El sistema de protección y la escucha como un pilar clave

Marisa Graham, defensora de los Derechos del Niño Niña y adolescentes de la Nación, consideró desde su experiencia y la constante comunicación con distintos organismos que la violencia contra los niños, niñas y adolescentes aumentó. En este contexto, expresó que no cree -a diferencia de otros especialistas- que sea un efecto de pandemia y puso en consideración que en la actualidad hay muchos más canales para denunciar e incluso hay un compromiso para reportar estos hechos.

Consultada por los casos que más reciben, la funcionaria expresó que son los casos de abusos sexual intrafamiliar, pero que también se registra, “aunque eso no se denuncia, porque no se visibiliza como violencia, las violencias cotidianas. Esas microviolencias que los padres -madre y padre-,  educadores, entrenadores de equipos de deportes, etcétera, infligen sobre sus hijas e hijos”.

Estas microviolencias, amplió la profesional, son el “mechoneo, el chirlo, el sopapo, la humillación, la denigración y el insulto”, que lastimosamente aún se consideran una forma de educar a un menor.  

“En general los casos que llegan a la Defensoría ya están muy judicializados, a veces han pasado por primera y segunda instancia y tienen varios expedientes, incluso de distintas jurisdicciones. Entonces, para la Defensoría no es el centro de nuestra atención -los expedientes-, nuestro trabajo son las nenas y los nenes, las chicas y los chicos. Tratamos de corrernos aunque a veces no es posible”, relató.

Y aclaró: “Nuestra obligación es velar porque se garanticen los derechos de las niñas, niños, los chicos y las chicas. Cuando estamos en casos que están solamente judicializados, nosotros no somos abogadas o abogados del niño, lo que hacemos es presentar una recomendación. Tenemos alguna recomendación para este caso particular o una recomendación general”.

Graham hizo hincapié en que todas las provincias y la Capital Federal tienen un sistema de protección que es administrativo y depende de los Ejecutivos: “Lo que nosotros estamos trabajando es fortalecer y jerarquizar esos equipos que trabajan en la contención, porque eso es el sistema de protección de derechos. Nosotros creemos que es mucho más amplio porque el hospital, la escuela y el club también son parte de este sistema de protección”.

“Los que tienen que actuar para contener a los niños, niñas y adolescentes en medio de algunas conflictivas familiares es el sistema de protección de derechos de cada provincia, de cada municipalidad y de cada municipio. Ahora bien, una cosa es que hay una disputa de un régimen de contacto y otra cosa es cuando hay una denuncia de abuso sexual infantil. Eso es un delito”, separó. 

La profesional también refirió a un pilar fundamental de los derechos de los niños, niñas y adolescentes: el de ser escuchados. “Hay que respetar los tiempos que tienen para poder hablar, para poder decir; hemos aprendido con los años que necesitamos expertos que no sólo saquen conclusiones por aquello que los niños dicen, sino sobre todo por lo que callan”. 

“Los niños, niñas y adolescentes son ciudadanos como todos nosotros, no son ni más ni menos que un tercio de la población, pero éstos merecen, por sus derechos humanos y sus derechos en general, una protección especial porque son vulnerables, porque dependen del mundo adulto. Pero en los casos de los niños abusados intrafamiliarmente, la vulnerabilidad es doble o triple porque aquel o aquella que abusa sexualmente de ella o de él, además es alguien que el niño o la niña ama o quiere”, precisó.

La importancia de denunciar

Rosendo Viana, asesor del Instituto Superior de Derechos de Infancia de Misiones, definió que “la violencia -contra el niño- es esa relación de poder que puede ser física, emocional, intrafamiliar o lo que llaman grooming o cualquiera de las nuevas tendencias que tiene que ver con niños y adolescentes”.

Además, indicó que hay normativas y leyes que advierten que si una persona tiene conocimiento de cualquier caso de violencia, siempre hay que acudir y denunciar a través de las líneas que se tiene desde la Nación, Unicef y también en la provincia

Asimismo, aclaró que ”por ahí los adultos tienen temor por la palabra ‘denuncia’ y no quieren tener conflictos, pero en realidad lo que se hace es una denuncia a nivel metafórico, ya que no llega a ser judicial”.

En esa línea, remarcó que “todas las denuncias son anónimas. Al querer denunciar te piden el contexto y el lugar donde ocurre el hecho para tratar de cubrir e ir a ayudar a las personas. Lo que pasa también en los casos de violencia de género”.

Por otra parte, se refirió a los consejos que él da a los docentes que asesora en el sistema educativo, donde lo primordial es que se trate de tener discreción con la persona que realiza la queja, como también no hacer visible las caras de los niños o adolescentes cuando ocurre algún hecho de violencia.

“Siempre les digo a los que se capacitan para cubrir estos temas que tengan atención, visión larga, que observen y registren, porque un mal comportamiento, desempeño, muestra de timidez o recluirse en el aula nos está indicando algo, que puede ser o no producto de la familia. Siempre hay que estar atentos” alegó.

Respecto al sistema de protección de derechos al que hizo referencia Graham, Viana señaló que “en la provincia contamos con casi 70 leyes que dan seguridad, integridad y espacio para el cuidado y crianza, no sólo de niños y niñas sino también en el nivel primario y a los jóvenes menores de 18 años”.

Misiones es una de las cinco provincias que tiene Defensoría de Niñas, Niños y Adolescentes. Y dentro de la provincia, más del 50% de los municipios ya cuenta con área de Niñez e Infancia.

Finalmente, el docente manifestó que “no hay que mirar para otro lado ante esta situación, porque cualquier organismo estatal tiene la obligación de acudir o tratar de llamar al 137 o comunicarse a través de la página web de  la Defensoría o el Ministerio de Desarrollo Social si sabe de algún caso de violencia". 

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