Juicio por la muerte de Alberto Galeano (32), día 1

En el banquillo por chocar y matar, ebrio y a alta velocidad

Matías Zielinski (23) fue apuntado ayer por varios testigos por un imprudente manejo. El chofer del ómnibus implicado en el hecho y el acompañante del imputado hicieron aportes clave
viernes 07 de octubre de 2022 | 6:08hs.
En el banquillo por chocar y matar, ebrio y a alta velocidad
En el banquillo por chocar y matar, ebrio y a alta velocidad

Por momentos con la mirada perdida, al borde de las lágrimas cada vez que observaba detenidamente a sus allegados que lo acompañaron en el recinto, Matías Luciano Zielinski (23) siguió en silencio y aferrado a un rosario que llevaba entre sus manos gran parte de la audiencia que lo tuvo ayer como principal protagonista en la sala de debates del Juzgado Correccional y de Menores Uno, en el predio del Palacio de Justicia de la capital provincial.

El joven comenzó a ser juzgado por un tribunal unipersonal conformado por la jueza Marcela Leiva como responsable de la muerte de Alberto Rubén Galeano (31) y las graves lesiones a Juan Alejandro Báez (34), durante una colisión frontal ocurrida el 24 de febrero de 2019 entre un Toyota Corolla que conducía el imputado y un colectivo urbano sobre la avenida Quaranta.

Todo esto, según reconstruyó la instrucción del conmocionante caso que quedó registrado por una cámara de seguridad de la mencionada arteria, luego de manejar por varias cuadras a alta velocidad, en zigzag y con 1,06 gramos de alcohol en sangre.  

Luego de la lectura del auto de elevación a juicio del expediente investigado en su momento por el Juzgado de Instrucción Uno, la apertura de la ronda de testimoniales tuvo al licenciado en Criminalística Martín Duarte como primer aporte importante para la reconstrucción del hecho.

El responsable de la pericia accidentológica expuso la conclusión final que remitió al juzgado instructor y aclaró varios detalles clave para el caso. 

Uno de ellos tiene que ver con el sentido de orientación de ambos vehículos implicados y por sobre todo la velocidad que circulaban cada uno.

En este último punto, si bien remarcó que no se calculó la velocidad del impacto final, sí pudo determinar en su escrito que el Toyota Corolla conducido aquella mañana por Zielinski iba a 90 kilómetros por hora y que a partir de las huellas detectadas en el asfalto, el único de los dos conductores que realizó maniobras evasivas para evitar la colisión fue el chofer de la línea 126.

Consideró que,  a su entender, la causa principal del encontronazo se debió a la velocidad y a la falta de dominio que tuvo al volante el conductor del Corolla. 

Ante la pregunta del abogado Vicente Halfonso -quien representa junto a su colega Sebastián González al imputado- sobre las pericias que tuvo en cuenta para llegar a confirmar la responsabilidad de su cliente en el siniestro, Duarte sostuvo que Zielinski no aplicó el freno a la unidad.

“Hay pérdida de control y hubo derrape. Y sobre el impacto, lo que me dice Criminalística es que el impacto en el Corolla es en el lado posterior izquierdo. No hay huellas de frenada y se va al carril del colectivo. El chofer del colectivo hace una maniobra evasiva hacia la derecha. Los arañazos en el asfalto y la posición del colectivo son en línea recta”, detalló el profesional de basta experiencia en este tipo de siniestros. 

Luego, ante la consulta de la jueza Leiva, el perito comentó que el lugar de la colisión es considerado como zona urbana y que el Corolla excedió el límite establecido. 

“Estoy un poco nervioso”

Uno de los aportes más esperados era el de Juan Alejandro Báez (34), quien el día del hecho viajaba como acompañante del imputado dentro del Toyota Corolla y que antes de comenzar a relatar lo que vivió la mañana del 24 de febrero de 2019 sostuvo a la sala que era “muy difícil volver a recordar y por eso estoy un poco nervioso”.

Acto seguido relató que aquella mañana de domingo estaba en su casa cuando decidió llamar a su amigo Galeano, ya que necesitaba pedirle dinero prestado. 

Como su amigo estaba en un ‘after’ en casa de otro conocido en el barrio Terrazas, de Itaembé Miní, y Báez no tenía movilidad propia, Galeano decidió que otros amigos que estaban en auto busquen al testigo por su casa. 

El imputado, de 23 años, llegó al debate oral en libertad. Foto: Victor Hugo Paniagua

Ante el tribunal, el sobreviviente de la colisión comentó que al recibir el dinero de su amigo e intentar irse, Galeano le pidió que se quedara. Y que a los pocos minutos le pidieron ir junto a él y al imputado a buscar bebidas alcohólicas a un negocio de la avenida Chacabuco.

Sobre si Zielinski estaba alcoholizado esa mañana, el testigo dijo: “Yo siempre lo noté normal, fuimos a comprar bebidas. Nos subimos al Toyota y fuimos hasta Chacabuco casi Lavalle y volvimos para la joda y tuvimos el accidente. No perdí la conciencia”. 

Ante la falta de detalles precisos y teniendo en cuenta que en su declaración en etapa de instrucción su reconstrucción del hecho fue muchísimo más descriptiva en cuanto a detalles importantes para el caso, la fiscal María Laura Álvarez pidió que se diera lectura dicho aporte del testigo en instancia previa.

