Pequeños encantos poco conocidos de París

La capital francesa tiene destinos muy populares pero esos no son sus únicos atractivos. Para quienes escapan del turismo masivo, adentrarse en sus calles puede traerles sorpresas
domingo 11 de septiembre de 2022 | 0:00hs.
Pequeños encantos poco conocidos de París
Pequeños encantos poco conocidos de París

Cuando ya se ha viajado a París, siempre se desea volver. El encanto y la magia de sus calles propone un paisaje atractivo para recorrer y perderse mucho más de una vez. El encanto de la capital de Francia resulta infinito y mucho más luego del primer contacto, se sueña con volver, hacer lo que quedó pendiente y descubrir un costado menos concurrido y remanido de la ciudad de la luz y del amor.

El reloj más antiguo de la ciudad.

Lo cierto es que entre pasajes y paisajes, París parece infinita y además de la ciudad de las luces y del amor, por su característica iluminación nocturna, parece eterna, pues nunca se la termina de recorrer.

Capilla Expiatoria

Esta capilla neoclásica se encuentra en el square Louis-XVI. Construida en el siglo XIX, es un monumento cargado de historia, ya que se encuentra sobre el lugar donde estaban originalmente los restos de Luis XVI y María Antonieta previo a que los trasladaran a la Basílica de Saint-Denis. En ella se pueden observar dos estructuras de mármol en recuerdo a los monarcas, así como bóvedas y la cripta, además del testamento del rey previo a su ejecución.

Mansión de las muertes extrañas

Las calles del quartier Pigalle, en París, tienen algo de sórdido después del anochecer. Fue durante mucho tiempo un barrio de mala reputación. Una casa localizada en la avenida privada Frochot, seductora y tranquila, alguna vez albergó, por ejemplo, al pintor Henri de Toulouse-Lautrec. Allí, en el número 1, se localiza una mansión neogótica construida en 1823.

En algún momento a principios del siglo XX, alguien mató brutalmente a un sirviente en la casa, golpeándolo con un atizador. El asesinato nunca se resolvió, y cuentan las leyendas que el espíritu del sirviente continúa vagando por la casa. Los vecinos durante décadas informaron ruidos fuertes provenientes de la casa cuando estaba desocupada.

La desgracia, según cuenta la historia popular, persiguió a los sucesivos dueños. A fines del siglo XIX, el compositor francés Victor Massé murió allí de esclerosis múltiple. El crítico de teatro Matthieu Galey falleció en la misma habitación de la casa y de la misma enfermedad. Cuando la actriz Sylvie Vartan la compró (antes de que Massé la poseyera) se sintió incómoda, se negó a quedarse en ella y terminó vendiéndola.

Café “Des 2 Moulins”

Cafe des 2 moulines es un espacio muy acogedor e imperdible.

 

Aunque se encuentra en uno de los barrios más prestigiosos de París mucha gente ignora la existencia de este café. No obstante, en cuanto se lo encuentra se quiere quedarse a vivir en él. Su encanto y su ambiente permitirán disfrutar de una París que enamora. Lo encontrarás en el número 15 de Rue Lepic, en Montmartre. Como curiosidad : allí trabajaba Audrey Tautou, la protagonista de Amelie.

Pasajes escondidos

Existen dos pasajes tan encantadores como inesperados en las proximidades del canal Saint-Martin. Enseguida conectan al turista con la calma y frescura de la campiña y regalan un espacio natural en medio de la gran ciudad. Los pasajes se llaman Passage L’homme y Cité du Figuier.

El primero data de 1852 y conecta la rue de Charonne con la avenida Ledru-Rollin. Presenta un grupo de casitas bajas repletas de glicinas en sus techos y entradas, tan hermosas como únicas para el ojo del turista. Hileras de bicicletas, librerías escondidas y pequeñas edificaciones son algunos de los elementos que componen también el peculiar paisaje.

En cuanto a Cité du Figuier es un espacio escondido dentro de un portón azul.

