Los Reyes de la alegría y la solidaridad

La magia de los Reyes Magos llega a cada rincón de la Tierra Colorada. Esta vez, en representación de ellos, un grupo de voluntarios solidarios se acercó hasta el Refugio de Migrantes en el predio de la Iglesia Luterana de Garupá -en Avenida Las Américas y calle Sabín- para agasajar a los niños de la zona, entregar algunos presentes y mantener viva la ilusión de los más pequeños.

Algunos  se hicieron acercaron en pañales y en brazos de sus hermanos, otros llegaron en grupo, en compañía de sus amigos del barrio. Todos aprovecharon la ocasión para compartir una tarde de risas, alegría y mucha ilusión.

Todos recibieron sus regalos con emoción y alegría.

“¡Era justo lo que pedí en mi cartita!”, dijeron algunos, esperanzados en que Melchor, Gaspar y Baltasar sí recibieron el pedido depositado con tanta esperanza. Otros tantos se sorprendieron  con el obsequio recibido y celebraron con una gran sonrisa el nuevo juguete. “Vamos a jugar todo el tiempo con estos autitos, son mis favoritos”, dijo otro de los niños mientras le enseñaba a su amigo del barrio el presente que le tocó. Todos recibieron su paquete con mucha emoción y una gran sonrisa que se escondía detrás del chupetín que había sido repartido segundos antes de los obsequios.

Muñecas, autos, peluches, juegos de mesa y otros tantos regalos llegaron a más de 20 niños de la mano de José León Toro Mejías, Doralí García y Noraima García -de la Fundación Arepa Viva- Mónica de Rose, Vivian Bordón y otras mujeres -de la Congregación San Pedro de la Iglesia Luterana- y  ‘Yiyi’ Zulma Cabrera, del Club Rottary, quienes realizaron una campaña de recolección de juguetes durante todo diciembre.

Grandes y chnicos compartieron una merienda de galletitas y jugo fresco.

“La intención era repartirlos en Navidad, pero no llegamos a cubrir la demanda de niños que estarían presentes en el encuentro de hoy. Así que los postergamos unos días más y la entrega se pasó para Reyes, que también es un día muy esperado por ellos”, destacó Doralí, en diálogo con El Territorio.

“Hoy (por ayer) vinieron la mayoría de los niños del barrio y algunos migrantes de la zona para compartir el momento. Ya en el resto de la semana nos queda recorrer la ciudad y visitar a aquellas familias migrantes que viven en otros puntos y no pudieron participar del encuentro”, explicó por su parte León Mejías, sobre el mecanismo de reparto destacando además que el encuentro cumple un doble objetivo; por un lado colaborar y regalarles un momento grato a aquellos que más necesitan, y por el otro integrar a los migrantes en la comunidad, respetando y celebrando la diversidad.

Respecto de la campaña, contó con el apoyo y compromiso de todas las partes involucradas. “Nos demoramos un poco porque la idea era que todos los regalos sean  equitativos, que todos recibieran algo lindo. Y hoy llegamos muy contentos al objetivo”, señaló García.

También disfrutaron de los juegos y otras propuestas.

Por su parte, Zulma Cabrera refirió: “Cuando uno vivió o atravesó una niñez con carencias y necesidades sabe lo difícil y triste a veces que es no tener un regalo  en estas fechas. Y este gesto es importantísimo. A veces, no requiere de tanto esfuerzo y podés hacer muy feliz a otra persona”.

Y agregó: “Cuando uno da, recibe mucho más y eso es cierto, el servicio es tan recíproco e importante, que uno recibe mucho más de lo que está brindando. La mayoría de los que estamos en esto lo hacemos porque creemos que el servicio es importante y porque creemos que todos tenemos el derecho de ser felices y vivir una vida digna”.