Juicio por el asesinato de la joven ocurrido en diciembre de 2013, día 1

Ramos se desligó del crimen de Marina

Tanto Franco Ramos (27), pareja de la víctima, como Juan Portal (37) y Alejandro Da Silva (34) declararon ayer ante el Tribunal Penal Dos de Posadas. También lo hicieron tres testigos
martes 06 de diciembre de 2022 | 8:08hs.
Ramos se desligó del crimen de Marina
Ramos se desligó del crimen de Marina

A casi nueve años del suceso, luego de dos postergaciones, finalmente ayer por la mañana en el edificio del Tribunal Penal Dos de Posadas comenzó el debate oral que investiga las circunstancias del cruento asesinato de Marina Da Silva, la joven posadeña de 19 años que fue asesinada a golpes en la cabeza y luego arrojada a un pozo de agua en Campo Bauer, cerca de Nemesio Parma. Por el conmocionante caso llegan como acusados Franco Ramos (27), pareja de la víctima, Juan Ángel Portal (37) y Alejandro Da Silva (34).

 Todos estos, junto a Omar Rito Ramírez (50) cuarto sospechoso que tenía el caso, pero que no podrá ser juzgado por haber fallecido tiempo atrás, están acusados de homicidio calificado por el concurso premeditado de tres o más personas. 

 Si bien a Ramos, Portal y Da Silva se les había vencido el período de prisión preventiva en 2020, los tres llegaron detenidos ayer a la sala de debate por distintas circunstancias. En el caso de la pareja de la víctima por estar implicado también como sospechoso del femicidio de la taxista posadeña Claudia Benítez (34), ocurrido en mayo pasado y cuyo cuerpo fue hallado en similares características a lo que sufrió Marina Da Silva. Justamente por dicho caso tiene prisión preventiva.

Mientras, los otros dos encartados fueron arrestados el último viernes para estar a disposición de la Justicia en el juicio. 

 Minutos después de las 8.30, el tribunal presidido por el juez César Yaya, acompañado de sus pares Gregorio Busse y Viviana Cukla como subrogante, dio inicio al debate con la lectura del auto de elevación a juicio.

Un rato más tarde, uno de los testimonios más esperados de la jornada y del proceso tuvo como protagonista a Franco Ramos. Fue el primero de los imputados en hablar y por ello, tanto Portal como Da Silva debieron abandonar la sala, ya que no podían escuchar los aportes de la pareja de Marina. 

El ex olero, quien en la actualidad y hasta antes de su arresto por el caso de la taxista Benítez se ganaba la vida como electricista, dio su versión de lo sucedido desde la mañana del 21 de diciembre de 2013, jornada en que dijo haber visto por última vez a la muchacha.

 En su reconstrucción Ramos contó que ese día, cerca de las 13.30, decidió acercar a la joven hasta un kiosco ubicado a cuatro cuadras de la casa de su madre, en el barrio Cruz del Sur.

 En esa jornada tenían previsto quedarse junto a su pequeña hija Kiara en casa de los padres de Marina y por ello, luego de dejar a la chica, el acusado contó que regresó hasta su casa en Campo Bauer para buscar pañales y otros objetos personales.

 Cerca de las 14.10 regresó con su moto hasta lo de sus suegros, pero Marina no había regresado del negocio donde en teoría iba a buscar jugo para el tereré.

 Siempre desde el aporte del encartado, las horas fueron pasando y su pareja no daba señales de vida. Dijo que junto a su cuñada menor salieron a recorrer las pocas cuadras que componen el barrio, aunque tras 40 minutos regresaron sin novedad alguna. 

Contó además que esa tarde se fue a jugar fútbol y que a la tardecita regresó a lo de la madre de Marina. Aunque hasta ese momento su pareja tampoco había dado indicios de su paradero.

 Luego, confió que los días fueron pasando y que la joven nunca dio noticias a su madre, con quien el imputado estaba en constante comunicación. Remarcó que tras pasar esa Navidad junto a su hija en Apóstoles en casa de familiares regresó a Campo Bauer y el 26 de diciembre decidió radicar una denuncia por desaparición de persona en la Comisaría Séptima. Y que cuatro días más tarde se enteró de la terrible noticia por el aviso de vecinos del barrio. 

 En una parte de su reconstrucción, Ramos remarcó que Marina solía ausentarse varios días de su casa y describió a la víctima como una persona que solía andar mucho “en la joda”. 

 Presunta discusión

  A su turno, el fiscal del Tribunal, Vladimir Glinka, preguntó al imputado sobre una supuesta pelea que Marina habría tenido con la madre de Franco, en la que al parecer la joven habría sido golpeada por la mujer.

 “Marina y mi mamá habían discutido por un tupper o algo así. Fue verbal. La relación siempre fue buena hasta ese momento que se desencontraron. Varias veces tuvimos nuestros desencuentros, pero no con golpes y agresiones”, aclaró el imputado. 

 Por otro lado, al ser consultado si sabía del rumor que en la zona corría sobre una supuesta relación amorosa entre su pareja y  Juan Portal, otro de los imputados en el expediente, el acusado dio su versión.

 “Un tiempo salieron por mensajes, pero yo nunca les vi. Me había enterado por la gente y por mensajes que se escribían por el celu de la mamá. Ella decía que él era quien le jodía y como nunca pude constatar... Tampoco fui una persona conflictiva para ir a increpar ni nada de eso. Nunca hablamos del tema y nunca le pregunté”, sostuvo Ramos.

 También aclaró que si bien conocía de vista a los otros imputados, no tenía una relación de amistad con éstos más allá de coincidir en la olería donde trabajaba. 

