Comenzó el debate oral por el asesinato y descuartizamiento de Horacelia Marasca

Monzón: “Pedí el suero de la verdad porque es la única forma de que se me crea”

Se inició ayer el debate por el crimen de la adolescente, desmembrada en agosto del 2016. Martín Monzón insistió en que se defendió aquella noche en su casa de Villa Cabello
jueves 02 de marzo de 2023 | 6:00hs.
Monzón: “Pedí el suero de  la verdad porque es la única forma de que se me crea”
Monzón: “Pedí el suero de la verdad porque es la única forma de que se me crea”

El horror. En la sala de audiencias del Tribunal Penal II de Posadas se relató la cronología del cruento crimen de Horacelia Marasca, una joven de 16 años que fue asesinada de un puntazo con un cuchillo de carnicero y después desmembrada en cinco partes que terminaron en bolsas distribuidas por las alcantarillas de Villa Cabello.

El hecho es tristemente conocido, pero leído en voz alta, con los detalles propios de la elevación a juicio o la propia confesión del acusado, Martín Monzón (39), no dejan de sorprender. El silencio fue muy tenso y la atención de los presentes no se dispersó nunca ante el relato de los últimos momentos de vida de la joven. Tampoco, claro, de lo que ocurrió después.

El debate se lleva a cabo en la sala de audiencias del Tribunal Penal II.

La primera jornada del postergado debate oral y público se inició cerca de las 9. Monzón, con un aspecto físico muy distinto a los que se le conocía por fotos trascendidas luego de su detención, estuvo allí desde antes de las 8, seguido de cerca por los uniformados del Servicio Penitenciario Provincial.

Recién fue liberado de las esposas poco antes del ingreso de los jueces César Yaya - presidente del tribunal- Gregorio Busse y Fernando Verón.

En primera instancia se leyó la elevación a juicio formulada por la fiscal María Laura Álvarez. El acusado, sentado al lado de su defensor Miguel Ángel Varela, escuchó atento, sin despegar la mirada de la secretaría del debate. Muy pocas veces hizo algún gesto o miró hacia el piso.

La lectura de las declaraciones de Monzón fueron lo central en la jornada.

En su dictamen Álvarez dejó en claro que Horacelia murió debido a un puntazo de 14 centímetros de profundidad que atravesó la cavidad torácica, el corazón, el pulmón y llegó hasta la columna vertebral. El hecho ocurrió la noche del 16 de agosto del 2015, con la referencia de que en ese momento se jugaba el partido entre Arsenal y Boca, que había empezado 21.30.

Por esto se lo acusa de homicidio agravado por la convivencia preexistente, que prevé prisión perpetua.

Nuevamente el suero de la verdad

Luego de ello, en las cuestiones preliminares, el defensor Varela insistió sobre el pedido de que Martín Monzón declare bajo el llamado suero de la verdad, cuestión que fue rechazada en varias oportunidades. También que atestigüe la licenciada Mirta Jara, quien hizo un informe para la Justicia de Familia luego de una denuncia contra la joven por violencia verbal y física hecha por el imputado y la hermana de la menor, que entonces vivía con ellos.

“Cuando me pongo nerviosa le pego, pero él nunca me levantó la mano”, registró la profesional sobre las palabras de Horacelia. Por aquí pasará la estrategia defensiva, debido a que Monzón insiste que se defendió excesivamente de una agresión de la adolescente, que, según él, en varias veces lo había golpeado.

Busse, Yaya -presidente- y Verón conforman el tribunal.

La defensa también solicitó la declaración de una jueza, Julia Marta Alegre, y dos defensoras, considerando que los informes y decisiones no son suficientes, además de la nulidad del último informe de la junta psiquiátrica ocurrido a finales del año 2020 en la cárcel. 

Entonces el fiscal Vladimir Glinka tomó la palabra por primera vez y recordó que todo lo expuesto ya se había rechazado. Solicitó que el proceso siga su curso sin más demoras, en lo que consideró un accionar abusivo de la defensa en “plantear cosas que no llevan a ningún lado”.

Luego de un cuarto intermedio de unos 15 minutos, los jueces rechazaron todo por extemporáneo y manifiestamente inadmisible.

Las declaraciones

Entonces Monzón se sentó en el banquillo de los acusados. Manifestó que su intención era declarar bajo el suero de la verdad debido a que “encuentro la única forma de que se me crea”. Se negó a decir algo más y a responder preguntas y pidió que lean sus declaraciones ante el juez Ricardo Balor.

