Derechos y humanos

“Extraño la celda desde la cual me trajeron a ésta -¿desde dónde?-, porque tenía un agujero en el suelo para orinar y defecar.” Jacobo Timerman
domingo 06 de noviembre de 2022 | 6:00hs.
Derechos y humanos
Derechos y humanos

El piso frío ya se me ha hecho una costumbre, como si siempre hubiera sido así, a lo mejor un colchón se me vuelva extraño, si es que algún día vuelvo a tenerlo. Lo que más me molesta es no saber si es de día o de noche, más o menos lo deduzco por los movimientos, la oscuridad es la hora más propicia para ellos, pero no puedo estar seguro. Llevaron mi ropa a lavar y dicen que está lloviendo y no se seca, no sé hace cuantos días, no puedo saberlo. Antes podía hacer mis necesidades en el suelo, en un pozo en la celda, pero en esta que estoy ahora tengo que llamar a los guardias y a veces no quieren llevarme hasta el baño, entonces me hago encima y tengo que sacarme la ropa para que la laven. Los guardias creo que no quieren hacerlo, son pocos y tienen que hacer de todo.

- A ver, ponete contra la pared- suena una voz a través de la puerta.

El detenido se para con la cara pegada al muro gris del fondo, completamente desnudo, temblando de frío y de miedo ante lo que le va a pasar. Le vendan los ojos y atan sus manos a la espalda, lo sacan al patio y le ordenan trotar en el lugar para entrar en calor. Las ordenes son cortas y precisas y no se dicen nombres entre ellos, después se quedan en silencio hasta que otra voz se escucha.

- Así que este es el tano, mirá vos ¿Sos italiano vos?- dice el que parece el jefe pateándolo

- No...no señor.

- Encima mentiroso, estos italianos nos ganaron 1 a 0 hace un rato y en el mundial acá en casa. Realmente un insulto, Argentina les dio todo a estos tanos y viene a ganarnos. Ablándenlo un poco muchachos... por tano.

Le llovieron golpes y puntapiés en la oscuridad no podía saber de donde vendría el siguiente, hasta que cayó al suelo y lo levantaron tomándolo del pelo.

- Mirá este infeliz, hasta la facultad te pagamos entre todos ¿Estudiás en la UBA no cierto?

- Si señor... estudiaba.

- Dijiste bien, supongo que estudiarías alguna boludez.

- Psicología.

- Ah sí, ahí son todos zurditos, se creen vivos.

Los pasos se alejan en el patio y otra voz dice.

- Llévenlo, que ya está lista la fosa.

- ¿Le ponemos ropa señor?

- No, ¿Para qué?

Lo cargan en el baúl de un Falcon verde que está parado dentro de un galpón, completamente desnudo, atado de pies y manos, vendado y amordazado. El auto recorre calles despobladas y toma una autopista durante casi una hora. Baja en una de las salidas y toma por una calle de tierra que el detenido nota por las sacudidas que lo hacen rebotar dentro del pequeño y oscuro espacio en el que está encerrado. El coche se detiene y le ordenan que baje, como no puede hacerlo solo, uno de los hombres lo toma de los hombros pero él se inclina y frotando su cabeza contra el brazo del captor se quita la venda.

- Dale, tabicalo antes que nos reconozca.

- ¿Y a quien le va a contar que nos vio?

Le pegan con la culata de uno de los fusiles y lo hacen arrodillar frente a la parte trasera del auto mientras uno de ellos recoge el trapo sucio para volver a cubrir sus ojos. No puede creer lo que ve, en el paragolpes trasero está pegada una calcomanía que dice “Los argentinos somos derechos y humanos”.

Los verdugos nunca pudieron entender porque el detenido siguió riendo hasta que le dispararon.

El relato es parte del libro Argentina 78, el otro mundial. Lavalle tiene publicado los libros Releyendo mitos (cuentos), Sarita (novela), Andrés y la Melchora (novela), entre otros

Jorge Lavalle

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