil.

 A falta de buenos caminos y la carencia de puentes en muchos casos, estos cursos de agua se consideraban las autopistas del pasado, ideales para enviar cargas de madera río abajo y traer mercaderías y productos de regreso en las embarcaciones que acompañaban a las jangadas.

En el caso de la Tierra Colorada, eran tiempos en los que no existía el asfaltado de la ruta 12 nacional, cuya traza incluye a las provincias de Misiones, Corrientes, Entre Ríos y Buenos Aires. “Hasta la década del 60 los ríos Uruguay y Paraná eran las autopistas por las que circulaban las personas, la producción de madera y yerba, y fluía el comercio, sobre todo por el río Paraná que por su tamaño no dependía tanto de las crecientes para que transiten grandes jangadas y embarcaciones de mayor porte”, recordó Ricardo Argañaraz que, tras haber sido ministro de Gobierno durante el gobierno de Ricardo Barrios Arrechea, se dedicó en forma posterior a la escritura.

En uno de sus libros, “Federico Batista, matador de tigre”, expone en un texto de ficción lo que representaban las destrezas de los jangaderos para llevar la carga a destino. Estimó que “a principio de siglo XX una jangada grande en el río Uruguay llevaba dos mil rollos” en promedio.

Para dimensionar la importancia histórica del uso del río, solo el Puerto viejo de Posadas, entre 1911 y 1912, según datos oficiales del Ministerio de Industria, llegó a albergar a casi 3.000 unidades o embarcaciones, tanto vapores como buques de vela.

Otra particularidad es que por el antiguo puerto posadeño no sólo se condujeron maderas en jangadas, sino de pasajeros que llegaban para hacer los trabajos.

Así como Misiones enviaba su producción de madera en jangadas, ahora en un proceso de intento recuperación plena del uso del río, el mismo producto convertido en pasta se traslada surcando el Paraná a través de containers a bordo de barcazas a los puertos de Rosario y Montevideo, Uruguay, para la exportación del producto a diversos destinos, trayecto que también está habilitado para el envío de té, tabaco y yerba mate.

Las barcazas bolivianas que rentó Misiones son empujadas por el remolcador Carolina, que soportan unos 40 contenedores. Foto: Sebastián Velozo

El envío actual de la producción misionera, es posible a partir de la habilitación del nuevo puerto de Posadas que representó un gran paso para recuperar el uso del transporte fluvial en esta provincia.

También se espera trasladar hacia Misiones productos como combustibles, pensando en abaratar el costo de logística.

Pero está claro que es apenas el primer paso, tanto por el movimiento de volúmenes que aún es menor ante el potencial que tiene como todos los desafíos que deberá seguir afrontando Misiones para sostener un movimiento fluido de envíos de cargas como lo viene haciendo con éxito Paraguay desde hace varias décadas.

Paraguay aprovecha al máximo

El uso del transporte fluvial al que se suma ahora Misiones, permitió desde hace tiempo dotar al sector agroindustrial, especialmente paraguayo, de una herramienta logística clave para el transporte de grandes cargas a un menor costo de flete. Esto hizo que productos como la soja sean más competitivos en el mercado internacional además de favorecer el aumento de la producción en los últimos años, especialmente en granos.

Para lograr dicha fluidez se hicieron obras importantes. Es que históricamente el río Paraná sirvió como medio de transporte y conectividad. Las maderas en jangadas se sacaban de diferentes puertos Eldorado, Piray, Puerto Rico, Iguazú.

 El gran problema que tenía toda esta región es que los barcos de gran porte y calados solo podían llegar hasta Ituzaingó (Corrientes), porque estaban los rápidos del Apipé. De hecho, las jangadas se desarmaban en parte o todo -por entonces- para sortear estos rápidos.

 Había allí, un remolcador que enganchaba al barco con una roldana gigante y hacía subir por la corredera. En forma posterior se dio un paso fundamental. Desde la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) se construyó la esclusa de navegación que permite en la actualidad a los buques de gran porte superar el desnivel existente entre aguas arriba y aguas debajo de la represa. Ello facilita ahora cruzar barcos de todos los tamaños y calados.

Los peligrosos y estrechos pasos rocosos de los rápidas de Apipé, limitación para la navegación, fueron cubiertos por las aguas de la represa de Yacyretá, por lo cual se decidió poner en funcionamiento el sistema de esclusa de navegación en 1990.

A partir de ese momento, como destacan desde la Entidad Binacional aparecieron en la región auténticos gigantes del transporte fluvial, remolcadores de empuje con hasta 14 barcazas, capaces de mover miles de toneladas de cargas a un costo de fletes notablemente inferior al de otros medios de transporte. Se llegó a traspasar cargas de un convoy de 12 o 14 barcazas con hasta 30 mil toneladas, lo cual representa unos mil camiones con acoplados. Es la dura travesía que inicia Misiones con el anhelo de reconquistar el pleno uso de la hidrovía. Los primeros resultados son auspiciosos y hay importantes firmas interesadas en sumarse a traer además productos a Misiones. A su vez, todos coinciden en que habrá que darle tiempo para que esta iniciativa se consolide. 

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