Los “Evita”

En 1948, a través de la Fundación María Eva Duarte de Perón, se organizó un Campeonato de Fútbol Infantil -popularmente conocido como Juegos Nacionales Evita -; fue la primera intervención estatal concreta en materia deportiva para incentivar la inclusión social de niños de escasos recursos y, mediante el esparcimiento, realizar un control sanitario de los participantes, dado que hasta ese momento no se contaba con datos estadísticos fehacientes.

Al parecer, la iniciativa fue del doctor Ramón Carrillo, un santiagueño egresado de la UBA, especializado en neurocirugía y neurología, perfeccionado en Europa, desde 1939 a cargo del Servicio del Hospital Militar. Allí conoció la realidad sanitaria nacional a través de los conscriptos y comprobó la existencia -en un alto porcentaje- de enfermedades vinculadas a la pobreza, estadística que se disparaba en los chicos del norte del país; a través de sus investigaciones pudo establecer que, a nivel nacional, solo se cubría el 45% de la demanda de camas para internación con una distribución malísima; en ese nosocomio conoció a Perón, compartieron numerosas charlas y lo convenció para colaborar en el área sanitaria, se creó el Ministerio de Salud Pública y fue el primero en ocupar el cargo en 1949.

Aquella primera edición convocó a clubes de barrio y divisiones inferiores de los equipos del fútbol profesional, estuvo bajo el control de la Secretaría de Salud Pública a cargo del doctor Carrillo, quien puntualizó: “(…) Nuestro objetivo principal está orientado hacia un perfeccionamiento físico y espiritual del niño y del joven por los deportes y la gimnasia científicamente controlada (…)”. Por primera vez se vinculó niñez, deporte, salud y vulnerabilidad social; los requisitos fueron mínimos con límite de edad en 14 años y el control médico obligatorio predeportivo, establecido por Decreto 32.912/48 bajo la premisa de Carrillo que el objeto del deporte era perfeccionar la salud y no formar campeones.

La Fundación Evita y la Secretaría de Salud pusieron en marcha el proyecto. En febrero del año 1949 finalizó el primer torneo con participación de 15.205 niños y adolescentes bonaerenses y porteños, de allí surgió una canción coreada hasta la afonía; en uno de sus versos decía: “(…) Si ganamos o perdemos no ofendemos al rival, si ganamos o perdemos mantenemos la moral (…)” y también se generó un concepto de solidaridad y grupo por encima de cualquier tipo de diferencias; cada año se sumaron deportes, recursos y a todas las provincias y Territorios Nacionales.

Hoy puede resultar poco innovador, pero por entonces muy pocas escuelas tenían educación física bajo el mote de “clases de gimnasia”, con este gran proyecto inclusivo - aunque el término no se usaba en esos años- se rescató a niños en situación de calle, se los reinsertó en el sistema educativo con un objetivo superior; sus resultados fueron tan contundentes que superaron por sí mismos la muerte de la esposa del presidente y la renuncia forzada de Carrillo por diferencias con el vicepresidente Alberto Teisaire. Tanto se arraigaron en la población que la Revolución Libertadora de 1955 los prohibió sin más… ¡por subversivos!.

En 1973 volvieron a disputarse, esta etapa está más difundida por la participación de Los Cebollitas de Argentino Juniors con un Diego Maradona niño en la final disputada en Córdoba.

No se llevaba un registro oficial de los Campeonatos, tal vez por anteponer la inclusión social sobre el deporte, acceder a la información es bastante difícil; el premio consistía en un viaje a Chapadmalal, al complejo turístico que funcionaba allí, cuando se produjo el Golpe de Estado de 1976 fueron prohibidos nuevamente.

Misiones participó con delegaciones en casi todas las ediciones. Gracias al Archivo General de la Provincia se pudo rescatar el Decreto 2015/75, en el cual se comisionó a personal de la Dirección de Deportes para acompañar a las Delegaciones en la final de los Juegos Evita, a disputarse en Embalse de Río Tercero: Ricardo Tuzinkievicz, Ausberto González, Jorge Escalante, Miguel Nava, Rodio Olmedo, Adolfo Salvatierra, Miguel Hanania, Julio López, Ramón Negrete, Rufino Romero, Julio C. Foley, Daniel Cardozo, Víctor Broemser y Dante Pierotti fueron de la partida.

En 2003 volvieron al ruedo los Juegos Deportivos Evita, decreto mediante, la instancia nacional de desarrolló en Jujuy, la provincia participó con una nutrida delegación, de la que se destacó la participación de Vanesa Rubirarte y Damián Ferreira acompañados por el profe Hugo Ebenau; al año siguiente se realizó la instancia nacional en nuestra provincia, en 2005 en Catamarca, San Juan y La Rioja, Córdoba en 2006 y por primera se disputaron los Juegos Culturales, Buenos Aires y Córdoba en 2007, en 2008 se incorporaron los Adultos Mayores y se convirtieron en un derecho mediante la Ley N° 26.462 la sede fue Mar del Plata hasta 2013, la edición del año 2010 contó con la participación de un millón de niños, adolescentes y personas mayores. en 2014 compartieron sede con Buenos Aires, entre 2015 y 2018 se realizaron en Mar del Plata y el Adaptado en Chaco, en 2018 Misiones cosechó 57 medallas y quedó octavo en la general, en 2019 participaron 815 misioneros en la Final, consiguieron 73 medallas y se consagraron como delegación campeona, luego los dos años de pandemia con la participación virtual.

A este contundente crecimiento deportivo del semillero provincial, con una política de apoyo oficial clara y en crecimiento constante, se contrapone la realidad de los Juegos Culturales Evita desde la primera edición en 2006, en la instancia departamental Eugenia Fank se cargó la competencia al hombro como coordinadora, con escaso apoyo institucional, exigua difusión y mínima participación; lentamente cada año se fueron instalando y generando expectativas pero hasta la última vez no tuvieron ni tienen el apoyo de los Deportivos.

Recuerdo a Abel Costa de Arguibel, en muchas ocasiones, solicitar los requisitos para participar como bailarín y madres y maestras haciendo lo mismo para otras categorías; el pasado lunes 12 del corriente se concretó la instancia local de los Culturales Evita, 78 participantes dejaron alma y corazón en sus obras, la pasión e interés se renueva y fortalece, la responsabilidad y compromiso de la segunda línea de funcionarios está a la altura - como la primera vez -, como política cultural…seguimos participando.

Y aunque usted no lo crea, todavía hay gente que discute el nombre… lopaitema.

¡Hasta el próximo viernes!