viernes 29 de marzo de 2024
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El anfiteatro y Abel Pintos, romance ratificado

Tras 5 años, Abel Pintos regresó a una Posadas fascinada con su presencia. Los artistas Evanna Sanz y Daniel Cuevas prepararon el ambiente. Luego fue el turno del cantautor que recordó sus primeros pasos y agradeció el enorme cariño del público

martes 25 de octubre de 2022 | 6:18hs.
El anfiteatro y Abel Pintos, romance ratificado
A cinco años de su última presentación en el escenario posadeño, el cantautor recordó con cariño el respaldo que recibió en sus primeros pasos y el público se entregó a la ‘Abelmanía’. / Fotos: Joaquín Galiano
A cinco años de su última presentación en el escenario posadeño, el cantautor recordó con cariño el respaldo que recibió en sus primeros pasos y el público se entregó a la ‘Abelmanía’. / Fotos: Joaquín Galiano

Pasaron cinco años desde la última vez que Abel Pintos pisó el Anfiteatro Manuel Antonio Ramírez de Posadas, y tal como ocurrió aquella vez, el público fue fiel al nombre que se le otorgó: Abelmanía.

Fanáticos y fanáticas llegaron con horas de anticipación para ver el cantante bahiense coronado por um cielo estrellado y el imponente Paraná de fondo. Y a medida que el popular anfiteatro se iba colmando, también se hacían más grandes las ganas de que suene su música.

Yanin Torres y Karina Feiza vinieron desde Santa Ana y dijeron orgullosas que a los seis minutos de haberse abierto la venta de entradas, ellas ya las tenían.

El artista eligió ‘Aquí te espero’ para irrumpir en el escenario y llevarse una verdadera ovasión. Fotos: Joaquín Galiiano

No escatimaron en gastos e invirtieron en los tickets vip porque “no hay pecio para lo que nos gusta. Se ganó nuestro corazón”.

Las chicas lo vieron hace cinco años en este mismo escenario, el año pasado en Apóstoles en el marco de la Fiesta de la Yerba Mate y hasta lo siguieron a La Rioja. Ansiaban escuchar la sentida El Mar y todo su repertorio.

Mientras que desde Garupá vinieron Miriam Maidana, Norma Barrios y Laura Aguilera, también fervientes cantoras a capella del cancionero Pintos.

“Oncemil es la canción que no puede faltar, siempre la canta al final”, compartió José Rodríguez, que arrastró a gran parte de su familia al recital. “Somos unos diez”, enumeró mientras esperaba para ingresar.

Pero mientras se esperaba la entrada de Abel, el escenario fue calentado por la joven artista Evanna Sanz y un invitado especial de Pintos, Daniel Cuevas, salteño autor y compositor de algunas de sus canciones.

Para cantar ‘Cómo te extraño’, Abel se acompañó de su guitarra.

Faltaban apenas unos minutos para las 22 y la Abelmanía se hizo escuchar con palmas y silbidos. La ansiedad ya no cabía en los cuerpos. “Olé, olé, Abel, Abel”, corearon al unísono. Mientras tanto, otro tanto, seguía llegando para ocupar sus lugares.

Aquí te espero terminó con la espera y los gritos eufóricos seguramente se escucharon a varios kilómetros de distancia. Yo estuve aquí le secundó y el coro multitudinario se la cantó toda, sin aliento y danzando con las manos arriba.

Aplausos y más aplausos

El público coreo su nombre una vez más y él dio las buenas noches y agradeció. Como te extraño sonó este vez, con guitarra en mano.

Afuera todavía había gente esperando para entrar y el anfiteatro pareciera que se quedó chico para tamaño artista popular y querido.

“La primera vez que vine a este lugar era apenas un niño y ya sin saber quién era y qué pretendía con la música y mucha gente como ustedes me recibió con mucho respeto y amor. Era solo un niño y esa noche sentí que escuchaban lo que tenía para decir, mis ilusiones con la música. Pasaron los años y tuve la oportunidad de recorrer la provincia y lo que me encuentro es el mismo respeto y consideración”, agradeció el cantante, despertando la emoción de la gente. Y anticipó: “Esta noche no vamos a medir este concierto en tiempo, no lo sé, pero lo que sí sé es que tiene muchas canciones”.

Dos horas y media y más de 20 canciones resultaron del recital de Abel Pintos en el anfiteatro Manuel Antonio Ramírez. La noche trajo el viento fresco del río, pero dentro del espacio no se sentía.

Un recorrido por todos sus discos, por sus éxitos ya sumamente conocidos y otros que suenan hace poco en radios y canales exclusivos de música.

Espejo, El amor de mi vida, No me olvides, Tiempo, Pajaro Cantor, La llave, sin principio ni final, El Mar, El adivino, Oncemil, Cien años, Abrazándonos, Aventura, sonaron en la noche posadeña y a ninguna de ellas le faltó el coro entusiasta del público.

En un momento de la noche, y evocando las incontables veces en las que otros artistas le dieron un espacio en sus escenarios, el bahiense replicó esa actitud humilde e invitó al escenario al joven Mauro Siri y juntos cantaron Todo está en vos. El público los abrazó en un largo aplauso.

Se acercaba la medianoche y el cancionero seguía su derrotero: El hechizo, Camina (suave y elegante), Cuántas veces, Y la hice llorar, El alcatraz, Juntos y Revolución.

Para agradecer a su equipo de músicos y coristas, el cantante hizo una pausa. En ese momento también aprovechó para decirle a sus fans que el regreso sea tranquilo. “Hay mucha gente que viajó para estar acá, que el recorrido a su casa y la salida del lugar sea con calma para cuidarnos entre todos. Que sea hasta la próxima y que la próxima sea pronto”, expresó el artista.

La aparente despedida dio paso a la pieza A-Dios, pero ya acostumbrados a los eventos musicales el público aguardó en sus asientos la vuelta y un par de canciones más.

Sonaron Motivos, De solo vivir, y el cierre fue Piedra libre, la canción dedicada a su hijo Agustín y enmarca el momento que el músico atraviesa en la actualidad.

Así, Abel y su público se reencontraron una vez más a orillas del Paraná, el escenario perfecto para que su dulce música convierta la noche en otra velada inolvidable.

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