Ante el desafío de hacer realidad la normativa en las calles y rutas argentinas

“Si no se multiplican los controles de alcoholemia, la ley no va a ser exitosa”

El presidente de la Asociación Civil Luchemos por la Vida, Alberto Silveira, manifestó que la clave del éxito es la inspección vial, además de la concientización y la sanción
domingo 11 de diciembre de 2022 | 6:05hs.
Por Cecilia Fleita
“Si no se multiplican los controles de alcoholemia, la ley no va a ser exitosa”
“Si no se multiplican los controles de alcoholemia, la ley no va a ser exitosa”

La iniciativa que busca llevar a nivel nacional que la única graduación de alcohol en sangre permitida para conducir sea cero obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados hace un poco más de dos semanas. El siguiente paso, para que el “alcohol cero’’ se convierta en ley recae sobre el voto positivo de las funcionarias y funcionarios del Senado.

En ese contexto, El Territorio estuvo en conversación con el presidente de la Asociación Civil Luchemos por la Vida, Alberto Silveira, quien habló de la problemática y, además de mencionar el trabajo que vienen llevando adelante desde hace más de 30 años, explicó las consideraciones necesarias para que la ley sea efectiva.

A fin de prevenir los siniestros viales en Argentina,“desde su primera campaña, Luchemos por la Vida fomenta el ‘nada de alcohol al conducir’ y este proyecto viene a plasmarlo 30 años después. El gran desafío que se va a presentar es hacerla realidad porque esto tiene que tener vigencia real en las calles y en las rutas”. aseguró Silveira.

Considerando el cambio de paradigma que significa a nivel social, las campañas de concientización, los controles y las sanciones razonables serían parte del trabajo en conjunto entre las diversas instituciones para que, efectivamente, se produzca un avance y un cambio social con respecto a la problemática que se cobra miles de vidas anualmente. “Todas las campañas que hace Luchemos por la Vida las hacemos porque creemos que son necesarias pero tenemos bien en claro que sólo con campañas no cambiamos la realidad”, refirió el entrevistado.

Aseguró que, según estadísticas, “las campañas alcanzan a un 30 por ciento de la población que se concientiza y cambia de conducta. El resto también se concientiza pero no cambia de conducta porque cree que a ellos no les va a pasar nada. Por eso es necesario el empujón del control y la sanción. Eso no tiene vuelta, es así en todo el mundo”.

“Acá, el control y la sanción no funcionan entonces los efectos de las campañas son menores. Concientizan y educan pero el control y la sanción son también una parte de la educación y eso sólo lo puede hacer el Estado, ya sea el Estado municipal, provincial o nacional”, apuntó y agregó: “En Luchemos por la Vida podemos pasarnos 100 años más haciendo campañas pero hasta que el Estado no controle y sancione, las campañas no van a ser ciento por ciento eficaces porque hay gente que es impermeable”.

La clave del éxito
En referencia a la aplicación de la ley en todo el territorio nacional, Silveira reiteró la importancia de las inspecciones viales y expresó que “la clave para el éxito de la ley de alcohol cero, podrá estar y necesariamente tendrá que pasar por el número de controles de alcoholemia que se hagan porque en nuestro país los controles son muy pocos”.

“Quiero destacar que ninguno de los países exitosos en seguridad vial tiene tolerancia cero, todos tienen un límite que varía. Como pueden ser la mayoría de los países europeos, la mayoría de los estados de Estados Unidos, Japón, Australia. Una tolerancia de 0,2 es el que menos tiene, en el caso de Suecia, a 0,8 en el caso de Inglaterra. Sin embargo, en esos países son exitosos en la lucha en contra del alcohol”.

En ese sentido, Silveira mencionó un cuadro comparativo realizado por la asociación civil sobre los controles en el territorio nacional y en otros países donde estiman que “en la Argentina, para el año pasado, calculamos que se hicieron unos 651.500 controles de alcoholemia”. Esto es, 14 inspecciones cada 1.000 habitantes, según el estudio.

“Eso es una cifra muy baja ya que, por ejemplo, en Polonia se realizaron más de 16 millones de controles de alcoholemia, en España 7 millones, en Francia más de 9 millones. Eso marca una diferencia fundamental porque si no se multiplica por 20 el número de controles de alcoholemia, la ley no va a ser exitosa”.

Por otro lado, apuntó: “Las grandes tragedias viales no se producen por un conductor con 0,3 gramos de alcohol en sangre. Por lo general es por gente que tiene de uno para arriba y mucho más”.

