La hazaña de Eusebio Mañasco para la reorganización sindical

domingo 27 de noviembre de 2022 | 6:04hs.

El sociólogo Víctor Horacio Rau como parte de su tesis sostiene que en los años 1920 y 1921 y luego en 1928 y posteriores, es cuando se registrarían en las nuevas plantaciones yerbateras las primeras huelgas de trabajadores rurales. 

En junio de 1920, se fundó el Sindicato de Obreros Yerbateros (Soy) de San Ignacio. El gremio fue fundado por Eusebio Mañasco, un militante proveniente de las filas de la Federación Obrera Marítima (FOM) y delegado de la Federación Obrera Regional Argentina (Fora), dos de las principales instituciones obreras de ese momento a nivel nacional.

A un mes de constituido, el sindicato de obreros yerbateros de San Ignacio contaba con 950 afiliados, sobre una población de 2.500 trabajadores de yerbales y obrajes de la localidad y alrededores.

El 12 de julio, se presentó a las empresas yerbateras un pliego de condiciones redactado por la comisión del sindicato. Ante la negativa de los industriales, a los pocos días, los obreros entraron en huelga contra las tres principales empresas plantadoras de la zona: La María Antonia, La Plantadora de Yerba Mate y Martin y Cía. Entre las exigencias estaban la jornada de ocho horas; aumento de salarios, fijación de jornales mínimos y la exigencia del pago en moneda nacional contra el pago en vales; el descanso dominical, entre otros.

Eusebio Mañasco.

El 27 de julio, y con el apoyo de la FOM, la huelga concluyó y los obreros lograron triunfar e imponer sus demandas.

Mientras que en octubre de 1920, se desarrollaría el último y más largo de los conflictos obreros, que duraría ocho meses, hasta junio de 1921, cuando fue encarcelado Mañasco.  En esa oportunidad, se unieron los intereses de las tres empresas que operaban en San Ignacio y exigieron a todos sus obreros que se desafiliaran del sindicato y les impusieron el trabajo dominical. Además, de esto, les obligaron a incorporarse a la Liga Patriótica Argentina. 

La Liga Patronal

Jesús Palacios, el administrador de La María Antonia y primo de la familia dueña de la empresa, había fundado y presidía el sindicato paralelo propatronal, la “Liga Patronal Obrera” o “Liga Palacios”, y era integrante de la Brigada local de la Liga Patriótica Argentina, una seccional en San Ignacio de la organización nacionalista de ultraderecha, y cuyo presidente era su hermano Andrés Palacios.

Así, el sindicato y los obreros rechazaron dicha presión y fueron a la huelga, quedando paralizada toda la actividad yerbatera.

De esta forma, en junio de 1921, un ciudadano sueco de nombre Allan Stevenson, que pretendía instalar tecnología sustitutiva de mano de obra en una de estas plantas agroindustriales, fue asesinado por tres individuos apostados para impedirle el paso.

El suceso causó gran conmoción y Mañasco, fue apresado y condenado a cadena perpetua acusado de ser autor intelectual del homicidio.

Estos acontecimientos marcaron el fin de la recién nacida organización sindical en los yerbatales de Misiones.

Paralelamente en todo el país se realizaron grandes manifestaciones en pro de la libertad de Mañasco.

Forzado por esta gran presión social, el 8 de Julio de 1927 el presidente Marcelo T. de Alvear acaba por firmar el indulto de Mañasco.

Se emprende, entonces, la campaña por la reorganización de los sindicatos yerbateros. 

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