Habanos y demás, un ícono del microcentro

domingo 18 de septiembre de 2022 | 6:00hs.
Habanos y demás, un ícono del microcentro
Habanos y demás, un ícono del microcentro

El local se llamaba Tabaquería Alabarda, la dueña era Lilia González, casada con Beto Acasuso; juntos pusieron este negocio a fines de la década del 70 y a principios de los 80. En sus comienzos, la tabaquería tenía un cartel de madera con el nombre tallado. Era  muy concurrido sobre todo a la noche, ya que era atendido las 24 horas.

La esquina pertenece a la familia González. Los herederos, Omar Secundino y Eduardo González (bioquímico, quien tenía un laboratorio en la planta baja).

Entre las cosas que vendían estaba el tabaco, todas  las marcas de cigarrillos, habanos, tabaco suelto, pipas, accesorios para fumadores y además se arreglaban los zippos (un tipo de encendedor con una pequeña piedra). Con el tiempo el negocio fue creciendo y sumaron a la venta chocolates y galletitas, y así, dado su lugar estratégico de estar frente al Savoy, se transformó en uno de los lugares nocturnos donde recurrir para la compra de madrugada.

Cuenta el hijo de un asiduo, que cuando era chico, su padre compraba unos habanitos marrones con boquilla plástica beige muy aromáticos que sólo se conseguían ahí, mientras él se maravillaba con las pipas que estaban a la venta.

Los tabacos para disfrute personal, cata o regalo se consiguen por intercambio con los amigos en reuniones placenteras, en el extranjero o en tiendas especializadas, como lo era Alabarda.

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