Celebración cristiana en el cementerio La Piedad

El mismo amor, el mismo día

Ayer en el Día de los Fieles Difuntos, como cada año, miles de posadeños se acercaron al camposanto para llevar una flor y rezar por las almas de sus seres queridos
jueves 03 de noviembre de 2022 | 6:00hs.
El mismo amor, el mismo día
El mismo amor, el mismo día

“Nada de lo que fue vuelve a ser, y las cosas y los hombres y los niños no son lo que fueron un día”, escribe Sábato en La Resistencia, esa carta existencial descarnada que firmó en su vejez.

Cada hora ocurre una sola vez y para siempre, en una tensión que es a la vez la grandeza de la vida, afirma el escritor y hace ver que esa “inasible fugacidad” de la existencia, colma de instantes absolutos aunque se agota.   

Es el pasaje de la vida a la muerte, esa conversión a un pasado y a una historia, la que nuestra cultura popular con raíz cristiana celebra cada 2 de noviembre desde los primeros rayos del sol hasta el atardecer en los camposantos.

Los habitantes de nuestra tierra colorada aún profusa en rituales de fe y tradición peregrinaron hasta los cementerios para llevar flores y rezos a sus seres queridos que ya partieron, en el día que la Iglesia Católica dedica a los Fieles Difuntos.

Ausencia y memoria 

La ausencia, el amor, la memoria, quedan en este plano, un largo trayecto compartido hacia atrás, como un “desgranarse de días sagrados, inscriptos en tiempos o en épocas diferentes”.

En el portal de La Piedad se realizaron misas en recuerdo de los muertos.

“Pasa el tiempo y uno no se acuerda tanto de cómo era esa persona que tanto amaste, te vas olvidando pequeños detalles, aunque no quieras. Te acordás como de un recuerdo que tenés de esa persona, y eso es también algo lindo, eso lo hablamos con mi madre, cuando pensamos que mi papá falleció ya muy anciano, y no, todo lo contrario, era aún joven cuando partió”, contó Juan Carlos Acuña que con su madre Marta Clara visitó el nicho de Juan Evangelista, su padre muerto hace 30 años.

A sabiendas de que una rememoración puede no ser fidedigna y estar mediada más por el afecto y la distancia, es sin embargo una manera de mantener viva la memoria, “le encantaba el mate y por eso cada vez que podemos y sin falta el Día de los Muertos  venimos hasta su tumba a compartir un mate bien amargo como a él le gustaba”, explicó Aurelia González, de 86 años, sobre la manera que encontró su familia de seguir unida al recuerdo de Félix, su marido, con quien tuvo 13 hijos y falleció en 1984 a los 75 años. “Los dos éramos tareferos, él trabajó muy duro en pleno monte para sacar la familia adelante, vivimos en el interior, después pudimos comprar una chacra, luego vinimos a Posadas. Tenemos una larga historia, muchos recuerdos y aunque pasen los años, siempre lo tenemos presente”, indicó su viuda.

Amigas en los momentos difíciles

Dora Teresa Duarte Shultz (84) enviudó hace poco tiempo y su amiga María Inés Velázquez (82) perdió a su esposo Juan Martín el año pasado. “Mi marido tenía 94 años cuando murió, vivimos muchas cosas juntos, por tanto pasamos. Con mi amiga y vecina Dora, que siempre nos dimos una mano para todo, en este momento estamos más unidas que nunca, las dos tenemos familia, pero compañía como la de Dora te alegra el corazón y es una gran bendición tenerla a ella y yo también poder acompañarla en estos momentos”, describió Velázquez, del barrio Santa Lucía.

En La Piedad, el cementerio histórico ubicado en la chacra 60, se observa caminar orillando la cruz mayor y por los dificultosos senderos entre las sepulturas a las personas mayores, si hay jóvenes es porque acompañan a sus padres o abuelos.

Embellecer las sepulturas, compartir una oración, el ritual de cada año.

“Se va perdiendo la costumbre de honrar la memoria de nuestros muertos viniendo al cementerio, hoy los jóvenes no quieren saber nada de todo esto, pero nosotros hacemos lo que aprendimos de nuestros ancestros, las almas y la memoria de nuestros seres queridos necesitan de esa luz de una vela, de esa oración y de esas palabras amorosas que recuerdan su paso por la tierra”, consideró Luis Ángel Vázquez, que con su esposa limpió y adornó las tumbas donde descansan sus parientes.

“Un portal de esperanza”

El sacerdote Sebastián Escalante, rector del seminario Santo Cura de Ars, ofició las misas en el portal de La Piedad, que se sucedieron a lo largo de la jornada.

Luego de leer La Palabra, en su alocución el cura llevó resignación y especificó: “Hoy es un día de profunda reflexión para nosotros los cristianos, porque contemplamos el misterio de la muerte, algo tan difícil de asimilar, algo tan difícil de sobrellevar”, y añadió que la muerte es esa experiencia “que nos enfrenta al límite de lo que somos, ahí donde experimentamos el límite de la fragilidad humana y sin embargo se abre un nuevo portal, el portal de la esperanza por la fe, porque nosotros sabemos que la muerte no tiene la última palabra, porque Cristo ha vencido a la muerte por nosotros”. 

Miles de personas

Mariana Araceli Ferreyra, administradora del cementerio, en conversación con El Territorio calculó que al cierre de la jornada celebratoria unas 5 mil personas pasarían por el cementerio, que ayer estuvo abierto una hora más de lo habitual, hasta las 18.

“Es una fecha con mucho movimiento, históricamente es así y todo el personal estuvo abocado a acompañar a los vecinos, llevar arena para que no se utilicen agua en los floreros, ayudar a limpiar las tumbas, indicar los lugares, también hay que decir que el cementerio  es peatonal y sólo se puede ingresar con los autos en caso de personas muy mayores, con dificultad motriz  o con discapacidad”, concluyó.

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