“Un año recargado de emociones”

Así describió al 2022 la palista misionera Valentina Bogado (18), que logró cumplir el sueño de ir a un Mundial, sorteando obstáculos que la hicieron crecer
miércoles 28 de diciembre de 2022 | 2:00hs.
“Un año recargado de emociones”
“Un año recargado de emociones”

Valentina Bogado la remó como nunca. A sus 18 años, el 2022 llegó con una tormenta de emociones. La actual mejor palista misionera disfrutó de un año “tremendo, muy bueno en lo deportivo”, describió, y estuvo ensamblado con cuestiones personales que hicieron tuviera que crecer en muchos aspectos de su vida.

Y tomar decisiones fue parte del proceso. Valentina buscó todos estos años ser mundialista y en septiembre se concretó con un viaje a Hungría vistiendo la celeste y blanca, llegando hasta las semifinales en k2, junto a la chubutense Candela Velázquez, y quedando sólo un segundo de la final. Un gran estreno para la misionera de manera internacional, teniendo como antecedente ser campeona sudamericana.

Pero para llegar a la cima tuvo que escalar mucho este año. Fueron meses de sacrificio. De vivir la mayor parte del año concentrada con el equipo nacional en Buenos Aires y hacer la marca fue sólo una parte del proceso, porque faltaba conseguir el dinero para financiar el viaje. Pero después de tocar muchas puertas y a sólo un día del cierre del viaje, logró conseguir el monto para concretar su gran meta.

“Fue un año recargado de muchas emociones y proyectos. Claro que lo que más destaco es haber participado de un Mundial porque que fue una oportunidad única y valoro muchísimo la ayuda que tuve para poder ir. Fue increíble la experiencia”, señaló contenta la posadeña.

Resignar para disfrutar

Pero a corazón abierto compartió que, como muchos atletas de alto rendimiento, tuvo que elegir entre lo social y lo deportivo, y su pasión decantó en la pala y el agua.

“Fue mi último año de la secundaria y pude participar poco de lo que es el colegio y lo social, pero viví algo que fue mi sueño desde que tengo 9 años”.

Es que, además, tuvo que elegir entre viajar a Bariloche o ir al Mundial y la decisión hoy ya es sabida.

La posadeña actualmente es la máxima referente del canotaje misionero. 

“Eso nos pasa a los deportistas. Uno está en su mejor momento deportivo, pero pasan cosas aparte, y hay que seguir enfocado. Las cuestiones externas claro que influyen, pero cuando uno sabe lo que quiere, tiene que salir adelante y eso hice”, reflexionó.

Es que Valentina tuvo también esos meses que lidiar con cuestiones personales, un corazón roto que tuvo que sanar y meses de entrenamiento en Buenos Aires para ir al Mundial en los que “extrañaba mucho porque yo amo remar en Posadas”.

“Estar lejos cuesta, extrañaba mucho Posadas y remar acá… en Buenos Aires hace frío-risas-. Son otras experiencias que tuve que pasar y siento que maduré en una forma muy rápida, muy brusca. Por ejemplo, en un momento mis amigas estaban pensando en qué disfraz ponerse en Bariloche y yo estaba concentrándome para no llorar en ningún entrenamiento. Pero cuando pasó el Mundial, me dije ‘la pucha fue merecido todo gracias a Dios’”, explicó.

Remar como filosofía de vida

Para la palista que es parte del Club Río Paraná, remar es parte de su vida diaria. A los 9 años tuvo su primer contacto con este deporte en la Escuela Municipal de Canotaje y desde ahí supo que remar era también la medicina para lo que pasara fuera del agua.

“Siento que siempre tuve ese sueño –el del ir al Mundial– intacto y ese objetivo, claro, por eso no quería bajar los brazos, porque a pesar de todas cosas siempre quiero remar, subirme al bote, desconectarme y disfrutar”.

Es que además el canotaje le dio a Valentina vivencias únicas: “Me abrió muchas puertas, me hizo descubrir quien verdaderamente soy y me dio amor a la naturaleza. El canotaje te da mucha disciplina y valores; te educa con el alrededor, con el contexto, el respetar al otro y por sobre todas las cosas al río”.

Hoy con un sueño cumplido, la palista misionera va por más. Este 2023 buscará nuevamente seguir en la órbita de la selección y poder ir a algún torneo internacional, entre ellos un Panamericano.

“Va a estar difícil el año que viene porque ya paso a sub 21”, señaló Valentina, que baraja la idea de ir a Buenos Aires a estudiar medicina y entrenar allá “tengo ganas, estamos viendo si lo puedo hacer”, finalizó la gran palista que tiene la Tierra Colorada. 

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