Una emprendedora a la que la invitación de un profesor le dio el empujón que faltaba

Paola comenzó su emprendimeinto pintando remeras a mano, con pincel y pintura de tela. En ese entonces ella estaba lejos de poder encarar el proceso completo de producción, por lo que el interesado en sus diseños debía acercar la prenda a pintar, para que ella le estampe su arte a la tela. Mientras hacia esto, se formaba. Paola estaba en ese momento estudiando diseño Gráfico. Fue allí donde, de la mano de uno de sus profesores de tipografía, Leonardo Raftopolo, llegó el incentivó para incursionar en la serigrafía. Él la invitó a su taller y le enseñó todo lo que él y su equipo de trabajo sabían sobre este sistema de impresión.

Ella tomó nota de todo y con $7.000 pesos que tenía ahorrado compró todo lo básico y comenzó. Paola cuenta que al principio llegó a llorar de bronca cuando no le salían los diseños y le costaba mucho terminar los trabajos. Pero sin bajar los brazos, resaltó que los muchos errores cometidos fueron enseñanzas. Así, con el paso del tiempo fue perfeccionando cada vez más sus trabajos.

Luego fue comprándose las máquinas que necesitaba como El Pulpo o Calesita de serigrafía y las termoestampadoras para sublimación. De a poco, fue avanzando y aprendiendo, Paola hoy está feliz de poder personalizar momentos importantes para los demás en regalos de todo tipo.

“Doy gracias a Dios por todas las puertas que me abrió hasta ahora y por las personas que fueron confiando en mi a lo largo de estos años, Emunah en hebreo significa Confianza y Fe, que es lo que tengo yo en Dios y también lo que quiero generar en mis clientes a la hora de cerrar un pedido” afirmó. Agrego además que ama lo que hace y quiere seguir creciendo para que la gente elija sus trabajos.