Su coartada asomó desde ese momento, pocas semanas después de ser detenido. Monzón - es inevitable compararlo con Ricardo Barreda en este punto- se mostró como un hombre hostigado, golpeado y humillado. Una víctima antes de convertirse en victimario, como si la muerte se podría equiparar con alguna otra violencia.

El acusado relató en su momento que se fue a vivir con la joven porque nadie aceptaba su vínculo, cuando consiguieron una casa prestada. Expresó que la adolescente era violenta con él, que tenía amantes - que además los llevaba a la casa que compartían-  y que incluso consumía  y le daba droga a menores en el barrio.

El acusado se enfrenta a una pena de prisión perpetua.

“Cada vez que discutíamos ella se ensañaba conmigo, me decía que el chico no era mío y que mis otros hijos no eran míos. Cada vez que salía lo hacía con el menor - el  hijo de ambos, de cinco meses al momento del hecho - . Volvía de madrugada sucia, se bañaba, dormía y volvía a salir diciendo que a ella nunca nadie le iba a poder atajar”.

Incluso expresó que la joven le contaba detalles sobre los encuentros íntimos con otros hombres buscando denigrarlo. “En una de las tantas discusiones me expulsó de la casa empuñando un cuchillo y tiró toda mi ropa en la calle”, amplió. Aseguró que pese a eso su intención fue recomponer la relación y la vida en familia.

Sobre el día del ataque, siempre según lo leído por secretaría, expresó en el año 2015 que el 16 de agosto se levantaron temprano y fueron a hacer compras en familia, almorzaron y tuvieron relaciones. Luego llegó una amiga de ambos y los invitó a la plaza a tomar tereré.

Fueron, pero en determinado momento Horacelia se fue diciendo que la bombilla se había trancado y volvería a la casa a solucionarlo. Luego de un tiempo, al ver que no volvía, se fue a buscarla y la encontró “dentro del establecimiento del Poli 8, con el sereno y con el menor. Le pedí que fuéramos a casa a hablar y ella tenía un paquete de regalo”, con ropas íntimas y perfume.

Monzón volvió al colegio y le devolvió el presente al hombre. La joven lo siguió, pero después ambos volvieron a la casa, donde la joven se preparó para salir. “Se vistió para salir y me dijo que no la siga, a lo cual yo me negué, puse uno de los sillones contra la puerta y le dije que no salga, que se quede”, continuó.

Entonces desarrolló versión del crimen: “Fue a la cocina y trajo un cuchillo con un mango blanco, intentó amenazarme con el cuchillo y en el forcejeo el cuchillo se le clavó en el pecho, que quedó en el lugar. La vi caer el piso en la sala, sentí miedo, tenía un menor durmiendo en la cama, no sabía qué hacer. Yo la cuidaba, yo la quería, no quería que eso pasara”.

Siguió: “Tuve miedo y me deshice del cuerpo. Fue tan rápido, me bañé, me dirigí a las habitaciones, me cambié de ropa. Salí afuera e hice como se había ido porque muchas veces me dejaba solo. Me quedé afuera con el vecino toda la noche. Todos me preguntaban por ella pero les decía que ella se fue”. Después contó cómo y dónde dejó las bolsas con los restos de su concubinas. De una tanda se deshizo esa misma noche y las demás entre las 5 y las 6 de la mañana siguiente.

En el acta se registró un hecho que, a la luz de los hechos, parece estar cargado de cinismo: le preguntaron a Monzón si estaba dispuesto a dar la información de dónde estaban las bolsas, a lo que dijo: “Si, estoy de acuerdo y mi voluntad es que se le dé cristiana sepultura”. También dijo que le tocó el pulso antes de desmembrarla porque “si estaba viva juro que iba a pedir ayuda”.

En su ampliación el hombre agregó detalles de la discusión, expresando que Horacelia estaba irascible, que lo insultó y lo golpeó.

Una de las tantas cuestiones impactantes que surgieron de esa declaración se dio luego de que le consultaran sobre los golpes en el rostro que tenía Horacelia, a quien se le detectó faltantes de dientes en la autopsia. Monzón dijo que no la golpeó, pero posiblemente los haya perdido cuando intentó deshacerse de las bolsas.

Detalló que antes de arrojarlas hizo presión con las manos para que entrara en una alcantarilla, aunque no tuvo éxito. Luego las arrojó.

El debate entró luego a un cuarto intermedio hasta hoy a las 8.30. Entonces se dará inicio a la ronda de testimoniales.


En cifras

27

Se prevé que el debate oral y público se extienda hasta el 10 de marzo. Están previsto 27 testigos, aunque varios no fueron hallados  y dos murieron.

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