En las fojas del expediente quedó escrito que Báez declaró que esa mañana le recriminó junto a Galeano por qué ir a comprar a un comercio tan lejano del punto de reunión, a lo que el imputado le respondió: “Vos no sabés nada”.

Además, en esa declaración previa sostuvo que el imputado se negaba a soltar el volante y que instantes antes, varios de los presentes en la fiesta se negaron a darle la llave de su coche para ir a buscar las bebidas. 

Preguntado por la defensa si vio a Zielinski consumir alcohol durante la fiesta, dijo que no, aunque luego, por su falta de precisión ante esta cuestión y ante la insistencia de las partes el sobreviviente, terminó por confirmar que quién manejó el Corolla sí evidenciaba estar alcoholizado.

“Alberto quería manejar el auto y yo en un momento también le dije. Traíamos el alcohol en el auto. Todo el tiempo estaba hablando con mi amigo y creo que justo ahí (Alberto) le quiso pasar una bebida a Matías y veo el colectivo”, recordó repentinamente el testigo sobre cuando volvían a la juntada con las compras.

A causa del hecho, permaneció más de dos años sin poder trabajar por la lesión en uno de sus brazos. 

En tanto, al hablar sobre los momentos previos a la colisión revivió: “Desde que nos dio verde zigzagueó y cuando vi la última vez, estaba en 75 la velocidad del tablero. Venía zigzagueando a los autos”. 

Báez, sobreviviente del accidente, contó que el acusado estaba muy violento.

Ante la consulta de la fiscal sobre una situación que pudo haber causado otro siniestro previo, Báez reconoció que minutos antes del encontronazo, Zielinski “casi choca con un árbol. Eso fue en Lavalle y Quaranta y ahí casi chocamos. Derrapó el auto”, y explicó que esto se debió a que “dobló muy de golpe y ahí el auto se fue”. 

Consumo de alcohol previo

Uno de los aspectos que se reconstruyó en la etapa de instrucción del caso apuntó a Zielinski como la persona que el día del hecho hurtó las llaves del Toyota Corolla de otro asistente a la reunión, Rubén Ramírez, con la intención de ir a comprar más bebidas alcohólicas y continuar con el denominado after.

Todo esto, aparentemente, luego de pedir sin éxito a otros conductores poder llevarse sus coches mientras éstos estaban en la pileta y en el quincho donde se llevaba a cabo la reunión aquel domingo 24 de febrero. 

Ante esta cuestión, el dueño del vehículo siniestrado ratificó sus dichos en su anterior declaración y sostuvo que ese domingo se negó a darle las llaves de su coche al imputado porque estaba alcoholizado.

“En un momento vino Matías y me pidió la llave. A otro que tenía auto también le pidió. Pero le dije que no porque estaba alcoholizado. Al rato salgo para hacer una llamada y cuando agarro el celular, veo que no tenía batería y cuando quiero buscar en el auto el cargador, no encuentro la llave. En ese momento viene un amigo y me dice: ‘Edu, sentate ahí que tengo que informarte algo’. Ahí ya había pasado el accidente”, recordó el testigo. 

También aclaró que la madrugada del domingo estuvo en compañía del imputado en un conocido boliche de la avenida Costanera de Posadas.

Confesó que bebió whisky y cervezas y que Zielinski sólo consumió esta última bebida toda la noche. Y que desde el local nocturno, junto a otros amigos y el acusado, en vehículos distintos, decidieron hacer after horas después en casa de otro conocido en barrio Terrazas. 

Por último, contó que antes de que hurtaran su coche, tanto Galeano como Zielinski entraban y salían constantemente de la casa. 

Previo a las testimoniales, el imputado tuvo la oportunidad de hablar ante el tribunal, aunque tras la lectura de los elementos acusatorios en su contra y sin que esto represente indicio de culpabilidad, el joven decidió no hablar.


Más testigos, alegatos y luego sentencia

Luego de escuchar a los nueve testigos, el tribunal pasó a un cuarto intermedio hasta el próximo jueves 13 de octubre, cuando se prevé la declaración de otros tres testigos citados por las partes y que ayer no se presentaron al debate. 

Además, se espera que en la primera parte de la segunda jornada, previamente a los alegatos y posterior sentencia de la magistrada, se proyecte en la sala de debates un video de seguridad que se viralizó días después del hecho y en el que se reconstruyen los segundos previos a la colisión entre el Corolla y el ómnibus Mercedes Benz de la línea 126, interno 60.

En ese material se observa como el vehículo menor, en sentido este-oeste por Quaranta comienza a pasar vehículos que aguardaban la luz verde del semáforo de la avenida San Martín hasta finalmente cruzarse de carril e impactar contra el colectivo. 

Al principio de la jornada de ayer, la fiscal Álvarez solicitó al tribunal que se incorpore el resultado de la prueba de alcoholemia practicada tanto al imputado como al fallecido. 


En cifras

1,06

Según se reconstruyó en la etapa de instrucción del hecho, el test de alcoholemia al imputado arrojó resultado positivo en 1,06 gramos de alcohol en sangre.

 

“En el último zigzag él sale despedido hacía mí”, dijo el chofer

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