Nueva identidad, clave para volver a empezar

El tiempo de espera para la elevación a juicio y el hecho de que el padre de su hijo estaba con prisión domiciliaria obligó a K.S. a mudarse  de Puerto Iguazú. Es así que hace más de un año y medio ambos viven en Ushuaia a la espera de que el hombre sea juzgado. 

Según indicó la denunciante a El Territorio,  tenía miedo a que el acusado se acercara a la casa donde residían, aunque en varias ocasiones creyó verlo merodeando por la zona,  pese a que tenía la tobillera. Entre tantas situaciones que debió soportar en todo el proceso para que su hijo logre tener justicia, inició los trámites para cambiar el apellido del menor, trámite que demoró varios meses e incluso debió insistir en varios Juzgados.

La lucha valió la pena y hace poco más de dos semanas el niño tiene una nueva identidad, requisito que según él era necesario para volver a empezar.

“La justicia no es justa, hacen pasar a los niños por varios análisis para que avancen los trámites judiciales. Hace más de dos años el expediente estaba trabado en la Cámara de Apelaciones, moví cielo y tierra y por fin está más cerca de que se eleve a juicio. Quiero justicia para mí hijo”, manifestó la progenitora, quien se constituyó como querellante.

“Son muchos los trámites que hacemos, también debo resolver el problema de la casa con el Iprodha, yo quiero cancelar porque yo la pague pero quieren ponerla a nombre de él -por el acusado -. Es increíble como no existe perspectiva de género en las instituciones”, se quejó.

Respecto a la novedades del proceso, expresó que “no puedo decir que estoy conforme porque demoraron una eternidad, pero espero que después de esto mí hijo alcance justicia”. 

Acusado de abusar a su hijo en Iguazú quedó más cerca del juicio