Entrevista al miembro del Tribunal Penal de Eldorado, Atilio León

El régimen de progresividad antes de alcanzar la libertad

De cara a la anhelada reinserción, quienes purgan condenas deben escalar un proceso de confianza para lograr beneficios como salidas transitorias o la libertad condicional
domingo 09 de octubre de 2022 | 6:05hs.
El régimen de progresividad antes de alcanzar la libertad
El régimen de progresividad antes de alcanzar la libertad

La reinserción de un exconvicto a la sociedad y las posibilidades que tiene esta persona de poder continuar con una vida normal fuera de las paredes de una unidad penal, o el tan llamado por ellos ‘volver a empezar’, no depende solamente de ellos. Las chances de volver a tener un empleo registrado sin el estigma de haber cumplido determinada cantidad de años en prisión por algún delito en particular representa un verdadero escollo para estas personas que, en su mayoría por haber purgado condenas por hechos gravísimos, son vistos con reticencia.

Para intentar revertir esto, una de las herramientas para brindar un acompañamiento de la recuperación de un interno está en manos del Sistema Penitenciario que, bajo el control y seguimiento de los órganos de ejecución de penas que existen en el país, son los responsables de brindarles distintos tipos de aprendizajes en oficios para su posterior salida del presidio.

En Misiones, los jueces que conforman los distintos Tribunales Penales son los responsables de la ejecución de penas de los condenados.

Para entender cómo es el proceso que pasa una persona desde el momento en que recibe la confirmación del acta condenatoria en instancia de debate hasta lograr su salida del penal con la extinción de su condena, este medio entrevistó a Atilio León, miembro del Tribunal Penal Uno de Eldorado.

León explicó que tras la sentencia automáticamente se forma un expediente paralelo de ejecución de las penas que va ser manejado por una secretaría especializada en el tema. Y que se va encargar específicamente del seguimiento continuo y constante del interno.

El primer elemento que se tiene es la sentencia condenatoria, después el cómputo de pena para saber cuándo cumple la totalidad de años y cuándo puede acceder a la libertad condicional o a las salidas transitorias.

Ese expediente es examinado constantemente por los jueces, especialmente del que le toque ser presidente del tribunal en ese momento. No sólo es un control sino un seguimiento de la actividad que desarrolla el servicio penitenciario.

“El Servicio Penitenciario Provincial (SPP) es la mano que hace el acto no solamente de custodia al preso sino también de ir calificándolo, con una junta. Eso constantemente es monitoreado por la secretaría y por el tribunal. Punto por punto, paso por paso. Una actividad muy preponderante también es la del Miniterio Público Fiscal que va realizando un control y análisis ante los pedidos formulados por la defensa”, señaló el juez.

León también comentó que existe la posibilidad de que la defensa del reo solicite desde un traslado de la persona para hacer un trámite bancario hasta un pedido para ser internado en un sanatorio para ser examinado. “Si no se pueden hacer los tratamientos dentro de la unidad los pedidos son decididos por el tribunal, previa vista al fiscal que es quien opina”, agregó.

El tribunal es el encargado de controlar todo el régimen de progresividad y el que deciriá el paso a la siguiente instancia, desde su ingreso a confianza, a todos los escalones que están dentro de ese régimen de progresividad.

“No se hace absolutamente nada desde el Servicio Penitenciario si eso no es revisado o analizado con anterioridad. No hay decisiones importantes que las adopte el SPP, este puede modificar ahí adentro, el sector, cambiarlo de lugar con estricto cuidado pero si por ejemplo manda a una persona a la celda de aislamiento tiene que informar inmediatamente al tribunal. Tienen seis horas para mandar el expediente en donde deberán constar lo que sucedió y la sanción a la que fue combinado el interno para que el tribunal revise si fue correcta o no esa sanción”.

Y añadió que de lo contrario “el tribunal puede revocar o pedir más días o menos días, según el caso.

Visitas a los penales
Otro de los aspectos importantes en lo que respecta a seguimiento de los condenados son las visitas a los unidades penales. En ese sentido, en el año, se realizan al menos dos visitas para ver cómo es la situación de ese interno.

El entrevistado confió que a partir de ese control se puede saber si el detenido está comiendo, su estado de salud, cómo se está comportando más allá de las comunicaciones telefónicas y en un cara cara saber lo que le pasa.

