Pinceladas de historia

Mecking y la fundación de Alem

domingo 15 de enero de 2023 | 6:00hs.

Hacia los inicios del siglo XX, la principal preocupación del gobierno de la Generación del Ochenta era el poblamiento de sus territorios nacionales, como Misiones, que empezó a repoblarse efectivamente una vez concluida la Guerra de la Triple Alianza. En esas circunstancias, mientras presidía el país don Julio Argentino Roca, en su tercer mandato, emitió un decreto el 23 de mayo de 1902 en el que ordenaba la construcción de una picada entre San Javier y Cerro Corá, pueblos con muy escasa o nula comunicación entre sí. En ese mismo decreto, el presidente Roca ordenó la intervención del agrimensor oficial Francisco Fouilland para que procediese a efectuar las obras de la picada, otorgándosele desde el gobierno nacional todos los elementos necesarios para tal propósito.

El decreto contempló hasta el plazo que se le otorgaría al agrimensor. En ocho meses debería presentar un informe final con todos los datos del relevamiento, incluidos los cursos de agua cercanos a la picada, hasta 500 metros. La picada debía tener dos metros de extensión en todo su curso. El objetivo final consistía en la utilización de esa picada para facilitar los asentamientos humanos para la explotación agrícola de la región. El informe de Fouilland fue entregado el 5 de septiembre de 1903 y aprobado por decreto nacional el 9 de mayo de 1904. Al mismo tiempo, se facultó al gobernador Lanusse para entregar las tierras entre San Javier y Cerro Corá para la colonización agrícola.

En el kilómetro 32 de la picada (tomando como punto de partida el pueblo de San Javier) se fue concentrando a partir del mismo año de 1904 un grupo de colonos venidos en su mayoría del territorio riograndense brasileño en busca de mejores oportunidades. Brasil atravesaba diversas situaciones políticas y sociales que atentaban contra el progreso de los inmigrantes venidos de Europa oriental afincados en el sur desde dos décadas atrás.

Entre esos colonos, que se iban radicando en forma espontánea con sus familias, llegó hacia 1908 un inmigrante alemán que había pasado por el territorio brasileño donde conoció a su esposa, Rosa Winter, otra inmigrante alemana. Su llegada fue fundamental para el desarrollo de esa incipiente colonia. La aglomeración de familias en el lugar pronto trajo necesidades de tipo social, como una proveeduría, una escuela, un servicio sanitario. Así, don Enrique Mecking abrió un almacén, propulsó la creación de una cooperativa para mancomunar los esfuerzos de los colonos del lugar, luchó por la apertura de una escuela. Se transformó en el principal vecino de la naciente colonia.

El 21 de noviembre de 1912, cuando ya la colonia adquiría características de una verdadera entidad urbana, se la reconoció oficialmente como Colonia Agrícola Picada San Javier a Cerro Corá, y en 1914 comenzaron a mensurarse las chacras que se les otorgarían a sus habitantes. Se dejó espacio para los lugares públicos, como la plaza y las instituciones oficiales. Los pobladores obtuvieron sus lotes de 25 hectáreas con 500 metros de frente a la Picada. Todo ello bajo el firme liderazgo de Enrique Mecking. Cuentan los descendientes de este gran emprendedor que en su casa se albergaba a los visitantes ilustres de la colonia o al propio gobernador cuando se acercaba por la zona. Así, el lugar era conocido vulgarmente como “colonia Mecking”. Hacia 1922 poseía hasta un registro de las personas. La Escuela 62, de nivel primario, había sido creada en 1911. Pero no contaba con una institución municipal aún. En esos tiempos, en los casos de creaciones de nuevos pueblos, existía al principio una comisión de fomento que, por lo general, con el tiempo se transformaba en un municipio.

Así, en 1926, por iniciativa de un grupo de vecinos comandados por Angel Corti y Eugenio Hidalgo, solicitaron al gobierno del Territorio Nacional de Misiones la creación de una Comisión de Fomento y el cambio de nombre del lugar por el del caudillo radical Leandro N. Alem. El 21 de diciembre de ese año, el gobernador Barrreyro emitió el decreto que textualmente, en su artículo I,  decía:

“Desígnase con el nombre de Leandro N. Alem el actual lugar conocido como Mecking en la Picada de San Javier a Cerro Corá”, 

“que es un deber honroso de los pueblos y gobiernos enaltecer y perpetuar el nombre de los varones ilustres de la Nación…..

“que la obra cívica del Doctor Leandro N. Alem ha dado fisonomía definida a su apostolado….

“que desplegó su energía en todos los aspectos de la vida democrática y con su acción y su palabra  completó el triunfo de la libertad caracterizando una época de la historia argentina….”.

El 29 de diciembre de 1928, la Colonia Alem tuvo su primera comisión de fomento, presidida por los mismos vecinos que habían solicitado el cambio del nombre de la colonia.

De don Carlos Mecking no tenemos noticias en esos momentos decisivos de la colonia. No sabemos si existieron diferencias con el gobernador Barreyro o con los nuevos líderes de la comunidad. Aparentemente, según narra la cronista de Alem Alba Isabela Durán, el cambio de nombre de la colonia no le cayó muy bien a su principal emprendedor, quien falleció pocos años después, habiendo plantado las raíces de la pujante ciudad misionera del presente.

¿Que opinión tenés sobre esta nota?