La larguísima calle interna tiene acceso gratuito a través del pórtico y parece un umbral mágico a través del cual los adoquines dan paso a pequeños edificios de pocos pisos con casas cubiertas de pérgolas y enredaderas. Un paseo imperdible.

Edificio Lavirotte

Ubicado en el distrito 7 de París, el imponente edificio tiene como origen el año 1900 y es una obra del arquitecto Jules Lavirotte. Fue en 1901 que la pieza maestra que responde al estilo del art nouveau ganó el concurso de la fachada más linda de París. Además, su techo, el hall y la escalera, son considerados como monumentos históricos.

Rue du Chat-Qui-Pêche

La Rue du Chat-Qui-Pêche, algo así como ‘la calle del gato que pesca’. Es la más estrecha calle de la ciudad, con apenas 26 metros de largo y 1,80 metros de ancho. Originalmente llamada rue des Renards, luego rue des Étuves, rue des Bouticles y finalmente rue Neuves des Lavandières, el nombre actual lo toma de un letrero del mismo nombre.

Cuenta la leyenda que un alquimista llamado Dom Perlet (algunos dicen que, además, se trataba de un canónigo) iba siempre acompañado por un hábil gato negro, acostumbrado a pescar con agilidad los peces del Sena, situado a pocos metros de la callejuela. El felino se acercaba al muelle y los peces, atraídos por las vibraciones de sus patas, caían en la trampa. La fábula cuenta que unos estudiantes supusieron que hombre y animal eran un solo ser maléfico y decidieron arrojar al gato al agua, considerando que sus habilidades de pescador eran producto de una brujería. Dom Perlet y su gato desaparecieron del lugar por un tiempo. Sin embargo, el alquimista regresó un año más tarde, ya que se había ido de viaje y, de un modo inexplicable, pronto también el gato reapareció y siguió pescando en el río como si nada hubiera pasado.

El edificio Lavirotte ganó un concurso a la fachada más linda de París.

Los bosques de Vincennes

Hay una que no goza de gran popularidad pero que consideramos bellísima. Se trata del Bosque de Vincennes, en él aparte de poder disfrutar de preciosas caminatas a través de senderos naturales descubrirás un precioso lago en el que puedes dar un paseo en barca.

Arènes de Lutèce

Las Arenas de Lutecia es un anfiteatro galo-romano del siglo I en el que se celebraba espectáculos de estilo combates. Están situadas, o más bien “escondidas”, en pleno centro de París. Creo que es algo que muy poco gente se imagina encontrar en la ciudad, al menos a mí me sorprendió. Sin duda Las Arenas de Lutecia es un sitio curioso para ver en París.

No están muy bien conservadas pues solamente se conserva lo que sería el área del recinto y algunas gradas. Hoy es un parque en el que la gente del barrio va a desconectar y a jugar. Pero es un plan muy chulo para salirse de la ruta.

Para pasar se hace a través de un portal, como si entraras a un patio interior de edificios, la dirección es Rue Monge 49, y si quieres ver algo diferente en París te lo recomiendo, sobre todo si estás paseando por el Distrito V de París, cerca del Panteón.

El reloj público más antiguo

Encargado por el rey Charles V en el siglo XIV, el reloj del Palais de la Cité, ricamente adornado en oro, ha estado dando la hora a los parisinos desde 1371. Con el tiempo, la esfera ha sufrido algunas modificaciones y arreglos, de acuerdo con los estados de ánimo de los diferentes soberanos franceses. Así, entre las dos figuras alegóricas de la Ley y la Justicia, podrá ver las iniciales de Henri II y Catherine de Médicis, inscripciones en latín, así como las fechas de su restauración.

Réplica de la llama de Libertad.

Iglesia Saint Serge de Radonége

La pintoresca iglesia se ubica en el barrio de Buttes-Chaumont. Escondida tras un pequeño jardín, posee una fachada que la caracteriza por tener un estilo barroco, combinación de maderas con colores verdes rojos y azules. En su interior posee una biblioteca con más de 35000 libros en distintos idiomas como francés, griego, serbio, alemán, latín, inglés, entre otros. Y sirve actualmente como un Instituto de Teología Ortodoxa.