“Muchos tienen algunos planteos que formular y la otra es el traslado del interno cuando éste lo pide al tribunal para que pueda hablar con el juez. Esto es muy importante, nosotros tenemos una comunicación continua y constante con el interno, tanto cuando vamos a las unidades penales que suelen ser muchas veces en el año y tomamos contacto directo con las autoridades, con los profesionales que trabajan como ser médicos, psicólogos y los internos”, comentó León.

Reincidencia
Al ser consultado por cómo son los niveles de reincidencia el entrevistado reconoció que “todo depende de la persona, hay internos que son renuentes a todo. A mantener una línea de conducta, a obedecer las órdenes, las indicaciones o las reglas que impone el sistema de encarcelamiento entonces esos viven con problemas. Hay internos que entran como adictos y cuando salen siguen como adictos. Porque no se puede negar que a las cárceles o unidades penales se ingresa estupefacientes o pastillas y eso lo vemos todas las veces en los controles de visitas”.

Comentó además que existe un índice interesante de reincidentes, que de a poco está bajando. Y si bien reconoció esta problemática, el que sean un peligro latente para la sociedad va depender mucho de la persona y del delito cometido.

“La mayor tasa de reincidencia creo que está en los delitos en contra de la integridad sexual, en los otros casos se corrige un homicida ocasional que quiere volver con su familia e instalarse, ponerse a trabajar y vivir una vida digna. Un tipo que bajo los efectos de las drogas cometió un delito de robo calificado con el uso de arma, lo más probable es que si no es un adicto y si entiende un poco la temática que pone el servicio penitenciario para su recuperación va a salir con intenciones de ser un hombre útil y trabajar”.

Por lo contrario, en su experiencia y en lo que le tocó ver a lo largo de sus años como magistrado, Léon sostuvo que muchos detenidos forman su familia estando dentro, muchos siguen con sus familias y muchos están esperando el momento para llevar adelante un proyecto que iniciaron dentro de la misma unidad.

Aunque reflexionó que esto va depender de las herramientas que el sistema le vaya dando. Comentó que esto cambió muchísimo en el último tiempo ya que el preso no es una persona que va a estar guardada o escondida bajo siete llaves como la vieja idea que se tenía en las unidades penales.

“Los presos ahora están viviendo una recuperación que de mínima es de cambiar su vida, de recuperarse y ser útiles para sí mismos y para la sociedad. ¿Cómo se conjuga esto? Hay un sistema carcelario que todavía es bastante deficiente en la Argentina en general, Misiones no escapa a ello pero aparecen operadores con buenas intenciones, no siempre. Hay viejos pensamientos que dicen que al preso hay que tenerlo atado, encadenado, guardado dentro de una cárcel y que no hable. Y otros que le están dando la posibilidad de ser personas y de tener una recuperación”, dijo el entrevistado.

El magistrado destacó que en muchos casos las personas tuvieron una infancia sin oportunidades, sin la más mínima posibilidad de vivir en una familia estable, de educarse. Y que por ello, es el Estado quien le está dando esa oportunidad de lograrlo dentro de una penitenciaría.

Sobre esto último enumeró muchísimos ejemplos de personas que se han recuperado y que hoy están trabajando, que formaron su familia, que tienen un pequeño comercio o que trabajan de empleados.

Y añadió: “Hay gente tan valorada en el trabajo por ejemplo que el mismo sistema carcelario le autoriza cuando se dan los casos de que puedan tener salidas laborales con horarios y que esas salidas laborales significan ir a un aserradero, ir a un taller y volver a la hora que tengan que volver. Imaginate vos la apertura que se ha conseguido en los últimos tiempos. Ni hablar de los estímulos educativos que se aplican. Significa que de acuerdo a la capacitación que puedan lograr dentro y lo que vayan aprendiendo por cada curso o capacitación van a tener más cerca los beneficios de salidas transitorias y libertad condicional”.

También consideró que la reinserción dependerá que esa persona quiera recuperarse para sí y para la sociedad. “La constitución es clara, las cárceles no son una sanción, son un lugar para que el sujeto pueda entender la problemática en la que está metido y que desde allí pueda surgir un hombre nuevo con posibilidades de reinsertarse a la sociedad”.

Por último puntualizó: “Yo creo que el SPP, dentro de las carencias que por ahí tiene, está haciendo un esfuerzo tremendo por recuperar gente y hay una dosis de cumplimiento de lo que te toca sino también de humanidad. Hay personas que terminan el esquema y terminan siendo personas ejemplares y que por un error del momento o de un instante han tenido que ir a parar a una cárcel. El que es sano, limpio y no ha tenido problemas afuera, o que es un chico que es de familia seguramente no se va a contaminar con lo que está adentro”.

 

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