Ballet Folklórico, obras eje e invitados

Este fin de semana el Ballet Folklórico del Parque del Conocimiento reestrenará las obras Reminiscencias, Monte Adentro y Como agua entre los dedos, con coreografías de integrantes del elenco del ballet.

Será viernes 2 y domingo 4 a las 20 con entrada libre y gratuita.

Según adelantaron desde la casa de arte, a pedido del público, el Ballet Folklórico del Parque del Conocimiento vuelve a escena con estas dos piezas y también contemplará actuaciones de invitados para la ocasión.

Cabe recordar que Reminiscencias, Monte adentro tiene coreografías de Mara Doval-Víctor García y Como agua entre los dedos de Agustina Ayesa-Nicolás Oliva. Además, en esta oportunidad habrá danza y música en vivo de la mano de Guaynamérica Danza y Sonido ancestral, como invitados especiales.

Para describir cada obra, cabe resaltar que por un lado, la sinopsis de Reminiscencias, Monte adentro remite a historias que liberan las huellas tapadas por los mantos de tierra que permanecen sobre el recuerdo. La magia del mito y la leyenda, la espiritualidad de la tierra y su memoria. El monte, con su enorme paisaje de incansable fin, nos invita a ver la magia que habita en él. Conocer, desde lo aprendido, comprender y saber, permanecer y pertenecer a una herencia plagada de encanto y utopía. En esta línea, remarcan que su construcción y puesta en escena es un aporte sustancial a la línea estética del Ballet Folclórico.

 
Por otro lado, Como agua entre los dedos es la cadencia chamamecera, los sonidos propios del paisaje regional y sus colores, pero, por sobretodo, el vertiginoso y a la vez constante ir y venir de las corrientes del río, su templanza, su entrega, su fertilidad, su carácter hipnótico y su potencia intimidante. Según la presentación oficial, su carácter líquido y adaptable, pero simultáneamente furioso y efervescente, propician el terreno y lenguaje entre mundos en el que Como agua entre los dedos se desarrolla invitándonos a sumergirnos en la expectativa turbulenta de un encuentro añorado pero fugaz; devolviéndonos a la orilla con la certeza de que todo lo que concluye puede, como la ciclicidad de la naturaleza indica, volver a ser.