Lula y Bolsonaro, los principales candidatos

Brasil vota en una elección histórica que concentra la mirada de toda la región

Tras una de las campañas más violentas de la historia, más de 150 millones de brasileños irán a las urnas hoy para definir quien será el nuevo presidente del vecino país
domingo 02 de octubre de 2022 | 8:05hs.
Brasil vota en una elección histórica que concentra la mirada de toda la región
Brasil vota en una elección histórica que concentra la mirada de toda la región

Unos 156,4 millones de brasileños elegirán hoy presidente, en medio de la campaña más tensa y violenta de la historia, entre el jefe de Estado de ultraderecha Jair Bolsonaro, que busca la reelección y ha puesto en duda la transparencia de los comicios, y el exmandatario de izquierda y favorito en las encuestas Lula da Silva, en una jornada de trascendencia mundial e histórica que definirá el rumbo de la principal economía de América Latina.

Se trata de un inédito duelo entre Bolsonaro, que con su reelección puede convertirse en el principal referente de la extrema derecha mundial -con capacidad de convocatoria en las calles- superando a su aliado y referente, el estadounidense Donald Trump, y el exmetalúrgico Lula, que renació del calvario judicial y el lawfare para intentar ratificarse como el líder de las mayorías.

El Tribunal Superior Electoral pretende informar los resultados de partir de las 17, cuando cierren los centros de votación y comiencen a ser cargados en tiempo real los números de las urnas electrónicas que se usan desde 1996 y distribuidas en los 27 estados.

El presidente del tribunal, Alexandre de Moraes, pidió ir a votar “en paz” y determinó que no se puede entrar a las cabinas de votación con teléfonos celulares ni con armas reglamentarias.

Bolsonaro acusó esta semana a Moraes de “cobarde” por una investigación abierta en su contra en la corte suprema, pero también en el marco de las denuncias de fraude sin pruebas que está realizando y que llevó al jefe de Estado a afirmar que aceptaría el resultado “sólo si hay elecciones limpias”.

Y es por eso que está en duda el reconocimiento de los resultados, poniendo al gigante sudamericano en una inédita tensión impulsada por la extrema derecha tras haber flexibilizado las normas para adquirir armamento de la población.

Voto silencioso
Tres bolsonaristas mataron desde julio pasado a electores del Partido de los Trabajadores (PT) por cuestiones políticas, lo que provocó un fenómeno inédito de cara a esta elección: se trata del voto silencioso o temeroso de los brasileños para no pelearse en sus trabajos, familia y círculos de amigos.

Según la encuestadora Datafolha, el 35% de los electores dijeron sentirse incómodos para declarar su voto a otras personas por temor a violencia o conflictos entre sus seres queridos.

“Existe una necesidad de que la comunidad internacional reconozca los resultados electorales rápidamente”, dijo a Télam la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann.

El Partido Liberal de Bolsonaro divulgó el jueves pasado un supuesto informe técnico en el que recomienda sugerencias para evitar fraude en las urnas electrónicas, algo que fue rechazado como “mentiroso y provocador” por la Justicia electoral.

El PT, por su parte, prepara festejos para hoy a la noche porque existe la posibilidad, según las encuestas, de que Lula, a los 76 años, pueda convertirse en presidente si cosecha más del 50% de los votos.

“Si no gano con el 60% es porque hubo algo raro”, disparó Bolsonaro hace dos semanas y no se rectificó,

Será la novena elección presidencial de la historia moderna desde el fin de la dictadura militar (1964-1985) y la sexta en la que participará Lula (1989, 1994, 1998, 2002, 2006 y 2022) teniendo en cuenta que en 2018 estuvo registrado, pero luego fue proscripto por tener una condena.

El exmandatario estuvo en prisión 580 días por la Operación Lava Jato, escándalo que permitió el ascenso a gran velocidad de Bolsonaro hace cuatro años como estandarte de la antipolítica y de un discurso contra la izquierda, e inclusive a favor de la dictadura militar y la tortura ejercida a presos políticos.

 

Más del 50 por ciento de los votos para ganar en la primera vuelta

Lula, de 76 años y favorito en los sondeos, cerró la campaña ayer en San Pablo. Foto: AP

Están habilitados para votar 156,4 millones de personas y el voto es obligatorio para los ciudadanos de entre 18 y 69 años y opcional para los que tienen 16 y 17 y los mayores de 70.

En Brasil, un candidato necesita más del 50 por cientos de los votos para ganar la presidencia en primera vuelta y esto vale también para los 27 gobernadores que deberán ser elegidos en estas elecciones.

Los comicios serán clave porque también se deciden a los 513 diputados de la Cámara baja y a 27 de los 81 senadores nacionales.

En los principales estados la disputa está en altísima temperatura como en los comicios nacionales: en San Pablo, el más populoso del país con 46 millones de habitantes, el líder en las encuestas es el exministro de Educación y exintendente de San Pablo, Fernando Haddad, del PT.

