Crónica de un hartazgo anunciado

sábado 22 de octubre de 2022 | 6:00hs.

PorDelia Flores Empresaria

Hace algunos años visité Irán, conocido en Occidente como la antigua Persia. Me encontré con un país hermoso, con mucha historia, belleza y cultura; con unas mezquitas increíbles donde se puede visitar, entre otras cosas, las ruinas de Persépolis, aquella ciudad rendida ante Alejandro Magno sobre el Rey David.Aunque me perdí en aquellos paisajes, hubo una cosa que me impresionó: la realidad que vivían sus mujeres, a mi entender inadmisible en pleno siglo XXI.

Entre los recuerdos que vienen a mi memoria, hay un sinfín de hechos que demostraban ya una legislación discriminatoria contra la mujer y una situación dehostigamiento constante. Desde que puse un pie en el aeropuerto de Teherán tuve que cumplir con el código indumentario del Estado iraní, tapando mi cabello con el famoso hiyab, situación que se extendió durante toda mi estadía. Y si por algún descuido, este me desplazaba hacia atrás, me lo hacían notar de inmediato.

Recuerdo que la gente se acercaba a conversar, necesitaban saber qué pasaba fuera de su país y cómo era la mirada de occidente sobre ellos. Desde ya se notaba los deseos de mayor libertad en el pueblo. Me conmovieron mucho los jóvenes, en su deseo casi desesperado de marchar. Ni hablar el de las mujeres. Tan hondo era ese deseo de libertad que una madre nos trajo a su hija para que sepa cómo viven las mujeres en otros países.

Cosas tan simples como bailar, cantar, vivir libremente el amor, los amigos de otro sexo, salir solas, desarrollar sus profesiones le están vedados. La tiranía religiosa no es cultura, es tiranía y fanatismo. La libertad es un derecho universal que merecemos todas las mujeres del mundo.

No es posible que haya aún mujeres tan reprimidas, que canalizan o se revelan ante este sistema de sumisión remarcando su maquillaje y sometiéndose a cirugías en la nariz.

La quema de pañuelos, el corte de sus cabellos en público, es la demostración del hartazgo, de lo que ya desde hace años se venía venir. Mi solidaridad total hacia ellas.

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