Ayer declararon cuatro amigos del detenido y hoy lo haría la novia

Atentado contra CFK: encontraron el ADN de Sabag Montiel en el arma

Aunque no habían sido halladas las huellas del atacante, sí pudieron detectar su perfil genético en la pistola Bersa calibre .32 que utilizó para atacar a la vicepresidenta
martes 06 de septiembre de 2022 | 6:05hs.
Atentado contra CFK: encontraron el ADN de Sabag Montiel en el arma
Atentado contra CFK: encontraron el ADN de Sabag Montiel en el arma

Cuatro amigos de Fernando Sabag Montiel, el detenido por intentar matar a la vicepresidenta de la Nación, Cristina Kirchner, declararon ayer como testigos en la causa judicial y la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo le secuestraron sus teléfonos celulares para ser peritados.

Mientras tanto, las pruebas que llegan al juzgado siguen comprometiendo a Sabag Montiel, más allá de que esté claro que fue detenido in fraganti.

Un pericia de ADN confirmó que tuvo contacto con la Bersa .32 que le apuntó en la cara a la vicepresidenta. Sus rastros aparecen en el cargador, la empuñadura y el gatillo, confirmaron las fuentes consultadas.

Por su parte, Brenda Uliarte, la novia de Sabag Montiel, será indagada hoy luego de su detención el domingo a la noche cuando se comprobó que el jueves pasado a la noche estuvo con Sabag en la esquina de Juncal y Uruguay, donde vive la ex presidenta.

Los cuatro amigos se presentaron ayer en una dependencia policial y de allí fueron llevados a Comodoro Py. Los investigadores decidieron que declaren como testigos. Lo hicieron, pero no trascendieron sus dichos por el secreto de sumario del expediente. Sí que les secuestraron los teléfonos celulares para ser analizados.

Los cuatro y Brenda dieron el viernes un reportaje al canal Telefe. “Estamos con mucho miedo porque nos quitan la posibilidad de trabajar y nosotros no tuvimos nada que ver”, dijo en la nota Uliarte, que se hizo llamar Ámbar. Allí contó que hacía dos días que no veía a Sabag Montiel, pero luego se determinó que el día anterior había estado con él en la esquina del edificio de la vicepresidenta.

“Nos amenazan por redes sociales, nos dicen que nos quieren matar. Es una situación horrible. Esto nos va a joder y nosotros somos laburantes”, expresó en la nota Nicolás, uno de los amigos que se dedican a la venta de algodón de azúcar.

El contenido de la declaración de los amigos quedará bajo análisis de los investigadores para determinar qué puede resultar útil para nuevas medidas de prueba o eventuales imputaciones. Pero también será de utilidad para reconstruir los diálogos e información que puedan tener en sus teléfonos y hagan al vínculo con los dos detenidos.

Por otra parte, Uliarte será indagada hoy. La mujer, de 23 años, fue detenida el domingo a la noche en la estación Palermo de trenes. La mujer era seguida por la justicia. Tenía su celular intervenido, pero de allí no habló sobre el ataque a la vicepresidenta.

La Justicia determinó con las cámaras de seguridad que estuvo con Sabag Montiel el jueves a la noche en Recoleta. Habrá que ver hoy, cuando se le lea la imputación, si la Justicia tiene más pruebas que su presencia.

Uliarte está detenida en la sede policial de la calle General Madariaga, en el barrio porteño de Villa Lugano. Pidió ser asistida por un defensor oficial. Por turno le corresponde Juan Martín Hermida, el mismo que tiene Sabag Montiel. Por eso motivo tiene que definirse si puede representar a los dos o existen intereses contrapuestos.

El celular de la mujer será peritado por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), la misma fuerza que intentó hacer el procedimiento con el de Sabag Montiel. Al celular del principal acusado todavía no se pudo acceder, lo que generó polémica y suspicacia por el accionar del juzgado.

También esa repartición se encargará del analisis de los teléfonos de los cuatro amigos, y del conocido que declaró el domingo Mario Borgarelli, el joven que apareció dando una entrevistas televisiva diciendo que a Sabag Montiel lo creía capaz de cualquier cosa.

 

Aníbal Fernández seguirá al frente de Seguridad

El presidente Alberto Fernández no le aceptó la renuncia al ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, quien la había puesto a disposición luego del ataque a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner que se produjo el jueves pasado en la puerta de su departamento de Juncal y Uruguay, en el barrio de Recoleta.

“El presidente sabe que voy a colaborar corriéndome cuando sea necesario”, dijo el funcionario ayer, al llegar a las oficinas de su ministerio sobre la calle Gelly y Obes al 2200. Allí aseguró que había comunicado inmediatamente su postura de dar un paso al costado.

El ministro contestó las críticas por el accionar de la Policía Federal y dijo que CFK estaba rodeada por efectivos de seguridad cuando sucedió el ataque, como prevén los protocolos.

 

El misterio detrás del teléfono “reseteado”

El escándalo que se desató en torno al celular secuestrado a Sabag Montiel desató una interna entre las fuerzas de seguridad y la Justicia que salpicó la investigación más importante para la política y Comodoro Py por estas horas. Con el principal imputado detenido in fraganti y todas las pruebas que garantizan un inminente procesamiento por homicidio agravado en grado de tentativa, la del teléfono sería una anécdota sino fuera porque ocurrió en la causa que tiene como protagonista a CFK.

La principal sospecha es que el celular fue reseteado cuando en una primera instancia efectivos de la Policía Federal quisieron acceder a su contenido y se encontraron con una advertencia de “warning”.

Las explicaciones pueden agruparse en dos conjuntos: se cometió un error al momento de la extracción o puede existir un borrado remoto si está configurado.

En el caso de un borrado remoto podría hacerse a través de una cuenta Google asociada al teléfono o si, por ejemplo, Sabag Montiel hubiera configurado que el teléfono se formatea después de tantos intentos fallidos de insertar la clave de acceso –lo que no parecería ser el caso–.

Está claro que no pudo hacerlo él a través de Google porque estaba detenido. La pregunta es si alguien más lo hizo.

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