La educación, herramienta para cambiar las vidas

Walter Sánchez es profesor de Ciencias Jurídicas y rector del BOP 121, que funciona en la Unidad Penal de Menores Varones en Posadas y en el Correccional de Mujeres de la capital misionera.Desde hace 24 años este docente se desempeña en cárceles de la provincia y es un convencido de que la educación cambia vidas y salva personas.

“Los chicos cuando van a la escuela se sienten verdaderamente allí, no en la cárcel. Les sacamos del mundo del encierro y se ponen a estudiar y el trabajo continuo que hacemos, por medio de la educación, produce un cambio muy evidente en estos chicos que fueron acusados de cometer un delito”, explicó el trabajador de la educación sobre cómo las clases impactan positivamente en los detenidos.

Walter y sus colegas trabajan con menores de edad en este BOP 121 y además del dictado de contenidos contó que lo emocional ocupa un grado muy importante en el día a día.

“El docente en contexto de encierro es como cualquier otro de afuera, con un padrón y valoración, pero hacemos hincapié en tener un perfil de educador con carácter y que dé contención afectiva y emocional”, dijo

Y siguió: “Nosotros siempre tuvimos mucha disciplina y nunca tuvimos conflictos, pero detrás de eso hay mucha charla. Los docentes saben qué pueden ingresar y qué no. Tienen que entrar a dar clases y de lo único que se tienen que preocupar es de que su clase sea productiva y que salgan los mejores alumnos”.

Luego contó sobre el perfil del estudiante, que generalmente pertenece a familias de alta vulnerabilidad y con carencias de todo tipo.

“En la mayoría de los casos vienen de familias numerosas, madres solteras, que no tuvieron la oportunidad darles continuidad en las escuelas a sus hijos. Lo que cambió para bien es que antes nosotros recibíamos chicos analfabetos con terminalidad primaria incompleta y ahora el mayor porcentaje tiene la secundaria incompleta, son chicos desde los 16 a los 20 años”, señaló Sánchez.

Por ello acuden a todo tipo de recursos pedagógicos que puedan impactar favorablemente en la trayectoria del alumnado.

“Festejamos los cumpleaños de los chicos, hacemos actividades deportivas, culturales, recreativas, proyección de películas. Todo eso influye y repercute después en el trabajo aúlico. Las ganas que le ponen los chicos es tremenda y más de un docente queda sorprendido a diferencia de lo que pasa afuera”, dijo en Radioactiva 100.7

En esa línea, comentó que en las últimas semanas se dio una situación inédita para ellos, con un estudiante de 16 años que recuperó la libertad, pero pidió seguir estudiando en el penal, con sus compañeros y profesores.

“Le pidió a la mamá si podía volver a estudiar a la cárcel y eso me pareció sorprendente. Y el juzgado que entiende en la causa se comunicó conmigo y le dijimos que como escuela tenemos las puertas abiertas, pero es algo que nunca se dio. Aunque si es para darle continuidad a sus estudios, bienvenido sea, y esta semana empezó otra vez las clases acá”, detalló.

“Para nosotros es algo nuevo y también sorprendió a los que están privados de la libertad que uno que haya salido quiera volver. Le dimos la oportunidad porque a esta altura del año es muy difícil que una escuela lo quiera recibir, más aún que esta no es una situación regular. Es raro, pero el resultado fue espectacular”, cerró. 

La mayoría de presos escolarizados recién está haciendo la primaria