El merendero La Providencia funciona en el Barrio Congreso ubicado al Oeste de la ciudad, en la casa de Ramonita Peralta (61), que abre el espacio de par en par para recibir a sus vecinos.

Allí además de servir la comida para los niños de la zona, se brindan talleres gratuitos de bordado y pintura sobre tela para adultos como una posibilidad de generar un ingreso económico para los hogares. También, una parte de las ventas de los artículos que se confeccionan en los cursos permite adquirir mercaderías para la cocina comunitaria.

En el patio del merendero, entre largas mesas decoradas con manteles y centros de mesa, tuvo lugar el festejo navideño, y a la celebración no faltó nadie ya que concurrieron las familias con sus pequeños.

Se compartió platos dulces y salados, todo de elaboración casera y también los asistentes se llevaron un presente.

El festejo de Navidad en el merendero es una tradición que se afianza cada año, y que es posible mediante la labor voluntaria de un grupo de mujeres y una red de colaboradores que se suman a ayudar.

Pandulce, pizzas, panchos, sandwichs de miga se sirvieron en la tarde comunitaria de la barriada posadeña para celebrar las fiestas y dar un cierre al año de actividades de los talleres.

“Esta fiesta es para agradecer que pudimos servir el plato de comida durante todo el año”, dijo Ramonita, que junto a Susana Pérez, Esther Villordo y Amalia Roa en 2018 comenzaron a pulmón el proyecto del merendero.

“Somos mujeres que estamos por jubilarnos y nos gusta trabajar con los chicos, siempre hicimos actividades para los chicos pero hace unos años tenemos el merendero”, explicó.

Entre las conversaciones, risas y juegos de los más chicos, que propició el encuentro entre los vecinos, las impulsoras del espacio comunitario relataron que recientemente recibieron del Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia dos máquinas de coser, hilos telas y un horno. “Es algo que nos llena de gratitud y que nos impulsa a seguir adelante con esta tarea y con más proyectos que incluyan a toda la comunidad”, indicó Ramonita.

El merendero sirve el almuerzo los domingos y la cena los miércoles para cerca de 50 niños y también algunos adultos, “este año tuvimos mucha demanda de personas adultas que precisaban comer, en algunos casos pudimos pero no pudimos servir para todos, nosotras cocinamos un día con la colaboración de la Municipalidad y el otro día hacemos la comida con lo que recaudamos de la venta de los artículos que hacemos en los talleres y algunas colaboraciones”, describió Ramonita al subrayar que, “nuestra idea es poder ayudar a más personas, pero vamos haciendo lo que podemos y por suerte mucha gente se suma a colaborar”.

En el colorido cierre de año en el merendero hubo brindis con los mejores deseos de salud y prosperidad y también un momento para la oración con villancicos . “Estamos felices, con el horno nuevo pudimos aprender a elaborar pandulces para todas las familias, la gente se mostró también muy contenta, y el año que viene vamos a tener nuevos talleres con las máquinas nuevas”, dijo por su parte Esther, que es la coordinadora de los talleres de bordado.

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