La herencia de la pandemia en esculturas

Dos años pandémicos hicieron confundir el tiempo, trastocaron el orden de las horas, y medidas y espacios y sucesos se rigieron por un reloj propio, en una secuencia subjetiva-relativa ajena a toda lógica.   

En esos días y noches indivisibles, encerrados en casa, temerosos del afuera y del otro, la lucha y los cuidados eran contra el covid pero la amenaza del virus invisible se apoderó de todos los aspectos de la vida en sociedad, desbordó emociones y sacó a relucir lo mejor y lo peor de cada cual.

Desmemoriados como solemos ser, rápidamente dejamos atrás situaciones que nos llamaron la atención entonces por descabelladas o absurdas o porque simplemente inundaron noticieros y redes sociales de imágenes y comentarios.

Una doña de 83 años, harta de la soledad de su departamento llevó su reposera a los despoblados bosques de Palermo, en Buenos Aires. “Necesito tomar un poco de sol y aire, sólo una hora, después me voy”, les explicó ella  a los efectivos policiales que desembarcaron de tres patrulleros para notificarle que sentada en una zona vacía estaba incumpliendo el aislamiento obligatorio.

Este hecho y otros originados o asociados a la época de confinamiento se reflejan en Serie Covid, una muestra de 41 esculturas de la artista visual obereña Liliana Suárez Holze, que se inaugura hoy a las 20 en el Espacio Multicultural del cuarto tramo de la Costanera.

La doña y la ley, la anciana de Palermo salió a tomar sol y casi fue detenida. Foto Natalia Guerrero

“Las piezas son una visión mía de determinadas situaciones ocurridas en pandemia y como recurso expresivo me valgo de la escultura con la técnica de modelado cerámica sobre planchas, nunca utilizo moldes”, indicó la artista en diálogo con El Territorio, ayer durante el montaje de la exposición que cuenta con la curaduría de la artista escultora Silvana Kelm.   

La muestra reproduce imágenes de la vida cotidiana en pandemia, algunas referencias a la propia historia de la artista en la cuarentena, también las estatuillas representan comportamientos, sentimientos y hallazgos frente a una época que vino a romper con todo lo antes conocido.  

La trama es un sendero, que puede ser una línea de tiempo no muy rigurosa, los títulos de las obras contienen poesía y una mirada crítica desde el humor y la ironía, que llevan por demostraciones de solidaridad y empatía, mezquindades, actos heroicos, la inocencia de la infancia, y el protagonismo de las pantallas.

“La muestra empezó en pandemia y la primera obra se llama La vecindad, que es una obra que está montada en la pared y que se la dedico a mis vecinos; es algo personal que no sé si debiera contar… pero en un momento de la pandemia había una paranoia, y no se portaron muy bien”.

Luego de ese acontecimiento, observó con más detenimiento lo que ocurría a su alrededor, “a medida que fueron pasando cosas que me conmovieron las fui reproduciendo”, expuso.

Un conjunto es llamado Tres en pan nada con un guiño al filme  Esperando la carroza y que es un reconocimiento a tantas personas que de manera solidaria ayudaron a quienes se quedaron sin el sustento por el parate.

Para la serie de la infancia, las esculturas corporizan emociones desde la angustia a la esperanza, se abre además un espacio de encuentro y juego entre hermanos, de recuperar la dimensión analógica del abrazo a una mascota o un hobby apegado a la naturaleza.

Las últimas producciones en formar parte de la muestra fueron las de pantalla: desde un dispositivo se podía hacer gimnasia, seguir tutoriales de recetas de cocina, aprender algún arte oriental o subir imágenes a Onlyfans.

“Es un recorrido bastante dinámico el que propone la muestra  y hay un diálogo entre las obras y también con los textos, que tienen humor e ironía, porque yo estoy convencida que a las situaciones dramáticas si las miramos con un poco de humor nos va a ir mejor”.

Por su parte, Kelm, que realizó la curaduría, destacó que la exposición tiene un “desarrollo y un nudo”, que cuenta una historia que tiene que ver con la vivencia de la artista. “Es una obra muy humorística y muy crítica de la sociedad, y cada escena se vincula, y más allá de esta mirada del humor hay mucha sensibilidad”.

“Ante el Covid que nos dejó sin la posibilidad de vincularnos entre las personas, la obra plantea todos estos escapes, estas ganas de interactuar y también moviliza a una reflexión acerca de qué cantidad de cosas llevamos adentro los seres humanos y sacamos en situaciones límites”.

Para agendar

Serie Covid
La muestra de esculturas cerámicas de Liliana Suárez Holze se inaugura hoy a las 20 en el Multicultural de la Costanera; actuarán Ezequiel Schaerer, los hermanos Albertario y Micho Acuña