Fabián Romaszczuk, ex atleta y entrenador

Luchador, hacedor de campeones y abanderado de la resiliencia

jueves 15 de diciembre de 2022 | 6:00hs.
Luchador, hacedor de campeones y abanderado de la resiliencia
Luchador, hacedor de campeones y abanderado de la resiliencia

Nada fue sencillo en la vida de Andrés Fabián Romaszczuk (42). Incluso ahora, al enterarse de su nominación para el Misionero del Año, se halla internado por una afección vinculada a su segundo trasplante renal.

“Es una alegría que me tengan en cuenta para tan importante reconocimiento, y un aliciente para seguir enfocado en mi recuperación”, comentó el ex atleta, profesor de Educación Física y jefe del Centro de Mediano Rendimiento de Oberá.

Como entrenador, formó a los mejores corredores misioneros de la actualidad, como Agustín Da Silva, Josías Ickert, Aníbal Andrade y Tania Siruk.

Nacido en un humilde hogar en Los Helechos, problemas familiares lo llevaron a escapar de su casa y fue lustrabotas en Oberá. Con 10 años participó del Gran Prix Nocturno y ya mostró sus condiciones, pero su prioridad era subsistir y dejó de correr. En 1997 se mudó a Mar del Plata con una familia amiga, un día conoció la pista del Estadio Mundialista y retomó la actividad de la mano de Alexis Abot. “Los primeros dos años tuve lesiones y dolores por la adaptación, más el arrastre de la mala alimentación de mi infancia”, recordó. 

Su despegue llegó en el 2000, cuando se metió en la elite. Fue segundo en un Provincial de Buenos Aires y cuarto en el Campeonato Argentino de Mayores. “En 2002 empecé a hacer buenas marcas: 1,54 minuto en 800 metros, 3,52 en 1500 y 8,23 en 3000. Las primeras dos son aún las segundas mejores marcas provinciales y tengo el récord misionero en 3000”, precisó. El 2003 arrancó con todo, ganó varias carreras de calle y el selectivo nacional para el Sudamericano de Cross Country, certamen donde fue subcampeón.

Pero días después se fracturó el quinto metatarsiano del pie y estuvo seis meses sin entrenar. Ya recuperado, en 2004 parecía el año del despegue, pero su problema renal se agravó por la exigencia física. “Intenté un año, pero no pude levantar el rendimiento. Me vine a Oberá a estudiar educación física. En 2006 comencé con la escuela de atletismo y en 2009 me recibí. En 2012 entré en diálisis y dos años más tarde recibí mi primer trasplante, pero en 2017 volví a diálisis”.

El mes pasado recibió su segundo trasplante y actualmente afronta dificultades a nivel gastrointestinal, por lo que está internado. Meses atrás se rompió los tendones rotulianos de ambas rodillas, lo que requiere injertos que podrán realizarse cumplidos tres meses del trasplante.

Pero las dificultades no anulan sus proyectos: “Tengo mi grupo, Del Monte Running Team, que es mi sostén anímico. Más adelante quiero trabajar con chicos para encarar un proyecto olímpico porque que en Misiones hay mucho potencial”.

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