China sale del caparazón

Por Juan Antonio Sanz Para Público.es
La política cero Covid del presidenteXi Jinpingquizá salvó cientos de miles de vidas, pero puso a la economía y la sociedad chinas al borde del precipicio. Este retroceso en el comercio y el suministro de tecnología punta fabricada en China también golpeó a las finanzas internacionales, ya dañadas por la pandemia y torpedeadas después por la guerra de Ucrania. La economía china estaba además lastrada por problemas muy graves, como la crisis inmobiliaria, la carestía de los combustibles y el altísimo paro juvenil.
La marcha atrás que ha dado el presidente chino en su draconiana estrategia de confinamiento, gracias, en parte, a la presión de las recientes protestas populares extendidas por todo el país contra su política cero Covid, abre una ventana de esperanza parala recuperación económicade su país y es vista también con alivio en la arena internacional.
El golpe de timón que ha dado Xi en su estrategia ante la pandemia lo ha acompañado con una ofensiva diplomática y económica enOriente Medioeste mes diciembre. La “nueva era” de las relaciones con esa parte del mundo, como la ha definido el propio Xi, ha tomado por sorpresa, por el alcance de los acuerdos logrados, a sus principales competidores. Las nuevas relaciones sino-árabes solo hay un principio inviolable: la no injerencia en la política interior y los asuntos domésticos del otro socio.
Lo cierto es que la presión de China en la geopolítica global puede venir de lugares mucho más definitorios para laeconomía global, como puede ser el Golfo Pérsico. Y las cifras estaban ahí, aunque la corta visión de los políticos europeos y estadounidenses suele desviar su atención de los incómodos “amigos” del Golfo. Lo ocurrido en torno al Mundial de Fútbol de Qatar es solo un ejemplo.
El asesor jefe del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca,John Kirby, ha comentado que la visita de Xi Jinping al Golfo Pérsico “no supone ninguna sorpresa”. Sin embargo, Kirby ha puesto de manifiesto la inquietud real de Estados Unidos al reconocer que Washington “es plenamente consciente de la influencia que China está tratando de expandir por todo el mundo”. Influencia derivada de la progresiva pérdida de peso de Washington en ciertas áreas, como ésta de Oriente Medio, así como de esta última ofensiva geoeconómica china de la que se escuchará mucho en la década en curso.