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Premios Martín Fierro y su relación con el indio

miércoles 09 de noviembre de 2022 | 6:00hs.
Premios Martín Fierro  y su relación con el indio

Aquel 25 de mayo de 1810, en que los patriotas corrieron al virrey Cisneros del sillón de mandamás del Virreinato del Río de la Plata, se sustituyó el poder central de los españoles por el de los criollos asentados en Buenos Aires. Infatuados los porteños por esta tremenda osadía y envalentonados por echar años antes a los invasores ingleses de la región, adoptaron para sí la decisión de gobernar centralmente y el resto del país debiera obedecer. Esta lábil dicotomía política resultó nefasta debido a los enfrentamientos estériles que se produjeron entre uno y otro bando, que terminó en la anarquía del año 20 con tres gobernadores nombrados el mismo día. Pero antes, Martín Rodríguez gobernando Buenos Aires, emprende la primera partida contra el indio mediante decreto gubernamental. A partir de allí, todas las siguientes previas a la gran Campaña de la Conquista del Desierto, donde el aborigen fue derrotado para siempre. Después, el país se dividió en Federales y Unitarios, siendo, estos, más unitarios que los propios unitarios. Rosas fue el ejemplo. No obstante, ambos gobernaron con criterio principista de ejercer el mando desde un poder central, Buenos Aires, y otro periférico, las provincias, como rige en la actualidad.  

EL INDIO: La historia relata que, el desierto pampeano, fue hasta 1880 dominio del indio y su jefe más temido el cacique Juan Calfucurá, el de la dinastía piedra (curá piedra). Su dominio se extendía desde las Salinas Grandes en la región central de la Argentina (La Pampa y Buenos Aires) hasta el estrecho de Magallanes. Dominaba ese territorio con aura de invencible, por el cual se decía que un espíritu lo había beneficiado con extraños poderes. También que cabalgaba junto a un jinete fantasma quien lo aconsejaba en las batallas contra el hombre blanco y las tribus enemigas. Para el pueblo indígena era el dios de las pampas y, para Bartolomé Mitre, por su culpa, el desierto se hacía inconquistable.

Calfucurá, venido de la araucanía chilena donde nació, fue brutal exterminador de los antiguos habitantes del sur:  voroganos, pampas y tehulches, y terrible asaltante de los reductos del hombre blanco. Con mucha inteligencia supo aliarse con Juan Manuel de Rosas quien le otorgó el grado de coronel de la Confederación y le aseguró una provisión anual de alimentos, bebidas, tabaco y ganado. Caído Rosas renovó su alianza con Justo José de Urquiza.

Supo organizar una confederación poderosa de la que fue jefe hasta su muerte, previa declaración de guerra al gobierno de Domingo Faustino Sarmiento y saquear los poblados de 25 de Mayo, Alvear y 9 de Julio. Heredó el mando su hijo Namuncurá, padre del santo Ceferino.

EL GAUCHO: Hernandarias fue quien describió al primer gaucho al proponer orden en el campo. Esto debido a los hombres vagabundos que cazaban vacas para su sustento, las más veces sirviéndose únicamente de la lengua y dejando el resto del animal para comida de las carroñas.  Quería transformarlos en pacíficos labriegos o en laboriosos artesanos sacándolos de las correrías camperas. Vano esfuerzo, pues no eran indios ni negros, eran criollos hijos de padres y madres españoles, los unos, y mestizos de indias paraguayas, los otros. De la captura del ganado cimarrón hizo su verdadera escuela de hombre nómade y vagabundo, acostumbrándose a vivir en el límite de civilización y las tolderías. Esto explica por qué el gaucho, cuando las partidas van en su busca para engrosar el ejército, emigra a los toldos asociándose a las correrías con el indio. En la época, llamar gaucho a cualquier poblador de campaña era una vil ofensa, término despectivo sinónimo de vagabundo y cuatrero.

Artigas jamás los trató de gauchos a sus adeptos, usaba el epíteto paisano. Otros políticos y militares eliminan gaucho de su léxico, como Belgrano, Estanislao López, José María Paz, Tomás de Iriarte y el mismo Rosas. Güemes es la excepción, adopta para los suyos en tren de desafío a los españoles que los tildan de gauchos como insulto aberrante, porque él ni sus paisanos lo eran. Tampoco eran gauchos los granaderos de San Martín, fueron labriegos cuyanos, avá misioneros y mestizos correntinos, pues el teniente coronel supo de las hazañas en la Batalla de Mbororé (debía declararse Día de la Soberanía Nacional) de la liberación de Colonia del Sacramento y la guerra guaranítica.

 ¿Y de dónde salió el gaucho patriota venerado por la elite porteña, el establishment? Salió de los grandes creadores de la poesía gauchesca que lograron convertir el gaucho real en el gaucho ideal ¿representativo de lo nacional? merced a las obras relevantes de Ascasubi, Obligado, Lussich, Estanislao del Campo y demás, destacándose el Martín Fierro, tipo que jamás agarró una azada y en el cual José Hernández crea un personaje que representa a todos los gauchos. 

MEIM KAMPF: Es el libro genocida que escribió Hitler, señala que “El judío es y será siempre el parásito típico, un bicho, que, como un microbio nocivo, se propaga cada vez más, cuando se encuentra en condiciones adecuadas. Su acción vital se parece a la de los parásitos de la Naturaleza. El pueblo que le hospeda será exterminado con mayor o menor rapidez. Por eso hay que borrarlos de la faz de la tierra”

MARTÍN FIERRO: Su autor José Hernández describe que los indios son vagabundos, dormilones, haraganes, ladrones y capaces de matar a aquellos que no llevan su misma sangre. Para peor, vengativos, y crueles con los cautivos. A la mujer le dan un trato malo, las tienen como esclavas, les dan el trabajo pesado que ellos no quieren hacer y se complacen en degollar a sus víctimas. El libro se imprimió en 1872 y La Vuelta de MF en 1879 e inspiraron a la Gran Campaña del Desierto de 1880.

La descripción viene a cuento debido a que los Premios Martín Fierro, ideados y organizados por periodistas del país central, son los premios de la televisión y radio en la República Argentina, organizados por la Asociación de Periodistas de la Televisión y la Radiofonía Argentinas (Aptra) Se entregaron por primera vez en el año 1959 sin consultar a provincia alguna. Esto hubiera generado gran debate, pues el contenido del libro incita al genocidio del indio.

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