Europa: la economía se frena en un escenario poco alentador

La lectura de las previsiones económicas presentadas por la Comisión Europea este fin de semana muestra que la economía del viejo continente va camino de un frenazo que bordeará la recesión.

El PBI de los 27 crecerá un escuálido 0,3% en 2023 y la inflación seguirá por encima del 7%, una tasa que genera consecuencias políticas graves y efectos económicos en un continente que no vivía inflaciones de ese estilo desde las crisis del petróleo de finales de los ‘70 del siglo XX.

Este 2022 será todavía de crecimiento. La media europea llegará al 3,3% del PBI. Sus cuatro mayores economías crecerán de forma poco pareja: España un 4,6%, Italia un 3,8%, Francia un 2,6% y Alemania un 1,6%. La economía germana será la que provoque el gran frenazo de 2023.

A pesar de que todo el bloque podría sufrir un primer semestre de recesión (a los economistas les gusta decir ‘crecimiento negativo’), el hundimiento de la economía alemana (-0,6%) será responsable de que el bloque apenas crezca ese 0,3% el próximo año. Italia lo hará un 0,3%, Francia un 0,4% y España un 1%.

El año 2024 será apenas mejor: la media de crecimiento será del 1,6% con Italia en el 1,1%, Alemania en el 1,5%, Francia en el 1,6% y España en el 2,0%.

El comisario europeo de Economía, el italiano Paolo Gentiloni, dijo en Bruselas que “la economía está girando después de un primer semestre (de 2022) sorprendentemente sólido. En el tercer trimestre perdió ese impulso y los datos hacen presagiar una contracción este invierno”.

Efecto guerra

Europa mantiene sanciones a Rusia y apoyo económico y militar a Ucrania a pesar de que en ese conflicto se encuentran casi todas las razones de la inflación en Europa y del frenazo económico. Gentiloni reconoció que en este último trimestre del año “la mayor parte de los países de la Unión Europea” sufrirán contracción económica a la vez que la mayoría está viviendo tasas récord de inflación.

La inflación en esos niveles, aunque vista desde Argentina puede parecer una nimiedad, es una novedad para cualquier europeo menor de 45 años y tiene efectos masivos. Reduce el consumo privado y daña la competitividad de la industria europea, motor exportador del continente.

Al combatirse con subidas de tasas encarece las inversiones y hace que decenas de millones de hogares europeos tengan que pagar más por sus préstamos inmobiliarios.

La única buena noticia la da el empleo. Su resistencia al frenazo económico y a la inflación es sorprendente y mejor de lo que vaticinaban anteriores previsiones económicas.