El Coro Universitario de la Unam se despide del 2022 con un concierto navideño

Este año el Coro Universitario de Misiones celebró su 40 aniversario con un concierto realizado el 26 de noviembre, que contó con la presencia de ex coreutas y su primer director Emilio Rochol. Para cerrar este año, el coro participará del Concierto Navideño  organizado por Coral Arasy de la Municipalidad de Posadas, el viernes a las 19.30. 

En dicha oportunidad, también estarán presentes las niñas del coro Cemu de la escuela 106. El concierto es gratuito y será en la explanada de la Catedral San José de Posadas. 

Claves para entender una práctica

por Malena Sellanes, estudiante de Comunicación Social

El miércoles 22 de junio asistimos a la sede del Programa Música de la UNaM, ubicada en Jujuy casi Sarmiento, con el fin de presenciar un ensayo del coro universitario. El día caía sobre nosotros cuando llegamos a esa entrada vidriada, alrededor de las 20 horas. Garuaba finito, y al ingresar al pequeño hall, noté un ventanal del lado derecho. Por dentro, un mar de sillas poblaba el angosto anexo. Una pared se encontraba tapada por una estantería repleta de carpetas de color turquesa brillante, y en otra al menos una docena de cuadros nos contaban la historia de ese grupo: diplomas, medallas y fotografías de los distintos ensambles que supieron habitar ese espacio a través del tiempo. Unas pocas coreutas esperaban pacientes el comienzo del ensayo, un poco intimidadas por la cantidad de estudiantes que las rodeábamos, tomando nota, expectantes.

Con el correr de los minutos, el espacio se fue llenando con los practicantes habituales, aunque aún más de estudiantes, y poco antes de que el ensayo comience, Paula, una de las coreutas, procedió a responder algunas de las tantas preguntas que teníamos. Nos contó que por lo general son entre veintiocho y treinta coreutas, el 70% mujeres, que hay dos directores y que es un coro abierto a cualquier persona, sea o no estudiante de la UNaM, sin restricción de edad. También contextualizó el marco en el que sucede: El Programa Música de la UNaM se da a partir de la Secretaria de Extensión de la universidad y cuenta con tres coros y dos orquestas. Finalmente, concluyó alentando a quienes estén interesados por la actividad a acercarse, que los ensayos con lunes, miércoles y viernes a las 20 horas y que solo requiere “tenerse paciencia a uno mismo”.

Para este momento, el ensayo ya estaba a punto de comenzar. Marcela Garcete, la directora del ensamble, una señora bajita de cabello blanco y mirada amable, terminó de proporcionarnos la información que tanto ansiábamos. Nos dijo que ella y el director suplente, Nicolás Albornoz, son relativamente nuevos en sus cargos, ya que, desde su fundación hasta hace tres años, el coro estuvo dirigido por Emilio Rocholl. Como datos curiosos, nos comentó que en el ensamble de adultos mayores cuentan con ochenta participantes y que, contrario a lo que se podría pensar, históricamente siempre asistió más gente de la facultad de Ciencias Exactas que de la de Humanidades. Por lo general interpretan música académica, aunque últimamente estaban mezclando muchos géneros, rio. Fueron embajadores de cultura de la provincia durante muchos años, y a nivel internacional llegaron a ganar una medalla de plata en Grecia en el año 1996. También refirió al papel fundamental que jugaron tanto los coros como las orquestas del Programa en la profesionalización de dichas disciplinas en la provincia, surgiendo, por ejemplo, la carrera de violinista en la Escuela de Música a partir de la orquesta de violines. A pesar de todas estas características, remarcó, el presupuesto que perciben hoy en día es mínimo, y la difusión es poca.

Después de mencionar algunas de las próximas fechas en las que estarán y darnos contexto de las canciones que ensayarían, Marcela explicó lo clave que es sostener espacios como ese en términos de que significa la oportunidad de contar con un espacio formativo de dispersión al alcance de toda la sociedad, proveyendo además a los alumnos de la universidad de una formación integral a lo largo de sus carreras. Se refirió al arte de cantar en coro como un entrenamiento neuro-muscular y aseguró que el mismo requiere de un aprendizaje constante.

Finalmente, luego de esta introducción, se dio comienzo al ensayo. Marcela se sentó detrás de un teclado y tocando una secuencia de notas ascendentes y descendentes, instó a los coreutas a comenzar con los ejercicios de calentamiento muscular de la garganta. Pasando por distintas entonaciones, fueron vocalizando letras s, r, v y f, a veces con la cabeza quieta y en otras ocasiones moviéndola de un lado al otro. Luego trabajaron la resistencia del aire y su sostén regular. En todo momento, se veía a todas las personas sumamente comprometidas con la tarea, disfrutándola. Al terminar el precalentamiento, los grupos se dividieron en dos: tenores y contraltos por un lado y sopranos y bajos por el otro. Uno de los grupos se dirigió a otra aula y con ellos la mitad de los estudiantes de comunicación. La otra mitad nos quedamos, y los coreutas procedieron a comenzar el ensayo de canciones.

En primer lugar, entonaron el himno a los estudiantes en latín. Marcela explicó que estudian muchas veces el idioma antes de cantar, por lo cual hay un doble aprendizaje. Un coro de voces pobló el aire acompañado por el teclado, y la acústica casi se podía palpar. Hay un pasaje del orden de lo mágico que sucede cuando un grupo de personas deja de serlo para transformarse en un conjunto, una unidad al servicio de un mismo fin. Con el correr de las prácticas, Marcela habló del color y las personalidades de la voz, conceptos de los que quede ávida de escuchar más. Luego entonaron Gloria de Vivaldi, y con ese conjunto de voces afinando tuve que retirarme, lamentando no poder escuchar más, aunque con la certeza, al observar a esas personas, de que en la vida la búsqueda de nuestras pasiones nos debe guiar.