Recorrido nocturno

domingo 04 de septiembre de 2022 | 6:00hs.
Recorrido nocturno
Recorrido nocturno

Me llamo Ramón, trabajo de sereno, realizo guardias de seguridad por las noches en un barrio de la zona oeste, de aquí, de Posadas. Fui testigo de hechos de toda índole, en estos años …pero hay uno… cuyo misterio, aún no pude descifrar y que deseo compartirlo con ustedes…

Esa noche era oscura y sin estrellas, las luces del alumbrado estaban encendidas en su totalidad, mi compañero Luis y yo, haciendo el recorrido de rutina.

Casas grandes, con amplios parques, muy cerca del río Paraná.

Llevábamos mates y chipas, para pasar la noche. Silletas, de esas plegables, para descansar.

Mientras uno descansaba, el otro hacía la guardia correspondiente …asegurándose que todo estuviera en orden, en ese predio de siete a ocho cuadras, donde la protección y amparo de cada casa, de lunes a viernes, era nuestra responsabilidad.

Teníamos contacto telefónico con cada propietario, propietaria, por si surgía algún hecho inusual en sus terrenos.

A eso de las tres de la madrugada, se había terminado el mate y la chipa.

Le tocaba a Luis el turno de recorrer…

Yo me acomodé en la silleta,  tranquilo y encendí un cigarro.

Mientras espiaba el Facebook en mi celu, miraba de reojo las calles y  veredas. Todo parecía en orden, hasta que…las luces del alumbrado comenzaron a titilar. ¡Todas juntas! ¡Al mismo tiempo! ¡Cómo arbolitos de

Navidad! ¡Cosa e Mandinga!

Me paré, refregué mis ojos, encendí mi linterna.

Había pasado bastante tiempo, Luis no volvía…de pronto lo vi …parecía un perro grande, pero no, no era…estaría a unas dos cuadras, cuando empezó a dar saltitos, de cuatro patas, ese ser, todo peludo, que parecía tener manos y pies de hombre…pero les aseguro que no era persona.

Se me fue acercando, así a los saltos. ¡Virgen Santísima!

Tumbé las silletas, cayó el celu al suelo y…salí disparado, como alma que lleva el diablo.

No paré hasta la Seccional de policía, donde expuse lo ocurrido.

Cuando volví, con el móvil policial y los uniformados… todo estaba tranquilo, había desaparecido “la cosa peluda que saltaba en cuatro patas…” las luces, del alumbrado, estaban encendidas normalmente. La gente dormía en sus hogares, con tranquilidad.

Y Luis, bueno queridos amigos, Luis nunca volvió de su recorrido nocturno.

Inédito. Reyes es docente, miembro del Grupo Literario “Buscapalabras” de Puerto Esperanza, Misiones

Andrea Reyes

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