Lo siguen el exministro bolsonarista Tarcísio de Freitas y el gobernador Rodrigo García, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) del expresidente Fernando Henrique Cardoso (1994-2002).

Otras elecciones para gobernador que están disputadas entre el bolsonarismo y la alianza del lulismo son los otros dos mayores distritos detrás de San Pablo: Minas Gerais y Río de Janeiro.

En toda la historia brasileña, los presidentes electos también salieron primeros en Minas Gerais.

 

Campaña violenta y ventaja para Lula en las encuestas

Unos 500.000 agentes de seguridad recorrerán las calles del país. Foto: AP

La campaña, además de haber sido la más violenta, se produce luego de que Bolsonaro apelara al voto cristiano evangelista con una serie de alianzas que consolidó con los principales referentes neopentecostales como la Iglesia Universal, a Asamblea de Dios y el pastor electrónico Silas Malafia, un fanático anticomunista que es su principal asesor espiritual.

Es por eso que Bolsonaro calificó esta elección como “el bien contra el mal” y repitió las consignas de los movimientos integralistas de extrema derecha de los años 30 en Brasil (“Dios, patria, familia y libertad”) que le permitió convertirse en un fenómeno de masas de un sector que nunca había ganado la calle y que ahora puede gritar incluso a favor de un golpe de Estado sin ruborizarse.

Lula avisó que si es elegido para asumir el 1 de enero por cuatro años gobernará por ese período sin buscar la reelección.

El gran golpe de efecto de su campaña fue haber llevado como vice al conservador Geraldo Alckmin, exgobernador de San Pablo por cuatro mandatos y antiguo rival en los comicios de 2006, en el marco de un discurso para “reconstruir a Brasil” de la crisis económica generada por el modelo de apertura económica del bolsonarismo.

Cierres de campaña en San Pablo
El actual mandatario encabezó ayer una caravana en moto en la zona norte de San Pablo junto a los candidatos locales a diputados y al empresario Luciano Hang, el magnate dueño de las tiendas de productos importados Havan, investigado por el Supremo Tribunal Federal por participar de una conspiración para no reconocer los resultados de las elecciones en un chat con otros empresarios.

Lula, en cambio, prefirió participar de una caminata con la militancia en la Avenida Paulista, principal arteria de San Pablo, en la que saludó a la multitud desde arriba de una camioneta.

“Primera vuelta, primera vuelta”, cantaban los militantes del frente opositor, que aspiran a evitar un balotaje en las elecciones de mañana.

Ninguno de los candidatos pronunció discursos. La ley electoral de Brasil no permite que los candidatos pidan votos un día antes de las elecciones. Los anuncios en radio y televisión estaban prohibidos desde el jueves, pero los eventos en persona y la distribución de material electoral estaban permitidos hasta la noche del sábado.

El expresidente y líder de la oposición Luiz Inácio Lula da Silva continúa con chances para vencer en primera vuelta las elecciones de hoy en Brasil, sin necesidad de un balotaje, de acuerdo con dos encuestas divulgadas ayer, que le dan entre el 50 y 51% de intención de voto.

Según Datafolha, Lula recibe una intención de voto del 50%, mientras que Bolsonaro el 36%, Simone Tebet el 6% y Ciro Gomes 5%.

En tanto, la encuesta Ipec para la TV Globo proyectó a Lula con 51% contra 37% de Bolsonaro y 5% para Gomes y Simone Tebet.

En Brasil, para evitar el balotaje del 30 de octubre es necesario tener el 50% más uno de los votos. Las encuestas tienen dos puntos de margen de error para más o para menos.

Estos números son contando los llamados votos válidos, sin tener en cuenta los votos en blanco o anulados.

Según los sondeos, hay entre el 2% o 3% de personas indecisas.

La encuesta de Datafolha divulgada en la tarde de ayer indica que el 52% no votaría nunca al mandatario de ultraderecha de Brasil, mientras que ese número baja a 40% cuando se trata de Lula.

En el caso de una segunda vuelta, Datafolha apunta un 54% contra 38% de Bolsonaro.

A la vez, el 28% consideró que Lula fue el mejor en el debate del canal Globo el jueves por la noche, contra el 20% que opinó que Bolsonaro, del Partido Liberal, tuvo el mejor desempeño.

 

500.000 agentes de seguridad

El ministro de Justicia de Brasil, Anderson Torres, afirmó ayer que las elecciones “no serán una guerra” y garantizó la seguridad durante la jornada, tras algunos episodios de violencia ocurridos durante la campaña de los comicios polarizados entre el presidente Jair Bolsonaro y el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva. “Garantizaremos la seguridad para que el pueblo brasileño pueda ejercer su derecho a votar de forma libre y transitar con tranquilidad por las calles”, afirmó el funcionario en una conferencia de prensa en la que precisó que habrá 500.000 agentes de seguridad en las calles. ”No estamos dirigiéndonos hacia una guerra. Estamos rumbo a unas elecciones”, agregó Torres, citado por medios locales. Tres bolsonaristas mataron desde julio pasado a electores del Partido de los Trabajadores (PT) por cuestiones políticas.

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