 ¿Qué pensás que pasó?, le preguntó el fiscal Glinka al imputado, a lo que éste respondió: “No puedo hablar y no puedo culpar a nadie. Ella llevaba una vida de joda y conocía muchas personas. Había un tal Milton que era violento y ella estaba en ese entorno. Yo conversaba mucho con mi suegra y hablábamos sobre eso. Yo la mezquinaba y la quería porque era la madre de mi hija”.  

 “Fui amante de ella”

 El segundo acusado en declarar fue Juan “Juancho” Portal (37). El encartado inició su declaración confirmando lo que se deslizó desde la etapa de instrucción del caso, que mantenía una relación paralela a la de su esposa con Marina Da Silva, al momento del hecho.

 “Teníamos una relación con la señorita Marina. En la olería trabajamos todos juntos. Fui amante de ella y nada más. Ramos trabajaba junto a nosotros como Tati (Ramírez). Me conmueve todo esto después de nueve años y no me puedo acordar de lo que declaré antes. Lo único que puedo decir es que yo no fui”, afirmó el encartado. 

 Reconoció que solía encontrarse con la víctima en distintos puntos de Campo Bauer, aunque aclaró que ese sábado 21 de diciembre, día que fue vista por última vez la víctima, a pesar de ser su cumpleaños, no se mensajeó ni se vio con la joven. 

 Ante la pregunta de la fiscalía, Portal contó que a pesar de haber preparado durante dos semanas antes un festejo de cumpleaños para ese sábado, finalmente ese día desistió de la idea y contó que optó por ir a pasar su aniversario de natalicio con su esposa e hija. 

 En medio de su declaración, el imputado mencionó una situación que podría ser clave para la resolución del caso.

 Hizo mención a un supuesto encuentro que tuvo con Rito Ramírez en un kiosco del vecino de apellido Cabral, en Campo Bauer, en donde por ser su cumpleaños pagó a algunas bebidas junto a su amigo.

 No obstante, desmintió que ese día, en ese lugar y en otro de la zona, haya compartido un festejo por su cumpleaños con los demás acusados y Marina, como se desprendió de la declaración de algunos testigos que comparecieron en la etapa de instrucción del caso.

 Narró también que esa tarde mantuvo un entredicho con otro vecino, identificado como Tomás Lazaga, aunque sostuvo que la discusión duró apenas unos minutos y que luego ambos se retiraron en direcciones opuestas del citado comercio.

 También comentó que Ramos nunca le recriminó nada por su aventura con la víctima y a su vez negó haber amenazado, días antes del hallazgo del cuerpo, a su esposa con que terminaría en un pozo como Marina luego de una discusión que ambos mantuvieron en su casa. 

 También se desligó del caso

 En tanto, al igual que Ramos y Portal, Pilli Da Silva también optó por hablar ante el tribunal y exponer su versión de lo que sabe del crimen y negar su participación en el crimen.

 Según el encartado, ese sábado 21 de diciembre se topó con Portal y Ramírez en el kiosco de Cabral. Todo esto cuando acompañó a su esposa a tomar el colectivo que la llevaba al Hospital Madariaga. 

 En ese contexto el implicado contó que pasó a saludar por la despensa al cumpleañero Portal, a quien conocía de pequeño y reconoció que estuvo cerca de 15 minutos en el lugar.

 Aclaró que esa jornada no compartió ninguna reunión con los imputados y que ese día solamente presenció un entredicho que Portal tuvo con otro vecino de la zona de apellido Lazaga.

 Y añadió que ambos se fueron a la parte trasera del comercio, aunque desconoce si después pasó algo más fuerte entre ellos. 

 Su reconstrucción siguió con su posterior ida hasta un Centro de Atención Primaria de la Salud (Caps) que está en Campo Bauer y en donde Da Silva trabajaba de noche como sereno.

 Comentó que esa noche se quedó despierto hasta las 1 de la madrugada del domingo y que luego se fue acostar. 

 Dijo que le pareció escuchar a la moto de Ramos pasar por la zona, ya que el vehículo que manejaba la pareja de Marina tenía escape libre y era fácil de identificar. Aunque luego aclaró que más allá de esta sospecha, nunca pudo comprobar si realmente Ramos estuvo en el kiosco de Cabral. 

 El debate continuará hoy desde las 8.30 con más testigos. Franco Ramos es defendido por los abogados Cristian Leite y Miguel Ángel Cassettai; Juan Ángel Portal por el letrado Néstor Acosta, mientras que Alejandro Da Silva por el abogado José Melo.

 Ataque tras una fiesta de cumpleaños
 Según el requerimiento de elevación a juicio que hizo la fiscal de instrucción, Patricia Clérici, la víctima habría sido atacada entre la noche del sábado 21 de diciembre de 2013 y la madrugada siguiente.

 Según vecinos de Campo Bauer, Portal habría hecho una fiesta por su cumpleaños en la que estaban los otros tres acusados y la víctima. El encuentro se habría hecho en casa del fallecido Ramírez, en el Lote 20 de Nemesio Parma. La joven fue asesinada de dos golpes con un elemento contuso que nunca pudo ser ubicado por los pesquisas. Luego, su cuerpo fue trasladado por sus homicidas hasta un pozo de agua de una vivienda abandonada, donde fue arrojada maniatada de pies y manos y atada a la cintura con un bolso que pernetecía a la madre de la víctima.

 El cuerpo fue hallado recién el 31 de diciembre al mediodía por un grupo de jóvenes que pasaba por la zona y se topó con el cadáver en avanzado estado de descomposición.

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