Un delito penal
Es por todo lo mencionado que Silveira refirió que además de la necesidad de multiplicar los controles “en forma extraordinaria”, los que sean descubiertos conduciendo alcoholizados “deben recibir una sanción efectiva de la cual no puedan escapar y en paralelo, y más importante que las sanciones, incorporar al código penal el delito de la conducción altamente alcoholizada”.

Comentó que desde Luchemos por la Vida proponen que sea un delito penal conducir con una concentración alcohólica superior a un gramo de alcohol por litro de sangre. “Eso no es una contravención ni una infracción, es un delito que debería llevar a la cárcel porque hay que llegar antes de que estos potenciales asesinos maten, porque después es demasiado tarde”

Al ser consultado sobre los tipos de pena, Silveira remarcó: “Eso depende de cada jurisdicción pero yo creo que la pena para quienes tengan entre 0 y 0,5 tiene que ser liviana. Incluso me parece que, expresando un ideal, sería bueno que sólo hubiese pena a partir del 0,2 o 0,3 o a partir de la reincidencia, si se quiere. Que la primera vez no tenga pena y después si hay reincidencia que ya tenga pena. Donde tienen que ser muy fuertes las penas es cuando ya se supera del 0,5 y del 1 para arriba El peligro es muchísimo mayor”.

Conciencia y vulnerabilidad
Las campañas de Luchemos por la Vida trabajan para concientizar sobre la propia vulnerabilidad de los usuarios teniendo en cuenta que, según Silveira, “eso es una actitud de lo más común, todos creen que las cosas le pasan a los demás, nunca les van a pasar a ellos por eso la publicidad que tenemos actualmente en el aire sobre el peatón decimos: ‘En la realidad la historia no vuelve para atrás, una vez que ocurren las cosas ya no tienen solución’”.

Las tragedias involucran tanto a quienes están detrás del volante de un automóvil como a los peatones, ciclistas y motociclistas. “Si cruzás mal por el mismo lugar y nunca pasó nada, un día pasa. Puede pasar por el acostumbramiento y por esa sobreestimación de nuestra vulnerabilidad”, aseveró.

Radares como prevención
Otra de las causas de los siniestros viales es el exceso de velocidad, por ello Silveira, al ser consultado en este aspecto, aclaró que los radares “son una forma efectivísima de controlar los límites de velocidad porque el radar tiene la ventaja que no se equivoca, no puede sufrir coimas, trabaja las 24 horas, controla a un montón de vehículos al mismo tiempo pero claro, tiene que ser utilizado con una finalidad preventiva, no ubicarlo en un lugar tramposo como una trampa cazabobos”

“Entonces, si lo hace con una finalidad preventiva, supóngase en un tramo de la ruta para controlar que la gente cumpla con las velocidades máximas, está muy bien. Ahora, si lo van a poner donde de repente de 110 se baja a 90 y a 70, haciendo una trampa para recaudar, realmente eso no es educativo ni preventivo y mal predispone a la gente con los controles”.

Agregó: “Y por supuesto que las sanciones tienen que ser razonables, no se puede poner una multa de 100.000 pesos porque al que le ponen esa va a ser lo imposible para no pagarla y el controlador o el juez que se la tenga que aplicar, también. Si no tiene ninguna mala predisposición va a buscar la forma de encontrarle el pelito en la leche para no aplicarle la multa porque es una barbaridad”.

“Entonces, las multas tienen que aplicarse pero tienen que ser razonables para que se puedan efectivizar y puedan ser reales”.

Al final de la conversación, Silveira explicó: “Aunque la ley se apruebe en el Senado y la promulgue el Poder Ejecutivo, después tiene que ser ratificada por las provincias, especialmente las que no tienen alcohol cero. O sea que el proceso es largo y después viene lo más difícil: hacerla realidad”.

 

Controles de alcoholemia por año

Con los datos del Informe del Consejo Europeo de Seguridad en el Transporte (ETSC), recabados durante el período 2019 y en Argentina en 2021, Luchemos por la Vida realizó un cuadro comparativo con los controles de alcoholemia llevados a cabo en diversos países alrededor del mundo.

En el caso de Argentina, en la base del cuadro, se estima que se realizaron 651.500 controles en total, es decir 14 cada mil habitantes. En la cúspide del cuadro se encuentra a Polonia con 16.858.680 controles, unos 444 cada mil habitantes. Le sigue en la lista Austria con 204 controles, Finlandia resultó con 170, España, en tanto, realizó 147 mientras que Francia realizó 139 y Suecia 125 controles de alcoholemia por cada mil habitantes.

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