Cultura energética, la materia que tenemos pendiente

sábado 03 de diciembre de 2022 | 6:00hs.

Por Francisco Pedrazzi Integrante del Grupo de Instituciones por
el Etiquetado Energético de Viviendas

La Argentina no es ajena a las predicciones sobre los efectos del cambio climático, que se evidencian con los incendios, con sequías, bajantes de ríos, etcétera. Los expertos y los estudios indican que para que esta situación no se agudice, se deben realizar cambios en la forma de usar los recursos del planeta, pero nuestro país no ha podido desarrollar hasta el momento una cultura del ahorro de energía sólido y sostenido en el tiempo, y en esto la eficiencia energética de las viviendas cumple un papel fundamental.

En Europa, por ejemplo, se ha avanzado muchísimo hacia la obligatoriedad de construir las viviendas nuevas con valores casi nulos de energía necesaria para su operación, como así también el etiquetado de eficiencia energética como herramienta obligatoria hace varios años.

En nuestro país, para lograr estas obligaciones y cumplimientos en el ámbito de la construcción es urgente contar con un marco regulatorio nacional como así también tener una fuerte voluntad política de realizar los cambios necesarios en cuestiones de eficiencia energética. Fundamentalmente se trata de desarrollar leyes provinciales que hagan obligatorio el etiquetado de eficiencia energética de viviendas. Estas leyes no obligan a construir con una determinada etiqueta, pero sí establecen incentivos impositivos de acuerdo a la letra de la vivienda.

No hay otra forma posible de impulsar al etiquetado energético de viviendas si no es a través de leyes que primero obliguen a etiquetar las viviendas nuevas, y luego, que dichas viviendas, tengan una etiqueta de bajo consumo de energía. También resulta importante y necesario hacer conocer a los usuarios finales cuánto será el ahorro que podrán conseguir usando diferentes estrategias de ahorro y trabajar en el aumento de la conciencia ambiental, ya que muchos no saben que ahorrando energía contribuimos a mitigar los efectos del cambio climático. Esto es en gran medida responsabilidad de organizaciones ambientales, pero también de las facultades de arquitectura e ingeniería, que deberían incluir el ahorro de energía en sus currículas, para que los futuros profesionales ya posean esta conciencia ambiental y la puedan transmitir en sus trabajos y a sus clientes. Una vivienda eficiente energéticamente no sólo hace ahorrar dinero a sus habitantes, sino que también beneficia al medioambiente y en definitiva a nuestro futuro.

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