La rue Des Halles 8

¿Quién no recuerda a Remy, el encantador protagonista de Ratatouille, chef y ratón, frente al negocio de trampas para ratas? Ese negocio existe desde 1872 y en la calle de Halles 8 en el distrito 1 de París. Es aquí donde se inventó la tradicional trampa para roedores. Fue una idea que surgió porque en aquella época no existían productos químicos.

En el film de animación, el padre le muestra a Remy la vitrina de la tienda como advertencia de que debe mantenerse alejado de los humanos, sino también podría convertirse en parte de su aterradora vidriera decorada con ratas disecadas colgando de trampas. Ese local es actualmente el más curioso sitios especializado en el combate de plagas y cuenta con los más estrafalarios artilugios para ese fin.

El Punto Cero

También París tiene su punto cero, pero en este caso en lugar de situarse de un lado y otro de una línea paralela respecto del suelo, este vértice se halla en sentido vertical. Podrás encontrarlo justo enfrente de la Catedral de Notre Dame, donde se puede apreciar una estrella de bronce incrustada en el suelo.

Llama de la Libertad

Desde luego es otra cosa curiosa para ver mientras das un paseo cerca de la Torre Eiffel.

Se supone que es un monumento en memoria a la muerte de Lady Di, aunque en realidad es una réplica a tamaño real de la llama que lleva en la mano la Estatua de la Libertad en Nueva York.

Para llegar sería el metro de la línea 9 en Alma-Marceau o con el RER C en la parada Pont de l’Alma.

En 1630 se creó la fuente de Medicis.

La fuente Médicis

Situada al este de los jardines de Luxemburgo, esta fuente, que lleva el nombre de su ilustre mecenas, Marie de Médicis, fue creada en 1630 en el parque del Palais de la Reine.

Inicialmente simple pórtico, fue remodelado a lo largo del tiempo, hasta quedar equipado con un estanque de 50 metros. Su versión actual, que muestra a Polifemo sorprendiendo a Galatea en los brazos de Acis, es obra de Auguste Ottin. Con su estanque y exuberante vegetación, esta fuente es una de las más románticas de París.

Rue Crémieux

Esta pequeña calle peatonal se distingue por tener casas con sus fachadas de distintos colores como celeste, amarillo, lila, anaranjado, entre otros. Su atracción fotográfica se debe a la alineación de la calle adoquinada y las plantas que decoran la propiedad que terminan de dar el toque perfecto para la postal. Víctima de su éxito, los vecinos realizaron una petición para cerrar la entrada a los turistas y poder recuperar la calma.

Hay 135 medallones de bronce.

Los medallones de Arago

François Arago era un astrónomo que trabajó en una línea meridiana global que atravesaba París. En la Conferencia Internacional de Meridianos de 1884 se eligió el meridiano de Greenwich como único y aceptable y el de París quedó en el olvido.

El artista Jan Dibbets creó 135 medallones de bronce que se colocaron en las calles de París simulando el meridiano de Arago, para que pueda ser recordado.

La casa más antigua de París

En el barrio del Marais se encuentra la casa más antigua de París: la casa de Nicolas Flamel. Construida en 1407, este albergue fue durante mucho tiempo utilizado como refugio para los pobres y desfavorecidos, que el famoso alquimista (se dice que descubrió el secreto para convertir el plomo en oro) acogió a cambio de unas pocas oraciones. Hoy en día es un tradicional bistrot, su frontón es testigo de la rica historia de esta casa. Durante mucho tiempo, la casa del número 3 rue Volta fue considerada como la más antigua de París, hasta que ésta se robó el espectáculo.

La casa más antigua de París es la de Nicolás Flamel.


Para agendar

$ 8.305

Alojamiento a 2  kilómetros del centro en el  Hôtel des Andelys por una noche para dos adultos. (www.booking.com)

U$S 1097

Precio de un vuelo desde Foz de Iguazú hasta París con escala (www.latamairlines.com)

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